Protagoniza “Los amantes astronautas”

Lautaro Bettoni al frente de un viaje audiovisual que reflexiona sobre las incógnitas del amor

“Actuamos por el encuentro con el otro, que te salva, te reordena y te hace acordar cómo sos”, manifestó el artista en una entrevista exclusiva con EscribiendoCine.

Lautaro Bettoni al frente de un viaje audiovisual que reflexiona sobre las incógnitas del amor

La misión de un artista tiene puntos en común con la de un astronauta. Este último entrena cada jornada para, luego, subirse a una nave equipada y emprender vuelos espaciales con misiones específicas vinculadas a la búsqueda y la experimentación, que repercutirán en la vida del ser humano. Mientras que el primero potencia sus aptitudes innatas con enseñanzas y herramientas adquiridas en el estudio y el trabajo para, después, abordar proyectos audiovisuales o teatrales que impactarán en su vida y en la de su público. En el caso de Lautaro Bettoni transita día a día el camino de la actuación y, a partir de la analogía de la película Los amantes astronautas (2024), con su personaje Maxi, exploró las preguntas alrededor del amor.

HACIA LA ODISEA DEL AMOR

La trayectoria de un actor no suele ser lineal, es decir, va y viene entre diferentes proyectos. Mientras hace una audición para uno -en el que puede ser elegido, o no-, también puede estar ensayando para otro y, a su vez, rodando o haciendo funciones para otros, entre distintas posibilidades. Cuando Lautaro grabó el casting virtual para el filme Los amantes astronautas, escrito y dirigido por Marco Berger, además estaba filmando el largometraje No corre el viento.

Para ese momento, Bettoni ya poseía cierta noción de la filmografía desarrollada por el cineasta. Había visto títulos como Plan B (2009) -al que definió como un “golazo”-, Un rubio (2019) y El cazador (2020), entre otros, y conocía bastante a uno de los integrantes del reparto de Los agitadores (2023), que le había contado sobre el proceso de realización.     

“La escena del casting para Los amantes astronautas consistía en un encuentro entre los chicos. La grabé en mi casa, y me acuerdo que Julián Ponce Campos, un amigo, y gran actor, con el que vivía en ese momento, me tiraba texto fuera de cámara y yo iba actuando. Veía lo que se me disparaba y creía que podía sumar. Así fuimos probando, hasta que encontré lo que más o menos me pareció que podía ir y se lo mandé a Marco”, describió el intérprete.

A continuación, sobre el momento de su selección como uno de los dos protagonistas de la película, recordó: Ese día, a las pocas horas, estaba en el balcón y me llegó un mensaje de mi representante que decía '¡Felicitaciones, otra protagónico, qué alegría!'. Yo estaba chocho, ¡no me entraba la felicidad en el cuerpo! Marco es una de esas personas que tienen la suerte de saber qué películas quieren hacer, y su equipo técnico y artístico lo tienen bastante claro, eso transmite muchísima seguridad”.

El relato ficticio comienza cuando Pedro (Javier Orán) llega a la playa y se reencuentra con Maxi (Bettoni), a quien no ve desde que era niño. Con la intención de darle celos a su exnovia, Maxi le pide a Pedro que simule ser su novio. Éste acepta divertido, pero no advierte que ese juego puede volverse real.

“Algo muy lindo es que la historia transcurre en Mar de las Pampas, un lugar al que le tengo mucho aprecio. Fui bastante de chico, y también ahora voy con mi novia (la actriz Carolina Kopelioff). Encima, para mayor coincidencia, el rodaje (noviembre del 2022) fue en una casa ubicada a una cuadra de la residencia en la que yo pasé infinitos veranos, así que fue re movilizante. Antes iba solo por ocio, esta vez fuimos a laburar”, indicó.

UN PASAJERO ENTRE LA PASIÓN Y LA RAZÓN

Maxi es un joven que se caracteriza por ser atrevido, carismático, gracioso, ocurrente y seductor. Asimismo, se trata de alguien que en el transcurso de la historia intenta resolver las diferentes contradicciones que aparecen entre su mente y su corazón. Y es su sentido del humor el que le posibilita exponer, u ocultar, sus verdaderos deseos y sentimientos. De hecho, las conocidas premisas 'todo chiste esconde algo de verdad' y 'entre broma y broma, la verdad se asoma' atraviesan su vida constantemente.

“Pensé a Maxi como una persona muy irreverente, con buenas intenciones, que se lleva todo puesto. Todo el tiempo apela a la comprensión de los otros, en parte es un poco egocéntrico, y en parte -genuinamente- tiene una disyuntiva de gran envergadura. Traté de entender qué puede llevar a alguien a tener reacciones ambivalentes, entre calculadoras y juguetonas”, planteó el actor detrás del personaje.

Luego, se refirió al género del film, ya que fue su primera experiencia en una comedia romántica. “¡Me pareció súper divertido y lindo de transitar! La comedia es efervescente, hay un registro fresco y natural. El desafío era generar ecosistemas en los que pudiéramos estar cómodos y relajados, no tan pendientes de ser graciosos. Eso fue un aprendizaje, divertirnos nosotros para que, por consecuencia, en el lugar más insospechado aflore algún tipo de risa en quien mire la película”.

Para la construcción del sujeto ficticio, Bettoni tomó las indicaciones de Berger, los resultados de los ensayos pre rodaje y referencias personales. En torno a este último aspecto, aclaró: “Considero que todos los personajes que uno hace tienen una inevitable carga de expresividad propia. Eso no quiere decir que uno haga de uno mismo, sino que, para mí, la única manera de actuar más o menos genuina es respondiendo honestamente a lo que plantea la escena y la singular gestualidad. Podemos elegir cómo actuamos hasta ahí, inevitablemente tenemos un tipo de facciones, de timbre de voz, de distintas cosas, que hacen que uno posea una cadencia que va mejor con ciertos papeles”.

