Protagonizan el thriller “Cómo mueren las reinas”

Lola Abraldes, Malena Filmus y Franco Rizzaro conforman un triángulo de deseo, represión y tensión

Las actrices y el actor debutan como protagonistas en la pantalla grande. En exclusiva con EscribiendoCine, hablan sobre sus castings, los desafíos del rodaje y sus premisas artísticas.

Lola Abraldes, Malena Filmus y Franco Rizzaro conforman un triángulo de deseo, represión y tensión
jueves 26 de agosto de 2021

En concordancia con el efecto mariposa, hay mínimas alteraciones en la vida cotidiana que pueden generar efectos significativos, los cuales quizás no se perciben en lo inmediato, pero sí a mediano o largo plazo. Y esto es lo que ocurre en el campo en el que habitan las hermanas adolescentes Mara (Lola Abraldes) y Juana (Malena Filmus), donde todo aparenta ser armónico y monótono, hasta que arriba su primo Lucio (Franco Rizzaro), quien sacude la quietud y despierta sentimientos encontrados. Este triángulo tirante puede descubrirse a través del filme Cómo mueren las reinas (2021), escrito por Constanza Boquet y dirigido por Lucas Turturro.

REVOLUCIÓN EMOCIONAL

Cómo mueren las reinas se enmarca en la granja de la tía de los jóvenes (Umbra Colombo), donde se realizan actividades como el cuidado de las colmenas y la producción de la miel. En el caso de Mara, es una joven ávida e inquieta, que quiere experimentar y descubrirlo todo, de hecho, está interesada en vivir su despertar sexual con Lucio. Esto deriva en los celos de Juana, que quiere tenerla cada vez más cerca y se esfuerza por contener su deseo y reprimir su pulsión destructiva. Por lo tanto, el verano en familia se vuelve una experiencia feroz.

Los actores protagonistas llegaron a interpretar sus personajes tras haber superado distintas instancias de casting. Lola venía de un año con bastante frustración, ya que en varios proyectos previos estuvo al borde de quedar, pero no logró concretarlos, por lo que la película de Lucas Turturro fue su revancha y pudo cumplir su anhelo artístico. En cuanto a Malena, casi no lee la convocatoria, porque cuando se filmó el filme ella tenía 29 años, y su papel era una chica de 17, con bajas expectativas accedió a la audición, a la que llegó con su bicicleta pinchada en medio de la lluvia, sin embargo, su desconcierto y tranquilidad, sumado a su habilidad para hacer una trenza cosida, contribuyeron a que fuera elegida. Respecto a Franco, venía de trabajar en ficciones televisivas y lo entusiasmaba el debut en la pantalla grande, pero tuvo que afrontar no solo el casting sino también una inmediata apendicitis, y finalmente ingresó a la película.

PROTAGONISTAS POR PRIMERA VEZ

Para la construcción de Mara, Lola tomó como referencia inicial el largometraje Lolita (1962), dirigido por Stanley Kubrick y, luego, en los ensayos con Lucas, la directora de casting María Laura Berch y la coach Soledad San Martin llevó su personaje a un plano más concreto y lo fue humanizando. Asimismo, por cuenta propia, le aportó la inocencia que ella recordaba en sí misma cuando tenía catorce años (al rodar tenía 16) y jugó con la idea de ser una adolescente aislada en el campo sin vínculo con la tecnología.

“Si bien ya había hecho cortometrajes y publicidades, nunca había trabajado en cine, por lo que todo era nuevo e increíble para mí. Todos los días volvía de filmar y sentía que había aprendido un millón de cosas, por ejemplo, cómo moverme frente a cámara. Algo que me pasaba es que me costaba sacar la voz, hablaba bajito, así que aprendí a elevarla, y eso me sirvió un montón”, explicó la actriz.

Por su parte, Malena recordó haber visto el film Tom en la granja (Tom à la ferme, 2013), de Xavier Dolan, que le permitió asimilar la estética y el ritmo de la película a realizar. Lo fundamental para dar vida a Juana fue no juzgarla, y buscó fuera de la ficción ciertas asperezas y brutalidad en su propia adolescencia para comprender ciertos aspectos, así como también indagó en el miedo a perder lo que uno cree que posee.

“Lo que me gustó de ella era esto de la moral media corrida de lado. Al no tener mucho contacto con nadie y ser su tía su única figura posible, que en ese momento está completamente inhabilitada para cuidarla, medio que ella sola se hace las leyes de la vida, no es que tiene gente alrededor que le dice 'Esto está bien, esto está mal, tenés que sentir esto…', y en ese crearse a sí misma saca sus conclusiones de lo que son el sexo, los límites, las maneras de hablar y tratar con el otro. No tiene mucha noción de ella misma, es puro sentimiento y accionar”, señaló.

