Mariela Besuievsky: "Nunca había producido un musical, era mi gran deuda con el cine"

Llegó por primera vez a España, en realidad al País Vasco, para presentar el film uruguayo El dirigible de Pablo Dotta. Era el año 1994. Y a partir de allí comenzó su nueva vida (Había estudiado arquitectura y dejó. También iba a ser actriz, y largó, todo en su Uruguay natal). Solo en 1996 ya había producido 3 películas: Éxtasis de Mariano Barroso, Malena es un nombre de tango de Gerardo Herrero y la coproducción con Perú Bajo la piel de Francisco J. Lombardi. Al año siguiente se casó con Herrero. Y en 1998 tuvo su primera hija. Ya lleva producidas (Tanto como productora, productora ejecutiva o coproductora) más de 90 films. Y en su gran mayoría coproducidos con distintos países de América Latina. Entre los más destacados figuran: El Coronel no tiene quien le escriba del mexicano Arturo Ripstein, Pantaleón y las visitadoras nuevamente con Pancho Lombardi, Lista de espera con el cubano Juan Carlos Tabío, Sin dejar huella con la mexicana María Novaro, Corazón de fuego del uruguayo Diego Arsuaga.

Y con Argentina la lista es bien extensa pero podemos sintetizarla con estos títulos: Plata quemada de Marcelo Piñeyro, Nueces para el amor de Alberto Lecchi, Lugares comunes de Adolfo Aristarain, Hermanas de Julia Solomonoff, El aura de Fabián Bielinsky, El secreto de sus ojos de Juan José Campanella, Betibú de Miguel Cohan, Al final del túnel de Rodrigo Grande, y entre tantas otras, El último traje de Pablo Solarz. 

El film musical Explota Explota que se estrena hoy en salas (y en poco tiempo por la Plataforma Prime Video), es una coproducción entre España e Italia, que tuvo un costo de 3 millones de euros. Se presentó por primera vez en el Festival de Cine de Toronto (Canadá), luego en el de San Sebastián (País Vasco) y finalmente tuvo su estreno mundial en Madrid el 2 de octubre de 2020. Esta charla exclusiva para ESCRIBIENDO CINE, la mantuvimos en el último Festival Internacional de Cine de Punta del Este, justo un mes antes de que se declare la pandemia aquí en el Sur. 

¿Qué es lo más difícil para un productor o productora, conseguir el dinero o que esté todo bien armado?
Una cosa depende de la otra. Si tenés plata tenés más facilidad de armarlo bien al proyecto. También podés tener plata y hacer macanas y no armarlo bien. Creo que lo más difícil es dar con el proyecto que ilusiona y que des con el proyecto que es vendible. Que entusiasme a actores, que entusiasme a cadenas de exhibición, que entusiasme a distribuidores. Eso es lo difícil, dar en la tecla. Porque después te puede salir mal o bien, que es otra historia. Pero ese proyecto que vos sentís que lo podés montar porque entusiasma, digamos, al Mercado, antes de llegar al público, eso es una de las cosas más difíciles. 

Después el criterio de como invertís lo que conseguís, si conseguís la plata tal cual lo presupuestaste es genial. Si no conseguís todo pero querés hacerlo igual porque ya tomaste compromiso con Cadenas o con actores, y vos confiás en el proyecto, es como redistribuís esa financiación que tenés para no dejar lo que va a la pantalla medio cojeando, de que le falte potencia o esa personalidad que vos querías imprimirle. 

 
El productor va al rodaje. ¿Está en el set? 
Sí, uno va al set de filmación. Pero no me paso todos los días. O me paso poco rato todos los días. Preferentemente paso en el corte en que comen, así puedo hablar con el director. Veo el material que han hecho, veo el material que están preparando. Estoy mucho en la preparación, pero del rodaje intento mantenerme afuera. Porque el rodaje es como la vida misma, surgen todos los problemas humanos. Si vos estás muy implicado en el rodaje en el sentido de quien trató mal a quien, quien fue el fulano que no cumple tales ordenes…no podés tomar perspectiva y no podés tomar buenas decisiones cuando las tenés que tomar. 

