Protagoniza “Alemania”, de María Zanetti

Miranda de la Serna a corazón abierto en la pantalla grande

“Soy bastante sensible, me calan hondo los personajes”, confesó la actriz en una entrevista exclusiva con EscribiendoCine.

Miranda de la Serna a corazón abierto en la pantalla grande
Miranda de la Serna
Miranda de la Serna
jueves 11 de abril de 2024

A primera vista. Así fue el amor que sintió Miranda de la Serna hacia la actuación cuando era una niña, a partir de la observación del disfrute de la profesión por parte de su madre y su padre, y que aun sostiene en el presente, a sus 23 años de edad. Y a primera leída fue el amor que sintió por Alemania (2024), la ópera prima de María Zanetti, tras adentrarse en el guion durante un vuelo de España a Argentina y llorar mientras recorría cada página. En dicha película dramática, la actriz interpreta con compromiso y sensibilidad a una joven que padece un trastorno bipolar, lo cual repercute en la vida familiar. “La encaré desde un lado respetuoso”, planteó.

DETRÁS DE UN ALMA FRÁGIL

En 2022, con un celular y la ayuda de una amiga, Miranda de la Serna grabó el casting para la película Alemania, que le habían enviado la guionista y directora general, María Zanetti, y la directora del casting, Katia Szechtman. Luego, al ser elegida para interpretar a la joven Julieta dentro del filme dramático, la actriz sintió felicidad y entusiasmo, no solo por ser parte de la entrañable historia sino, también, por trabajar con la cineasta y materializar frente a cámara su visión.

El relato audiovisual sigue a Lola (Maite Aguilar), una muchacha de 16 años que está rindiendo las materias que se llevó del colegio, cuando aparece la posibilidad de ir a estudiar un semestre en el país europeo. Ella quiere viajar, pero su familia, absorbida por el trastorno bipolar que enfrenta su hermana mayor, Julieta (de la Serna), no quiere que haga el traslado, no es el momento. La inestabilidad y el desgaste en el vínculo con sus seres queridos hacen que la protagonista persista con su idea y salga a buscar nuevas experiencias que le devuelvan otra mirada sobre sí misma y las circunstancias que la rodean.

“Siempre me dieron ganas de hacer un personaje como Julieta. Tiene una cosa medio salvaje, que me gustó investigar y con la que me sentí un poco cómoda. Traté de encararla desde un lado respetuoso, no hacer algo caricaturesco, considerando a la gente que está atravesando un momento así. De hecho, en mi familia hay personas que atravesaron circunstancias un poco parecidas a las que transita ella. Y también la trabajé con María, en base a un lugar muy personal, ya que ella vivió algo similar. Por lo tanto, a partir de nuestras historias de vida y perspectivas encontramos puntos en común para abordar el papel”, describió Miranda.

Respecto a la construcción de su interpretación en Alemania, la actriz resaltó la importancia de otro proyecto que estaba llevando a cabo en ese tiempo. Se trataba de la obra teatral clásica de Federico García Lorca Bodas de sangre, donde daba vida a la Novia. “Yo estaba muy emocional y con el corazón muy abierto en ese momento de mi vida, con papeles que estaban viviendo situaciones especiales y transversales. Me ha pasado de llegar a casa después de haber filmado alguna escena un poco heavy y llorar antes de dormir. Soy bastante sensible y me calan hondo los personajes”, señaló.

A continuación, sobre los tiempos de ingreso y egreso de un sujeto ficticio en su vida planteó: “A veces preferiría dejarlo cuando salgo del rodaje y antes de entrar en la puerta de mi casa, pero quizás se complica y termino angustiada o haciéndome preguntas que yo no me haría si no estuviese actuando esas escenas. Con Julieta me pasó en algunas secuencias específicas que me costaba salir, no en el sentido de que volvía a mi casa y era ella, sino que me quedaba pensando bastante en sus ideas y sentimientos”.

En la ficción de Zanetti, los lazos afectivos más cercanos de la hija mayor de la familia son su madre, su padre y sus hermanos menores. Sin embargo, con quien comparte más pasajes de complicidad, y a su vez instantes de distanciamiento y tensión, es con su hermana Lola. Acerca de la interacción con Aguilar, que hizo su debut en la pantalla grande, de la Serna valoró: “A Maite la adoré desde que la vi. Es una persona entrañable, siento que encontré en ella una hermanita chiquita, que me generaba ternura. Después de pelear en alguna escena, al cortar, me moría de amor y nos abrazábamos. Considero que nos re entendimos y encontramos. Ahora, nos queremos un montón y siempre que nos vemos somos como hermanas”.

YO, ADOLESCENTE

En Alemania, Julieta -que tiene 19 años-, a diferencia de Lola -que tiene 16-, está experimentando la transición de la adolescencia a la adultez, con todos los desafíos que ello implica, sumado a la inestabilidad que padece a raíz de su trastorno. Al recordar esta etapa de la vida, en su caso fuera de la ficción, Miranda se trasladó a los últimos años de la escuela secundaria, que la transitó de manera híbrida. Cuando estaba en el tramo final tuvo que arrancar la cursada a distancia, por su labor artística, y al año siguiente decidió volver a la modalidad presencial porque iba a egresarse y quería disfrutar ese tiempo con sus compañeros. 