Y, en cuanto a los retos del papel, indicó: “Con mis 29 años ya había vivido en cinco ciudades diferentes, me había casado, divorciado, por lo que tenía mucho bagaje, como la gente de mi edad. Por lo tanto, tenía miedo de cómo jugar una adolescente, pero, por suerte, hay ciertas cosas de Juana con las que me identificaba de cuando yo era chica, que vivía en el exterior y no tenía gente grande alrededor para explicarme cómo era todo. Después, había que respetar mucho los diálogos, no es que podía poner palabras más propias, lo cual a veces es complicado”.

En el caso de Franco, que también grabó el tema musical de la película, ahondó en diferentes aristas en torno a Lucio, tales como su manera de pensar, sus acciones, su forma de hablar y, a su vez, trabajó en cuestiones como sus silencios y la firmeza de su mirada. “En ese momento yo tenía 20, y Lucio alrededor de 17, así que fue revivir un poco esos años. Siempre soy de ponerme nervioso, quizás de más, y me acuerdo que era un desafío ir encontrando el personaje en los ensayos y en un ámbito de improvisación. Fue un trabajo más interno, él es un pibe joven al que le gusta la música, por lo que intenté llevarlo un poco a mí, con recursos al alcance, obviamente sin mostrar a Franco”, expresó el actor.

UNA EXPERIENCIA CAMPESTRE

Una de las bases del filme radica en el singular vínculo entre los tres personajes protagónicos, cada uno con sus luces y sombras, y con sus ideas y motivaciones personales. Para adquirir un lazo genuino, más allá de que las actrices y el actor tenían buena relación, ensayaron varias semanas previas al rodaje y encararon ejercicios para fortalecer la confianza, por ejemplo, uno consistía en que Lola y Franco debían darse la mano sin mirarse y, luego, lentamente, conectar de forma visual.

Una de las características al filmar tenía que ver con la temperatura, ya que la historia transcurre en verano, pero en las jornadas nocturnas en exteriores hacía mucho frío, por lo que, entre toma y toma, los actores se ponían en el cuerpo bolsas de agua caliente. Y, otra particularidad, tuvo que ver con las escenas entre las colmenas.

“Antes de filmar me aseguraba que mi traje estuviera bien cerrado, el ruido era bastante ensordecedor y duro, pero estaba tan contenta en el rodaje que me acostumbraba y no lo sufría”, relató Abraldes, mientras que, Filmus recordó: “¡Fue mi parte preferida! Siempre me interesó muchísimo la apicultura y aprender cómo maniobrar y tener cerca a las abejas. Era fuerte porque un apicultor lo hace una o dos veces con una colmena, y nosotros, lo hacíamos una hora y media, entonces, las abejas se empezaban a enojar y sentías que estaban como ensañadas en picarte, había un zumbido, y fue la primera vez que me picó una, se me metió en el traje y fue un toque desesperante”. Asimismo, Rizzaro contó: “No tenía miedo, de hecho, me divertía ponerme los trajes, lo disfrutaba. Obviamente con precaución, pero esa adrenalina daba un plus, ¡me gustó!”.

UNA TRAVESÍA ETERNA

Antes de su estreno para el público general en CINEAR TV, CINEAR Play y Espacios INCAA, Cómo mueren las reinas participó en la “Competencia Oficial” del Festival de Málaga 2021 y del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) 2021, donde recibió los primeros comentarios de los espectadores.

“Es un flash ver que la película está recorriendo lugares, siempre es algo lindo, igual que saber que hay gente que la mira, le gusta y la recomienda. Estoy muy agradecido con el equipo y con todas esas personas que apoyan el cine argentino”, destacó Franco. A su vez, Malena manifestó: “Es re lindo, un regalo hermoso, sobre todo en estos años muy jodidos, tan grises y con muy poca fantasía. Los festivales son una cosa divina, es gente unida para ver una historia”.

En cuanto a Lola, no solo estuvo en las proyecciones con aforo limitado de Buenos Aires, sino que, además, viajó a Málaga: “Me enteré pocos días antes, así que fue una locura. Conocí un montón de profesionales, también siento que aprendí un montón, nunca había estado en un festival, ni había hecho entrevistas, ni había participado en una alfombra roja. Fue lindo ver la película en una sala y que, después, las personas nos dieran su opinión respecto al trabajo que hicimos. Tenía mucho miedo de verme a mí misma en pantalla, pero me sorprendió, en su mayoría las repercusiones fueron hermosas”.

