En la Sala Leopoldo Lugones Online

Una retrospectiva sobre Matías Piñeiro prepara el estreno de "Isabella", su última película

“Para mí la posibilidad de una retrospectiva no solamente es la posibilidad de volver a mostrar y encontrar un público nuevo, sino la posibilidad de acentuar unos ecos que tienen las películas, que busco, haciéndolas, y que sólo se da si uno las pone una al lado de la otra”, dice a EscribiendoCine sobre esta revisión de su obra en la Sala Leopoldo Lugones Online.

Una retrospectiva sobre Matías Piñeiro prepara el estreno de "Isabella", su última película
martes 25 de mayo de 2021

El ciclo, que comienza el jueves 27 a las 19 horas, con la proyección de El hombre robado, continuará con Todos Mienten (3 de junio), Rosalinda (10 de junio), Viola (17 de junio), La princesa de Francia+ In the museum (24 de junio) y Hermia & Helena (1 de julio). Las películas se podrán de manera gratuita y online a través de https://vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/ y la web del Complejo Teatral de Buenos Aires https://complejoteatral.gob.ar/cine. Cada película estará disponible por siete días.

¿Cómo te sentís sobre esta retrospectiva?
En principio de mucho agradecimiento porque la Lugones es toda una institución que nos formó como espectadores y como cineastas, uno separa el acto de ver películas con el acto de hacerlas, es un espacio de formación fundamental y creo que no sería cineasta sin este espacio o los que genera Fernando Martín Peña. Que se genere esta circulación con el trabajo que uno hizo y se muestre en estos espacios es de mucha alegría, porque yo trabajo de manera independiente y poner en circulación el trabajo es la posibilidad que la vean gente que no la vio, que quiere verla de nuevo, o que no sabe qué son, es la posibilidad de exhibir, que es todo, porque si no para qué uno hizo las cosas.

¿Cómo manejás la distribución de tu obra?
A pesar que son películas pequeñas, pueden circular, se muestran en México, Estados Unidos, Japón, y aquí, siendo que no son estrenos, y cuando se acumula una parte de la obra, mostrarla en conjunto tiene una nueva potencia, sobre todo en esta, que produzco con Melanie Schapiro, con fotografía de Fernando Locket, con sonido de Mercedes Tennina, con María Villar, Agustina Muñoz, Gaby Saidón, Julián Larquier, Julian Tello, Pablo Sigal, todos los actores que están en las películas, Ana Cambré, la directora de arte, estamos en cada una de esas películas, son seis, siete, cercanas, hechas durante esta década, y las ponés una al lado de la otra, reverberan, se hacen eco, no son películas autónomas, sobre todo en estas de las shakespereadas, de los roles femeninos en las comedias de Shakespeare.

¿Es una obra que se retroalimenta entre sí?
Las películas se alimentan cuando se ponen una al lado de la otra, no es lo mismo ver Viola sola, que ver Viola y Hermia & Helena, hay cosas que se continúan, que se pierden, que evolucionan, que empequeñecen. Para mí la posibilidad de una retrospectiva no solamente es la posibilidad de volver a mostrar y encontrar un público nuevo, sino la posibilidad de acentuar unos ecos que tienen las películas, que busco haciéndolas, y que sólo se da si uno las pone una al lado de la otra. La Lugones me da esa posibilidad, de mostrarlas, que funcionan autónomamente, y que también de manera particular entre sí y en colectividad, y eso es algo que al espectador le dará un plus, a diferencia del que las vio antes o el que no sabe qué son estas películas, me parece una experiencia interesante y estoy muy agradecido y curioso de ponerlas en circulación.

¿Cómo imaginás lo que se viene en cuanto a rodajes en la nueva normalidad?
Yo aún no estrené Isabella, la acabo de mostrar en el Festival de Mar del Plata y como que no estoy pensando mucho en un rodaje, rodé dos años y la verdad luego de estar en un estado de rodaje constante no es una situación en la que quisiera meterme de nuevo, ya, inmediatamente. Puedo acompañar la situación de esperar y entender un poco el nuevo funcionamiento, y en el caso de tener que hacerlo se haría con los protocolos. Pensando en Isabella, la manera en la que trabajé con un grupo reducido de personas, en pocos días, la verdad que pareciera haberse hecho en una situación limitada como la de ahora, con los exteriores que tiene, no hay besos, no hay intimidad, casi siempre son dos personajes en escena, es casi una humorada, y si bien yo no estoy en un momento de salir a filmar he hecho esta película y otras también con las que me podría haber adecuado. Yo me adecuo, siempre trato de pensar cómo se puede hacer posible una película.

Si no supiera que fue hecha antes, pasaría…
Yo tiendo a la adaptación, porque si no, no filmo nunca, ahora hay que mantener la empatía para mantener a la comunidad sana y hay algo del trabajo es salud. Si tendría que haber filmado una parte de Isabella este mes, el guion se hubiese adaptado a esto, si tendría que haber filmado de corrido, cosa extraña en mí, no lo hubiese hecho, o habría tenido en cuenta variables para poder filmar.

Si en algún momento llegara la propuesta de hacer algo por encargo, ¿sería aceptado?
Podría ser, soy consciente de esta cacerola que está cocinando este potaje asentado, y me gusta, pero es seductor lo que proponés, qué pasa si aparece un film noir, ¿cómo lo haría con los esquemas que tengo? No sé si haría un film noir con guiños a clásicos, seguramente lo haría pero con cosas que yo respiro, lo haría con María Villar, con Buenos Aires. Estoy terminando de trabajar el ciclo de Shakespeare, y se van a venir cosas nuevas, y puede ser la idea de género pero con mi estructura, no le tengo tanto prejuicio, no sucede, pero podría ser una adaptación propiamente dicha, no lo que yo hago, tal vez pueda adaptar un texto de manera fiel. Estoy en un proceso que se está terminando, siempre pensé mis shakespereadas como un ciclo, y ahora estoy viendo la punta desde donde empezó el círculo.

En la idea de la cacerola creo que uno puede seguir sumando ingredientes y cocinando, y pienso en tu equipo y pienso en otros como el grupo de El Pampero, donde todo se atraviesa con todo…
Ellos son muy cercanos e inspiradores, Alejo Moguillansky me ha editado, y un día Mariano Llinás, hablando de dirigir por encargo, una vez nos preguntó si uno podía filmar una escena de un beso en donde se crea el enamoramiento, porque en mis películas los besos funcionan como otra cosa, y creo que Mariano apuntaba a ver si nosotros podíamos filmar de una manera clásica, y me pareció interesante, como lo que me preguntaste sobre si filmaría algo por encargo, podría pasar algo así, a uno le gusta el cine clásico, pero no lo sé si podría hacerlo, es interesante, pero no lo sé, porque yo descreo mucho de cierta ilusión, como la del plano contraplano.

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