El director rosarino gira por diversos Festivales de todo el mundo

Felipe Martínez Carbonell visibiliza la violencia de género y abuso en “Retrato Imaginario”

“Creo que todo tipo de arte lleva una connotación política y social incluso si no lo proponemos, pero con Retrato Imaginario me centré en la lucha de la mujer y de toda persona que una vez se sintió reprimida”, cuenta a EscribiendoCine.

Felipe Martínez Carbonell visibiliza la violencia de género y abuso en “Retrato Imaginario”
Felipe Martínez Carbonell durante el rodaje de “Retrato Imaginario”
Felipe Martínez Carbonell durante el rodaje de “Retrato Imaginario”
viernes 09 de julio de 2021

Con dos premios en el último Buenos Aires Rojo Sangre, Retrato Imaginario (2020) marca el debut en la dirección de Felipe Martínez Carbonell, oriundo de Rosario, residiendo en Los Ángeles, con una historia que no escapa a las leyes de género, pero dialoga, desde el sufrimiento de Valeria (Cecilia Li Causi) con una dolorosa realidad de violencia y abusos de miles de mujeres.

¿Cómo surgió la idea de Retrato Imaginario?
Retrato Imaginario
surgió de mis ganas de querer filmar una historia que abarque el terror y la fantasía desde un punto de vista diferente. Quería contar una historia que entretenga pero que también lleve con ella una carga social y política. Creo que todo tipo de arte lleva una connotación política y social incluso si no lo proponemos, pero con Retrato Imaginario me centré en la lucha de la mujer y de toda persona que una vez se sintió reprimida. Como hombre gay que soy, sé muy bien lo que se siente ser reprimido por ciertos grupos sociales.

¿Cuál fue el principal desafío a la hora de llevarla a imágenes?
El principal desafío fue tener que llevar esta historia a la pantalla y mantenernos en el presupuesto que contábamos. Creo que ese es un desafío para la mayoría de los cineastas independientes. Otro de los desafíos fue volver a mi ciudad natal, Rosario, para filmar luego de haber estado viviendo en Los Ángeles por siete años. Reencontrarme con mi pasado fue algo que aportó mucho al momento de filmar esta historia.

Si bien la historia transcurre en un solo espacio, los movimientos de cámara, las tomas secuencias, entre otros elementos, le ofrecen la sensación de amplitud al corto ¿Cuándo supiste que ibas a recurrir a varios artificios técnicos para contar la historia?
Desde el principio me aseguré que cada área aporte algo único a la historia. Teniendo solamente una locación que sería la casa donde sucede la historia me permitió tener más libertad y presupuesto para las áreas de cámara y arte.

¿Cómo seleccionaste a los protagonistas? ¿Y la casa?
Los protagonistas los elegí desde Los Ángeles por medio de casting que hicimos vía Zoom. Con varios de ellos ya había trabajado en el pasado antes de irme de Rosario en mis primeros cortometrajes que dirigí. La casa ya la tenía en mi cabeza cuando escribí el guion. Era el departamento de mis abuelos. Mi abuelo era coleccionista de arte y eso se ve reflejado en el cortometraje. Las paredes están pintadas por grandes artistas argentinos que eran amigos de él. Mi abuelo además ayudo y fue parte de muchos grupos culturales. Presidente del Teatro El Círculo, el monumento a la bandera, etc. La casa género una gran conexión con la temática del film: la liberación y el arte.

¿Cómo crees que dialoga con actuales temas de agenda y conquistas de género la historia de Valeria?
Se genera un diálogo entre los grupos opresores y los oprimidos. Se ven ambas partes con sus debilidades, sus deseos y sus lados más oscuros. La madre y su hija, Valeria, luchan juntas por la libertad mientras que su padre y su abuelo intentan mantener su posición de control y represión sobre ellas. Con un giro fantástico esta situación cambia y se da vuelta. Ese giro fantástico representa lo que estamos viviendo hoy en día, el cambio que nos merecemos.

Siendo tu primer corto ¿por qué decidiste volcarlo al género?
Es lo que más disfruto. El cine de género es mi preferido. Desde chico veo películas de terror. Me llamaban “Chucky” por la obsesión que tenía con las películas de terror. Me siguen llamando Chucky hasta el día de hoy.

¿Fue muy complicada la post producción?
Lo más complicado fue hacerla a la distancia. Trabajamos con un equipo de Rosario y yo me encontraba en Los Ángeles, diría que eso fue lo más desafiante pero el resto fluyó y se logró lo que queríamos.

¿Cómo sigue el año de trabajo y el recorrido de Retrato… por festivales?
Acabamos de ser seleccionados en NewFilmmakers Los Ángeles en asociación con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Es un logró muy importante poder llegar a los ojos de la Academia de Hollywood. Estamos muy contentos que Retrato Imaginario sigue recorriendo el mundo. Además, quedamos seleccionados en Buenos Aires Rojo Sangre donde ganamos dos premios como mejor guion y mejor edición. También quedamos seleccionados en Grimmfest en Reino Unido, Fantaspoa en Brasil, Fantafestival en Italia, Screamfest en Los Ángeles donde será su estreno en el Teatro Chino en Hollywood en octubre. Son los festivales de género más importante del mundo, significa que nuevas audiencias podrán ver el film.

Saliendo del corto, ¿cuándo supiste que querías ser director de cine?
Desde que tengo memoria quería estar involucrado en el mundo del arte. No sabía exactamente qué el nombre era director de cine. Desde muy chico filmaba películas con mis primos. Yo los dirigía y usaba la cámara VHS de mi padre. También hacíamos obras de teatro y se la mostrábamos a mi familia. A los dice años fue la primera vez que dije que quería ser director de cine. Les hice firmar a mi mamá y a mi papá una carta que decía que me iban a dejar estudiar cine al cumplir 18.

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