Crítica de "La mujer de vidrio", un desgarrador viaje a través de la violencia de género

En La mujer de vidrio (2022), protagonizada por la talentosa Camila Murias, nos sumergimos en la aterradora realidad de Laura, una joven que vive con el constante temor de su ex pareja, Hernán, quien la había atacado violentamente en el pasado y está a punto de regresar al pequeño pueblo de Córdoba tras finalizar una orden de restricción.

La película se centra en la fragilidad de una mujer que ha sido víctima de violencia de género, poniendo en relieve el calvario emocional y físico que atraviesa Laura. Camila Murias realiza una actuación visceral al dar vida a este personaje, transmitiendo con veracidad el miedo que la acosa en su día a día. La ansiedad al enfrentar la inevitable proximidad de su agresor es tangible, y el espectador se sumerge en su angustia a medida que se acerca el fatídico momento del reencuentro.

El contraste entre los oscuros y claustrofóbicos momentos que Laura experimenta, con los serenos paisajes del pueblo cordobés, es sobrecogedor. Los paisajes aparentemente tranquilos y cálidos se convierten en una cárcel emocional para Laura, quien se siente atrapada entre su pasado traumático y la inminente amenaza que se cierne sobre ella.

Al brindar una perspectiva auténtica y realista, la película nos permite empatizar con la protagonista y entender la complejidad de sus emociones y decisiones. Su lucha por liberarse del miedo y la angustia que la acosan diariamente resuena profundamente, sensibilizando al espectador sobre la importancia de reconocer y enfrentar el problema de la violencia doméstica en nuestra sociedad.

La mujer de vidrio trasciende el ámbito cinematográfico para convertirse en una poderosa herramienta para generar conciencia sobre la violencia de género. Su autenticidad y  enfoque nos desafían a reflexionar sobre nuestras actitudes y acciones como sociedad, animándonos a unirnos para erradicar esta realidad y construir un mundo más seguro.