“Obviamente hubo momentos de la adolescencia en los que la pasé muy bien, y otros en los que no. Por ahí, un día estás pasando por un garrón, pero te pasa a buscar tu amigo en bicicleta y sos un niño. Por suerte, empecé a trabajar cuando era adolescente y eso me salvó mucho de los momentos en los que sufría un poco más. De todos modos, siempre estuvieron mis amigos y mi familia como sostén. Entonces, ese período se pasó no tan dramáticamente”, aclaró.

LOS CAMINOS DE LA VIDA

Buena onda en el set de filmación o en el escenario. Disfrute con colegas e integrantes de distintas áreas del proyecto. Tomar mates y reír antes de ir a las escenas o las funciones. El aporte de ideas por cada miembro del conjunto. Que estos acontecimientos lúdicos y cotidianos estén presentes en cada ambiente laboral del que forma parte es algo que siempre celebra la actriz protagónica de Alemania, y constituye sus premisas profesionales.

Asimismo, se refirió a aquellas cuestiones que ha incorporado a su usina artística a lo largo del tiempo. “Siento que de cada persona y propuesta me fui apropiando cosas y las volví mías. Cuando hice Bodas de sangre descubrí que me gustaba mucho la poesía romántica, me enamoré perdidamente de Lorca y de la prosa, incluso hoy me compro libros de poesía y escribo. O cuando hice la obra Potencia Gutiérrez tuve que aprender a bailar zamba correntina, que nunca en la vida lo había hecho, y me encantó. Son aspectos que uno toma de sus personajes. A veces también se trata de alguna forma de pensar o algún sentimiento que no te había atravesado hasta ese entonces, te gusta y lo adquirís”.

LEGADO ARTÍSTICO

En 1998, la actriz Érica Rivas y el actor Rodrigo de la Serna se conocieron grabando la telenovela de Pol-ka Campeones de la vida, que se emitió por El Trece. Empezaron una relación amorosa y en 2001 tuvieron una hija: Miranda. Hasta el momento, la joven no compartió un proyecto artístico con su padre, aunque confesó que le encantaría. Con su madre hizo los largometrajes Antes del estreno, Bruja, Elena sabe y el corto Nada de todo esto, que ha recorrido varios festivales pero todavía no se estrenó en salas argentinas. “Siempre trabajar con ella es increíble, aparte ya tenemos un terreno ganado, hay confianza y lo disfruto muchísimo. Además, a medida que vamos creciendo, encontramos distintas formas de trabajar juntas”, destacó.

En cuanto a su crianza en el seno de una familia de artistas, agradeció: “Nunca dudé en que quería ser actriz. En gran parte es porque mis padres lo disfrutan mucho y pude apreciar cuando ellos estudiaban y preparaban los personajes. Ya era parte de mi cotidiano. La actuación es como el gran amor de mi vida”.

PUNTO DE INFLEXIÓN

En 2021, se estrenó la película dramática Errante corazón, escrita y dirigida por Leonardo Brzezicki. Allí, Santiago (Leonardo Sbaraglia), un hombre quebrado emocionalmente, parece no tener ningún tipo de eje y está totalmente a la deriva en su vida personal. Junto a Laila (de la Serna), su hija adolescente, vive lo que parece ser un verano caótico en Argentina y en Brasil, pero termina siendo un punto de inflexión en la relación y vidas de ambos. Por su labor en el largometraje, la actriz ganó el Premio Sur en la categoría “Revelación femenina”.

Errante corazón fue un momento bisagra de mi vida y carrera. Tiene un guion y un elenco espectacular, ¡sentía que estaba soñando! Además, pude enlazar un vínculo con Leo, nos queremos un montón y nos llevamos súper bien, ¡ojalá volvamos a trabajar juntos!”, resaltó la actriz.

TERROR ENTRE EL ESCENARIO Y LA PANTALLA

Días atrás, Miranda arrancó el rodaje del filme de terror psicológico El llanto del perro, en el que es la protagonista, productora (junto a su amigo Federico Venzi, que a su vez dirige) y creadora de la idea (también con Federico y Bonzo Villegas). “Estamos haciendo cine de guerrilla a full. Y estamos re felices, con un gran equipo, ¡es un sueño!”, compartió.

Por otro lado, en el ámbito teatral, se encuentra protagonizando la obra El juego: la herencia, escrita por Francisco Ruiz Barlett, codirigida por Juan Cottet y Vera Noejovich, y con funciones los lunes por la noche en El Método Kairós (Palermo). La historia se enmarca en el presente, cuando un grupo de primos proveniente de una familia con raíces esotéricas, se reúne a jugar a la OUIJA para develar el misterio que se encierra detrás de la desaparición de su primo Tomás. “¡Nos divertimos asustando a la gente!”, expresó entre risas la actriz.

SÍ A LA CULTURA

En tiempos en los que se ha puesto en debate el rol de la cultura en la sociedad, la protagonista de Alemania opinó: “Todo lo que está pasando, y apuntar a la cultura como el gran problema que tiene Argentina hoy en día, y apuntar a los artistas, me da mucha tristeza y pena. Me parece que es muy peligroso, la cultura está en riesgo. Argentina es un país que tiene artistas increíbles en todos los rubros y formas. Yo estuve haciendo una obra en el Teatro Cervantes hasta hace muy poco y se notaba el miedo de que un día se cierre todo y no haya más. Seguimos trabajando con mucho amor y tratando de hacer más liviano este tema, pero sí es muy triste y peligroso”.

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