Regreso al cine a través de “La Panelista”

Martín “Campi” Campilongo se transforma en un panelista sin escrúpulos

“Me gusta el juego del rating, pero no todo por el rating”, planteó el actor en diálogo con EscribiendoCine.

Martín “Campi” Campilongo se transforma en un panelista sin escrúpulos
viernes 06 de agosto de 2021

Ya sea durante la mañana, la tarde o la noche, cuando la audiencia enciende la televisión y hace zapping entre diferentes canales de aire o cable, se encuentra con programas periodísticos emitidos en vivo que se especializan en deportes, espectáculos o política, y que no solo cuentan con conductores sino, también, con panelistas que debaten en torno a los temas del día. Sin embargo, esta vez, este tipo de ciclo televisivo se traslada a la pantalla grande a través de la película La Panelista (2021), dirigida por Maxi Gutiérrez, donde se abordan los conflictos en torno a un programa de chimentos que tiene entre sus integrantes a Guillermo Tapia, interpretado por Martín “Campi” Campilongo. Con cierta distancia de su faceta humorística más recurrente, el versátil actor vuelve al cine en la piel de un especialista en criminalística que investiga tanto los hechos policiales de la calle como los que ocurren alrededor del canal de tv.

EL CIRCO DE LA REALIDAD

En La Panelista los misteriosos sucesos transcurren alrededor de Imprudentes, un reconocido programa de chimentos conducido por la estrella televisiva Jorge “Chiqui” Marconi (Favio Posca), acompañado por los panelistas Marcela Robledo (Florencia Peña), Guillermo Tapia (Campi), Ricardo Toledo (Diego Reinhold) y Gusmano (Daniela Ramírez), bajo la atenta mirada de la Gerenta de Programación (Soledad Silveyra). En medio de algunos conflictos laborales, Marcela descubre una noticia que puede cambiar su vida y la historia de la tv, desenmascarando la doble vida del querido y respetado galán Osvaldo Lebló (Diego Muñoz). La pregunta es: ¿Hasta dónde llegará con tal de no perder la fama y el éxito alcanzados?

Respecto a su llegada al largometraje filmado en la Universidad Nacional de La Matanza, Campi recordó: “A esta altura laburo con la gente y los proyectos que quiero. Con Maxi Gutiérrez trabajé muchos años en Telefe, donde él era productor y, tiempo después, me entero que se había convertido en un gran director, por lo que empecé a ver sus películas. Cuando me convocó para La Panelista fue un premio, ¿cómo iba a decir que no?, ¡quería volver a laburar con él y verlo en ese otro rol! Cuando hallás un director que sabe encontrar la palabra justa para ponerte en claro lo que quiere es muy fácil el laburo del actor, y con Maxi pasa eso, ¡lo adoro! Después, vi el guion y me pareció increíble, y el elenco estaba lleno de gente buena y talentosa. Además, somos todos comediantes y la película no es de humor, por lo que el público nos va a ver tocando otras notas y se va a sorprender”.

Una particularidad del filme es que concreta el encuentro cinematográfico entre Campi y Peña, que actualmente trabajan juntos en Flor de Equipo, el magazine matutino de Telefe. Es que, tiempo atrás, iban a compartir una película sobre la vida del Doctor Tangalanga, donde Martín interpretaría al popular humorista y Florencia a su esposa, sin embargo, el proyectó quedó en el camino.

DETRÁS DEL PERSONAJE

Guillermo Tapia es un abogado y periodista especializado en criminalística que se caracteriza por su ambición desmedida, curiosidad, frialdad y responsabilidad. Permanece relegado dentro del panel de Imprudentes, ya que sus informes no están en sintonía con lo buscado por las autoridades del canal para poner al aire, y termina perdiendo diariamente con el impacto de las opiniones y las primicias planteadas por sus compañeros.

Para la construcción del personaje, Campilongo y Maxi lo probaron físicamente y trabajaron su línea de pensamiento, ahondando en su historia personal, rutina y motivaciones. Asimismo, para sumergirse en el universo policial, el actor observó con detenimiento al periodista Ricardo Canaletti. “Ahora laburo con otro especialista, Paulo Kablan, y veo que estoy bastante bien encarrilado, por lo que mi personaje tranquilamente podría existir en la realidad”.  

En cuanto a los principales retos en relación al proyecto, Campi señaló: “Mi personaje no es gracioso, eso era un desafío. A mí me gusta mucho hacer, por lo menos una vez al año, ya sea en teatro, cine o televisión, otra cosa que no sea humor, porque el humor te envicia mucho, ¡le empezás a buscar remate a todo! Básicamente yo soy actor, por lo que me gusta mantener la máquina bien aceitada, entonces, en lo posible una vez por año, agarro un laburo que me permita tocar otra nota”.

A partir del título de la película, y ante la consulta de si sería panelista de tv, no como personaje sino como Martín, respondió: “No me lo imagino, no lo ambiciono. A mí me parecen mucho más interesantes mis personajes que yo, no tengo ganas de contar en tele mis opiniones de la vida, de la política… Soy muy opinador, y sumamente crítico, pero no en cámara, no es mi trabajo”.  

MISMO MEDIO, DIFERENTES FORMATOS

El mundo de la televisión atraviesa La Panelista y Campi, a lo largo de su vasta trayectoria, participó en diversos formatos de la pantalla chica. Más allá de las características distintivas de cada proyecto, el artista reconoce que siempre se propone dar lo mejor de sí mismo y, a su vez, llevarse nuevos conocimientos y experiencias.