ADMINISTRAR EL DESEO

A partir de los tópicos de la película, los protagonistas reflexionaron en sus vidas profesionales. Sobre el deseo en su camino artístico, Lola compartió: “Honestamente es seguir actuando para toda la vida. Mi mayor sueño es continuar por este camino, profundizarlo e ir mejorando cada vez más”. Además, aclaró: “Empecé a actuar desde chiquita, entonces, a mis papás siempre les dio miedo que no pudiera manejar la frustración que genera el no quedar, algo que es muy común, pero lo administro bastante bien. Obviamente hay épocas en las que te sentís más desmotivado y pensás que no podés hacer nada, pero, después, se da algún proyecto y ves que todo el esfuerzo y el estudio valieron la pena”.  

Por otro lado, Malena confesó: “Tengo el 99% sin concretar, hay mil proyectos que me gustaría laburar, me queda un montón por hacer desde lo actoral. En cuanto a lo que cumplí, el corto Tony es lo primero que filmé y le fue muy bien, a partir de él salió una serie que estrené en Canneseries, por lo que fue un paso gigante y sentí orgullo, hubo muchísimo laburo”. Y, sobre el control de los deseos, planteó: “Cuando escribí mi proyecto Lucky fue poner ese deseo. El actor está siempre a la espera de un montón de cosas, de que mucha gente le de un sí para poder laburar, y eso es muy duro para la psiquis, hay mucha gente talentosa luchando por pocos lugares. Cuando me di cuenta que podía empezar a producir y dirigir mis propias cosas, que tenía algo para contar y lo podía hacer bien, el deseo se volvió mucho más tangible”.  

Por último, Franco expuso: “Estoy haciendo música, preparando un disco. Hace ya un tiempo que tenía trabada la salida, pero cuando arrancó este año sentí el impulso de '¡Dale, hacélo, esto es lo que querés hacer en tu vida!'. Una vez que la rueda empieza a girar todo es mucho más lindo, y yo me siento muy contento porque pude dar ese paso y reconocerme en ese lugar, me di fuerza y valor para afrontarlo. En la actuación, recientemente tuve un personaje hermoso en Días de Gallos (HBO Max), donde hay mucho rap, y en octubre se viene una peli con un personaje protagónico. Cuando uno está abierto y predispuesto a recibir, el universo conspira a tu favor, entonces intento mantener esa energía y esa ley de atracción”.

Quietud e inquietud en sus trayectorias. Lola encuentra estabilidad al ver que aquellos proyectos que realiza tienen resultados que le gustan y reflejan su esfuerzo, así como también distingue cierta inestabilidad en la dinámica general de la profesión. Malena también descubre el placer cuando percibe que las cosas funcionan y experimenta diferentes áreas y, a su vez, nota la incertidumbre en la cotidianeidad del actor. Y Franco tiene tranquilidad cuando está rodeado de música y cuenta con espacios de intimidad para hablar consigo mismo, mientras que observa cierta tensión ante el peligro del auto boicot.  

EN ASCENSO

El camino artístico de Abraldes incluye su actuación desde chica en cortometrajes, lo que le permitió llevar cierta confianza y seguridad al set de cine, debido a que ya comprendía determinado vocabulario y elementos a utilizar. “Para mí siempre es importante estar enfocada y seguir estudiando, siento que uno nunca deja de aprender y, si deja de formarse, se estanca. Es necesario seguir buscando oportunidades y haciendo castings, sin dejar que la frustración le gane a la actriz y a las ganas que hay de seguir haciéndolo”.  

Actualmente Filmus vive en Buenos Aires, sin embargo, tiempo atrás residió entre París, New York y Los Ángeles, por lo que su currículum audiovisual abarca proyectos con distintos orígenes, entre los que se encuentran: The Lions Den, Awena’s Dressing Room, Two Sisters y Beyond. “No haría algo donde siento que el personaje está siendo usado de una manera que no me parece correcta, o que no da un mensaje correcto. Aunque, nunca voy a decir nunca, porque, aunque algo me genere odio, me va a dar plata, y soy una actriz que necesita laburar y ser visible. Sí obviamente lo pensaría muchas veces y, si tengo la posibilidad de elegir, no me gustan los productos que atrasan y no avanzan en ciertas discusiones”.

De la televisión al cine, así fue el recorrido actoral de Rizzaro, que adquirió popularidad al integrar los repartos de tiras televisivas como 100 días para enamorarse y Pequeña Victoria, ambas emitidas por Telefe. “Estoy atento a todo proyecto que conlleve un desafío artístico mío. En la música quiero flashear por todos lados, jugar y divertirme y, en lo actoral, también busco personajes que me desafíen, y jugar con cierta emoción o sensibilidad”.  

Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS