Protagoniza “Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet”

Facundo Gambandé emprende un viaje introspectivo

“Mi personaje se escapa de su ciudad para poder estar tranquilo, sin la mirada ajena, y a mí también me sucedió”, reflexionó el actor en exclusiva con EscribiendoCine.

Facundo Gambandé emprende un viaje introspectivo
jueves 12 de agosto de 2021

Cada año, Facundo Gambandé parte desde su departamento, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, hacia la casa en la que pasó su infancia y adolescencia, en Córdoba Capital, donde se reencuentra con sus padres y hermanos, con los que comparte entrañables momentos. Sin embargo, en el 2019 sumó un nuevo destino a través de la película Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet (2020)-escrita y dirigida por Nicolás Teté-, ya que acompañó a su personaje Manuel en un viaje de redescubrimiento personal y reconstrucción familiar en Villa Mercedes, San Luis.

VUELVO A CASA

Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet se centra en Manuel (Facundo Gambandé), quien se dirige a su ciudad natal para el aniversario de casados de sus padres (María Fernanda Callejón, Diego De Paula) y, a su vez, para conseguir dinero e irse a vivir con su novio (Ramiro Delgado) a Dinamarca. La última vez que el joven había visto a sus progenitores y hermanos (Antonella Ferrari, Pablo Valdés) fue cuando les contó sobre su orientación sexual y, desde ese momento, la relación se volvió complicada. El reencuentro le sirve para rearmar el vínculo con sus padres, conocer un secreto que todos le esconden a su hermano (Mateo Giuliani) y descubrir qué quiere para su futuro.

El contacto entre Facundo y Nicolás se dio a partir de Disney, ya que ambos estaban realizando proyectos para la empresa. El director le mostró su guion al actor y le propuso ser el protagonista del filme. Dicha invitación fue rápidamente aceptada por Gambandé, ya que se sentía muy identificado con la historia y, además, le representaba una nueva faceta en la pantalla grande, debido a que sus anteriores proyectos cinematográficos (Cantantes en guerra, Bruno Motoneta, Solo el amor) estaban destinados principalmente al público infantil y/o juvenil.

“A medida que iba leyendo la historia y lo que le sucedía al personaje notaba que coincidía con muchas cosas que habían pasado en mi vida real: ser de una familia con varios hermanos, ser del interior del país y un conflicto principal relacionado a la salida del closet y a cómo la familia se lo toma, aunque yo creo que lo mío no fue tan conflictivo como le pasa a Manuel en la película. Asimismo, lo que él sintió al irse de su ciudad natal para encontrarse y buscar otros horizontes me pareció fundamental y, también el cariño y el vínculo que se genera y se muestra en la familia, que es algo que yo tengo muy presente en la mía, ya que cuento con una relación muy linda con mis padres y hermanos”, asemejó el protagonista de la comedia dramática.

PUNTOS DE QUIEBRE

En reiteradas ocasiones, a la hora de componer sus personajes, antes de ahondar en sus personalidades, Facundo busca aportarles algo desde la apariencia física, por lo tanto, para dar vida a Manuel buscó un look contemporáneo, que implicó abandonar sus rulos característicos y dejar su pelo bien corto, con flequillo. Y, en cuanto al trabajo interno, profundizó en los pensamientos y en los conflictos a los que se enfrenta el protagonista de Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet.

“Toda la peli fue un gran desafío, debido a que el personaje pasa por muchos momentos, de alegría, de tristeza, de enojo, entonces, ir cambiando constantemente de emoción y sensación era un reto muy grande. Aparte, yo estoy en casi todas las escenas de la película, lo que significaba grabar primero de una manera y, después, de otra. Eso requería dar con la tecla en el momento justo de la secuencia para poder interpretar y transmitir lo que había que contar en ese momento”, describió.

A lo largo de la vida uno atraviesa diferentes crisis, ya sea de manera sucesiva o en simultáneo. Este último caso es el de Manuel, quien atraviesa múltiples circunstancias complicadas: el amor a distancia y la consiguiente separación de su novio, las presiones por su futuro académico y laboral, la incomodidad hogareña y la responsabilidad de encubrir un secreto que involucra a uno de sus hermanos, entre otras situaciones.   

“Son momentos de replanteos. A veces uno toma decisiones creyendo que son las correctas, o que lo van a hacer escapar de otras situaciones, pero siempre todo vuelve, es decir, de lo que uno cree que huye, en realidad, termina apareciendo de vuelta, de una manera u otra, y Manuel se ve cruzado por esta crisis casi existencial. Regresa a su ciudad con la idea de plantearle algo a los padres e irse de viaje y, de repente, se ve envuelto en algo que quería pasar por encima y lo termina atravesando”, señaló Gambandé.

Manuel acepta su orientación sexual, de hecho, la compartió previamente con su familia. Si bien sus padres lo acompañan, no lo expresan de manera genuina, por lo que el vínculo entre los tres, más allá de estar motorizado por el amor, se caracteriza por cierta distancia, tensión y silencio ante el abordaje de determinadas cuestiones.  