En torno a su relación con el termómetro que mide la tv, opinó: “Yo crecí con el rating, es como el tipo que tiene una verdulería y sabe que se venden más peras que manzanas, es su laburo. Al laburar en televisión tenés que estar al tanto del rating porque es tu trabajo, si algo no funciona, no funciona, y si funciona y es lo que la gente necesita, se le dará un poco más de eso, la televisión es entretenimiento. Me gusta el juego del rating, pero no todo por el rating”.

Durante varios años Campi formó parte del staff de Videomatch, ciclo al que definió como “una universidad de humor popular”, donde llevó adelante múltiples actuaciones cómicas y despertó carcajadas tanto en Marcelo Tinelli presente en el estudio como en los televidentes que lo miraban del otro lado de la pantalla. Y, tiempo después, integró el equipo de otro exitoso ciclo de humor, Sin Codificar, en el que se juntaba con sus amigos y colegas a jugar. 

También se animó como participante de certámenes de talentos: en 2013, fue subcampeón de Tu Cara Me Suena, donde obtuvo las puntuaciones más altas al imitar a María Martha Serra Lima, Mercedes Sosa y Roberto Goyeneche, al igual que cuando estuvo de invitado en 2014 e imitó a Facundo Cabral y, en 2015, fue participante del Bailando, en el que llegó hasta las últimas instancias, dejando su huella en distintas galas, como las de ritmo libre, donde interpretó a Tato Bores y nuevamente a Sosa.

En cuanto al motivo de las personalidades elegidas para interpretar, el actor argumentó: “Son parte de nuestra argentinidad, y yo tengo la obligación de que esos personajes no se olviden. Tenemos que tener muy claro quiénes son, porque eso somos nosotros, y un árbol sin raíces no te aguanta una tormenta, ¡esas raíces hay que regarlas!”.

Asimismo, sobre su labor, diferenció: “Por lo general, lo que hago en Flor de Equipo son caricaturas, donde el trazo de la imitación es mucho más grueso y tiene muchos permitidos, mientras que, la imitación es un retrato mucho más fiel de la imagen original, yo eso lo aprendí en Tu cara me suena, que tenía que considerar la línea de pensamiento del personaje, lo cual es un laburo muy profundo. Y, además, me metí a estudiar canto. Yo me obsesiono con los laburos, no hago nada de taquito, y la verdad que se me abrió un mundo”.

Por otro lado, Campilongo conformó distintas ficciones televisivas, como Los Roldán, Mujeres de nadie, Un año para recordar, Historia Clínica y Somos Familia, en las que dio vida a personajes eclécticos.

EXPERIENCIAS CINEMATOGRÁFICAS

La labor de Martín en el séptimo arte comenzó cuando estudiaba teatro con Agustín Alezzo, ya que en ese entonces participó de diversos cortometrajes. Con el correr de los años avanzó en la pantalla grande y transitó películas como 5 pal' peso, dirigida por Raúl Perrone, Los hombres que ríen, a cargo de Miguel Ángel Cárcano, Masterplan, de Pablo Levy y Diego Levy y, próximamente, se estrenará Ex Casados, dirigida por Sabrina Farji. “Siempre estoy haciendo teatro o televisión y tengo que decir que 'no' a muchos proyectos porque no les puedo dar el tiempo que ameritan, pero hacer cine es bárbaro, me gusta y lo disfruto mucho”.

En el exterior, Campi puso su voz al perro Duke en el doblaje de La vida secreta de tus mascotas (primera y segunda parte): “Un día recibo un llamado, me dicen 'Hola, ¿qué tal?, te estamos llamado desde Hollywood', y yo pensé que era un amigo que me estaba jodiendo. Me volvieron a llamar, y les volví a cortar, pero eran de insistir, ¡y era verdad! Las voces originales de la película las hicieron comediantes muy famosos, y querían replicar esto para Latinoamérica, entonces buscaban un comediante de cada país. Estudié doblaje, fui a México y fue maravilloso. Inicialmente, para mí estaba planteado hacer un águila, pero me hicieron una audición y quedé para poner la voz a Duke. Recuerdo que cuando hice el primer casting para el águila, la planteé argentina, y les gustó tanto que pidieron que cada actor respetara su forma de hablar de origen al poner la voz a cada uno de los papeles”.

UN OFICIO TRASCENDENTE

“Es la única forma que yo conozco para contar y mostrar mi mundo y lo que tengo ganas”, enfatizó Campi con respecto a la importante función de la actuación en su vida y, a su vez, manifestó: “Yo disfruto mucho del laburo, la nafta para que el motor funcione es esa, y creo que la gente lo nota”.

A lo largo del tiempo, sus actuaciones han sido disfrutadas por espectadores de diferentes edades, ya sea en una sala de cine o teatro, o frente al televisor. En cuanto a aquello que busca generar en los demás, expresó: “Agustín Alezzo decía, 'Si entretuvo, te hizo pensar, y pasaste un buen rato, ¡valió la pena!', tal vez eso. Mi laburo lo hago con todo mi ser, no hago nada de taquito, incluso las cosas que parecen más sencillas tienen mucho trabajo atrás mío. Después de 30 años de laburo dejo muchos nervios antes de salir al escenario, o al prenderse la cámara, entonces, si disfruto de todo ese estrés y pensamiento previo, y de poner el cuerpo, ¡valió la pena!”, concluyó.

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