 
¿A veces te permitís hacer cambios o te admiten que opines sobre determinada cuestión?
En algunas decisiones si ya venían con algún criterio previo, si participo. Críticas internas no hago nunca, el respeto de cada rubro es férreo. El rodaje es una pirámide. Hay una verticalidad increíble, y eso es lo primero que tenés que entender. A quién tenés que preguntar lo que está pasando y a quién tenés que decirle lo que querés cambiar sin provocar una crisis. Son como ecosistemas muy delicados, en el cual no podés crear una crisis de confianza con el director, no podés crear una crisis de confianza con los actores. Todo el equipo es redelicado. Eso es lo que te da la experiencia, tenés que saber cómo manejar los problemas, a quien se los planteas y con quien los vas a resolver. 

Siempre me pregunté en que se diferencian y que hacen cada uno de los que figuran en producción. Por ejemplo productor, productor ejecutivo, coproductor, productor asociado y así…
El productor como tal, como lo conocemos en la parte hispanoparlante digamos, porque en la parte anglosajona está al revés, es el que lleva la iniciativa del rodaje, el que desarrolla el proyecto, es el que apuesta por el proyecto. Generalmente es el que consigue y/o financia el proyecto…

¿Es el que consigue el director? 
Depende de cada proyecto, a veces ya viene con director. Pero si hay que elegir el director, lo elige el productor. Es como la cabeza pensante. El productor ejecutivo es el que termina dándole forma a todo esto concretando las cosas. Llevar adelante todos los contratos, todos los acuerdos con las televisoras, con las plataformas. Como productora y productora ejecutiva también decido actores y equipo. Como coproductora no tomo decisiones pero doy opiniones y propuestas y a veces se canalizan. También depende de la confianza que tengas con el productor. 

 
¿Y cómo llegan a producir el film sobre canciones de Raffaella Carrá?
Yo lo conocía al director Fede Álvarez, un uruguayo que dirigió Posesión infernal y No respires. Y él me habló de que había llegado su hermano, Nacho a Madrid y que tenía unos proyectos en mente. Yo con Fede Álvarez no había trabajado nunca, pero nos conocíamos, además los dos somos uruguayos. En una de esas reuniones me tira la idea: "Y si hacemos un musical con las canciones de Raffaella Carrá?".

 
Y allí se te abrieron los ojos y dijiste que si...
Yo nunca produje películas musicales y después de ver La La Land me vinieron muchas ganas de hacer una. Y cuando me hace esa propuesta, a mí me encanta. Y además se hicieron gestiones para coproducirlo con Italia. Y en menos de una semana firmamos un contrato por el guión del film. La idea era de él y finalmente escribió el guión con Eduardo Navarro, también de Montevideo, libretista de televisión muy conocido allí. Y David Esteban Cubero que si es español pero ha vivido y trabajado en Uruguay, también escribiendo para series de televisión. 

 
A priori uno piensa que “Explota Explota” tiene más que ver con "Mamma Mía", que con "La La Land"...
Es que es así, Nacho me "vendió" la idea como una versión española de Mamma Mía, pero no con una banda sino con una cantante, que era Raffaella Carrá, que sin duda tiene ese feeeling y cierta onda como los Abba. 

 
¿Y cuando y donde la filmaron? 
Se hizo todo en el último cuatrimestre de 2019. En setiembre y octubre hicimos toda la preproducción. En noviembre y diciembre estuvimos rodando siete semanas en diversas locaciones de Madrid y Pamplona. Y completamos con unos días filmando en Roma en enero de 2020. Justo antes de que explote la pandemia. 

¿Supongo que contaron con la bendición de Raffaella, no?
Sí, claro. Fue todo muy divertido. Y fue mucho antes de empezar a rodar. Fuimos volando literalmente a Roma donde ella vive. Era Semana Santa y nos invitó a almorzar, recorrimos su casa, y una oficina con todos sus discos de oro y platino colgados. Inolvidable. Pasamos varias horas allí. Y estuvimos también con los coproductores italianos Carlotta Calori y Nicola Giuliano. Y mientras Nacho prendió su IPhone con las canciones de Raffaella y en cada tema le iba contando la historia y el argumento. Ella súper contenta y se reía todo el tiempo. Faltaba que nos santiguara para saber que nos había dado el Ok al proyecto.