“A veces se cree 'Bueno, está todo bien, pero mejor no hablemos del tema', y Manuel quiere expresarse y poder vivir con más libertad, y es loco que el mundo con el cual tiene que pelear es su propia familia, por lo que también es un desafío muy grande para él. Quiere ser feliz, ser él mismo”, planteó el actor.  

En cuanto a la construcción de los lazos familiares en la ficción, indicó: “Para Nico, como director, y para nosotros, como actores, era un reto generar un vínculo que fuera natural y no forzado. A pesar de que todos nos conocimos directamente para hacer la película, hubo familiaridad y empatía, lo cual fue fabuloso. En los ensayos de las escenas teníamos charlas y, a su vez, en los momentos en los que interactuábamos todos los integrantes de la familia, más allá del guion, improvisábamos, y se daba de una manera interesante, ¡nos sentíamos como en casa!”.  

MI OTRO YO

A raíz de los múltiples puntos de contacto entre su vida y la de Manuel, el protagonista del filme reflexionó a nivel personal en torno a una serie de tópicos. En su caso, partió de su casa de Córdoba hace once años y, desde ese momento, hubo diferentes remodelaciones en la vivienda, de hecho, sus hermanos menores fueron adaptando los distintos espacios para sus vidas cotidianas. Más allá de los cambios, cada vez que Facundo visita su hogar se reencuentra con energía positiva y felicidad.

“Siempre fui una persona muy alegre, muy arriba, tirando para adelante, y cuando vuelvo a Córdoba y veo a mi familia comparto eso. Quizás algo que pasaba cuando yo vivía ahí era que chocaba un poquito más con ellos, por diversos motivos, como la revolución misma de la adolescencia. Ahora vuelvo como un hombre mucho más plantado y con las ideas más claras”, contó y, luego, agregó: “Tengo otro tipo de relación con mis papás y hermanos, mucho más madura, hemos crecido y evolucionado todos en distintos aspectos, eso está buenísimo y lo disfruto”.

Entre las crisis que debe afrontar él, y las que debió transitar su personaje, relacionó: “Esta idea de irse de la ciudad para buscar nuevos horizontes, y otra vida, u otras formas, a mí me atravesó. Creo que cuando me vine a Buenos Aires también tuve la posibilidad de encontrarme mucho más a mí, como le pasa a Manuel, que se escapa de su ciudad para poder estar tranquilo, sin la mirada ajena, y a mí también me sucedió”.

Respecto a su postura frente a los conflictos, reconoció que suele tratar de escaparles y generarse cosas buenas, por lo que, cuando ve que hay algo que no le gusta o no le cierra demasiado, trata de darle la vuelta y solucionarlo, para que sea lo menos doloroso posible. Además, destacó la importancia de la compañía de su novio, amigos y familia, que lo han ayudado en diversas oportunidades y son su cable a tierra.

Las presiones propias y ajenas suelen estar presentes en la cotidianeidad. Sobre la repercusión de las mismas en su vida, el actor admitió: “Es complicado. Sinceramente hay veces que puedo contra ellas, y hay veces que me ganan, por lo que intento laburarlas. Busco que no se vuelva una presión, sino una mirada o una opción, y no una obligación del estilo de 'deberías hacer esto o aquello'. Intento relajar y sobrellevarlas, evolucionar”.

Por último, ante la pregunta de qué fue lo mejor, y qué lo peor, de crecer, reflexionó: “Quizás lo mejor son las libertades que uno puede tener siendo más adulto, y las decisiones que uno puede llegar a tomar, pero lo peor también es que, con esas libertades, vienen responsabilidades, y uno empieza a comprender que lo que se decide tiene consecuencias”.

UNA LUCHA SIN FRONTERAS

Cabe destacar que Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el closet estuvo alrededor de un año compitiendo en distintos festivales internacionales, especialmente de cine LGBTQ+. Además del reconocimiento de los espectadores y la crítica, se coronó como ganadora del premio Guadalajara Construye en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y de los premios del público de los festivales Pride Queer Australia y JocK et QueerScreen font leur cinéma en Francia.

“Me escribieron muchas personas que vieron la película en festivales de distintos países, con distintas culturas, y me decían que se sentían identificadas con lo que sucedía en la historia, con mi personaje o con los de mis padres, lo cual habla de una problemática que le sucede a toda la comunidad gay, sobre todo a nivel familiar. Muchas veces cuesta en las familias, y es interesante que en esta película se vean las dos miradas, la de Manuel, de cómo vive y quiere vivir, y la de los padres, qué les pasa a ellos teniendo un hijo gay, y quizás no habiéndose educado para tener un hijo gay. Por eso quiero que este filme lo vean las familias”, manifestó Facundo.

Sobre el significado del largometraje en su camino artístico, el actor concluyó: “Para mí es súper importante poder contar este tipo de historias y, encima, en este caso, me siento totalmente identificado. Hay un montón de cosas que he vivido, otras que no, pero es lindo poder visibilizarlo, entender que se ha avanzado mucho con respecto al tema, pero que todavía falta un montón. Estoy agradecido a Nico por haberme convocado y a todo el equipo que me acompañó y contó esta historia”.

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