Crítica de "El cambio de guardia": Martín Farina y una grieta patriótica

Este punto de encuentro, ocurrido hace 47 años, fue el germen de una relación duradera entre Norberto “Beto” Farina (padre del director), Juan Carlos “Tato” Gnemmi, Héctor “Luco” Luconi, Jorge “Tano” Dos Santos Russo, Omar “Gallego” Figueira y Juan José Chiariello. Ahora, como cada año, se reúnen durante el cambio de guardia del regimiento de patricios frente al Cabildo Nacional. El recuerdo de ser “soldados patricios” es el punto de anclaje del relato.

La película aborda el concepto de patriotismo que subyace en la amistad de este grupo de hombres, quienes se reúnen para asados, brindis y cafés, y donde discuten intensamente sobre política y el futuro del país. Cada miembro tiene sus propias convicciones, lo que genera debates acalorados que, como se muestra en el film, pueden escalar rápidamente a la agresión verbal debido a la dificultad para llegar a acuerdos.

Entre fotos de la infancia y de los uniformes de la guardia de honor, Farina explora las contradicciones y tensiones de estos amigos, quienes alguna vez cargaron fusiles para defender a su país bajo las mismas ideas. En el presente, sus conversaciones reflejan visiones opuestas sobre la Argentina, y el director las aborda con dinamismo y agudeza. A través de comentarios sobre uno de ellos que vive en el exterior o de otro que a menudo no asiste a las reuniones, se nos muestra la dinámica de este grupo. 

El cambio de guardia (2024) es otro ejemplo del estilo incisivo de Farina para capturar las relaciones humanas. Con sensibilidad y respeto, su cámara rodea a los personajes, describiéndolos en sus contradicciones, pero también mostrando sus similitudes y diferencias. Un aspecto del film que traza líneas de contacto con la anterior producción de Farina Los convencidos (2023). El entrañable grupo de amigos refleja aspectos de la idiosincrasia nacional, con sus luchas ideológicas, chicanas en conversaciones ocasionales, y muestras sutiles de cariño a través de gestos y ademanes.

Farina logra ofrecer una mirada íntima y reflexiva sobre la amistad y la política, al tiempo que establece un paralelo entre lo micro y lo macro, revelando cómo estas pequeñas historias de amistad y conflicto reflejan las tensiones y contradicciones más grandes de la sociedad argentina.