Crítica de "Please Baby Please", la psicodelia queer de Amanda Kramer con la nominada al Oscar Andrea Riseborough

Please Baby Please (2022) explora la relación ambivalente entre una pareja (interpretada por Harry Melling y Andrea Riseborough, nominada al Oscar por To Leslie, 2022) después de presenciar un asesinato cometido por una pandilla de Nueva York en los años 50. Esta pandilla de antihéroes queers se convierte en un escape para la pareja, hasta el punto en que comienzan a cuestionar sus identidades sexuales, lo que conduce a una serie de encuentros coreografiados y malentendidos, donde hay lugar para una participación de Demi Moore como una glamorosa vecina. Mientras el esposo se siente sexualmente atraído por el líder de la pandilla, la esposa está fascinada por una llamativa nueva amiga.

Kramer interpela la heterosexualidad y explora el desarrollo de lo queer en los años 50. Además, logra destacar el funcionamiento de la masculinidad frágil y la violencia que se utiliza para ocultar los verdaderos sentimientos. Los temas, abordados en medio de una serie de diálogos ingeniosos y extravagantes, se enfocan en la deconstrucción de los roles y las identidades de género en una época donde la institución del matrimonio y la sociedad en general imponían rigidez en la forma de ser de hombres y mujeres "reales".

Please Baby Please es un híbrido que entrelaza la comedia musical con el cine avant-garde, donde todo sucede en un espacio atemporal que recuerda a los escenarios de West Side Story (1961) y a la insolencia de John Cameron Mitchell en Hedwig and the Angry Inch (2001). Se percibe la sensación teatral de los años 50 en las decoraciones hiperestilizadas, llenas de luces de neón, niebla y colores sugestivos. La musicalización de Giulio Carmassi y Bryan Scary, y el tratamiento fotográfico a cargo de Patrick Meade Jones, que utiliza la técnica de Panavision, equilibran la elegancia y la osadía, logrando transmitir la excitación, artificialidad y estridencia de la época.

Los personajes principales, interpretados por Andrea Riseborough, Harry Melling y Karl Glusman, ofrecen actuaciones matizadas, resaltando la pasión y la confusión de sus personajes. Es especialmente notable la deconstrucción del personaje masculino de Glusman, que trae de vuelta la figura del hombre macho de la época dorada de Hollywood.

Please, Baby, Please es auténtica y en momentos surrealista, desdibujando la línea entre lo real y las alucinaciones. Kramer ha concebido una película arriesgada, apelando a una puesta en escena vibrante que permite al espectador experimentar la rebeldía del espectro juvenil y explorar en la psicodelia de las pandillas durante la segunda mitad del siglo XX.