Así como Maxi pasa sus días junto a Pedro, Lautaro compartió extensas jornadas de trabajo con el actor español, el otro protagonista de Los amantes astronautas. Acerca de la dupla resaltó: “¡Fue lo más! Nos conocimos en Capital Federal y fuimos a la playa, charlamos durante todo el viaje en el micro. Javi es un tipazo, gran actor, muy gracioso. En los ensayos trabajamos juntos las escenas más complicadas, lo que nos hacía ruido o nos daba inseguridad, lo que nos gustaría probar. ¡Pegamos muy buena onda! Él es muy hincha del club Rayo Vallecano de Madrid y yo soy de Racing, entonces intercambiamos camisetas. Salíamos a tomar algo y a caminar, hubo distintas situaciones en las que pudimos hacer un poco de bromance y parecer más amigos”.

UN ESPACIO ENTRE NOSOTROS

Retomando los puntos de contacto entre un astronauta y un artista, Bettoni analizó, a partir de su labor, distintos aspectos y tópicos que pueden reconocerse en ambos oficios. En cuanto a su formación actoral ha sido principalmente en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD), aunque la ha ampliado a través de distintos cursos y entrenamientos, por ejemplo, ahora está haciendo un seminario a cargo del guionista y dramaturgo Javier Daulte. Asimismo, se ha nutrido de recursos adquiridos en sus experiencias de audiciones, ensayos, funciones y filmaciones, incluso de observación de los trabajos de sus colegas en todo tipo de proyectos.

Así como una nave despega desde la Tierra hacia el espacio exterior, lejos de una mirada exitista, Lautaro reflexionó en torno a cuáles son las cuestiones que le permitieron integrar eclécticas obras artísticas y tomar cierto 'vuelo'. “Creo que fue más que nada suerte. Hay una cuota de mi individualidad que seguramente sumó, pero también es el timing de la vida. Es todo muy fluctuante, despegar da una sensación de abajo hacia arriba que no considero del todo acertada. A la primera película que hice (Temporada de caza) le fue muy bien y por suerte pude destacarme, pero podría no haber sido el caso e igual la hubiera hecho feliz. Es tener, y tenerse, paciencia, ya que es un mundo en el que hay muchos factores que no dominamos y pueden definirnos un año de trabajo, el cual no es solo cuando estamos filmando, hay que generar las herramientas para poder lidiar en los momentos en los que no se está realizando algo”.

El asombro suele estar presente en el cosmonauta que arriba a desconocidos territorios. El actor pensó en aquellas aristas que lo sorprendieron, tanto de él mismo al transitar la profesión como de la gente que fue apareciendo en su vida. Lo que más admiró del entorno fue la “hermosa predisposición al laburo de la gran mayoría de gente que compone la industria audiovisual”. Y en su caso particular fue la adaptabilidad a los mecanismos de cada producción y la trascendencia social que puede tener un proyecto del que ha sido parte.

Por otro lado, respecto a la misión, individual y colectiva, por su rol de artista, postuló: “Por lo pronto, dentro de lo posible, es seguir encontrándome con personas que me sigan haciendo amar esta profesión. Este país y esta industria tienen gente muy capaz y hermosa. En un contexto en el cual todo está muy ensombrecido, hay que seguir sosteniendo los espacios de creación. Hoy, busco mantener prendida la llamita de la creatividad y que si alguien está medio tambaleando, no sabiendo qué hacer de la vida, sea lo que sea a lo que se dedique, pueda ver algo de lo que yo hice y tenga ganas de continuar armando cosas con los demás. Ojalá también me pase a mí con el trabajo de mis colegas. El actuar, a veces, tiene una visión muy sobre el sujeto actor o actriz, sin embargo, me parece que la mayoría actuamos por el encuentro con el otro, por su mirada que te salva, te reordena y te hace acordar un poco más cómo sos”. 

FLASHBACK: FRAGILIDAD DETRÁS DEL ARMA

El debut de Lautaro en la pantalla grande fue a través del filme dramático Temporada de caza (2017), escrito y dirigido por Natalia Garagiola. Allí, interpreta a Nahuel, un adolescente con conductas violentas que se ve obligado, tras el fallecimiento de su madre, a pasar unos meses con su padre biológico (Germán Palacios) en la Patagonia, y debe confrontar su propia capacidad para amar y matar. Por su labor, el actor obtuvo la estatuilla a “Revelación masculina” tanto en los Premios Cóndor de Plata como en los Premios Sur. “Fue el laburo que más me marcó, en algún punto, por ser el primero y por tener un sabor particular”, señaló.

FLASHFORWARD: ENTRE PLANOS Y MELODÍAS

Bettoni aguarda el estreno del largometraje Naufragios, dirigido por Vanina Spataro, donde comparte elenco con Alfonso Tort, Sofía Palomino y Maiamar Abrodos. El relato sigue a Maite quien, con el corazón destrozado, enojada y en busca de consuelo, llega a un pueblo costero donde varias almas comparten sus vidas solitarias. “No conocía La Pedrera, que es donde la filmamos, y fue divino, con gente muy querida, ¡me encantó el rodaje! El sonidista era el mismo que el de Temporada de caza, así que ya lo conozco, además es con quien estoy trabajando una serie (con la guionista Dolores Durán)”, adelantó.

Cambiando de proyectos, días atrás, culminó el rodaje del filme de terror psicológico El llanto del perro, donde Miranda de la Serna es la protagonista, productora (junto a Federico Venzi, que a su vez dirige) y creadora de la idea (también con Federico y Bonzo Villegas). En el ámbito musical, prepara un álbum conformado por temas propios y con la participación de sesionistas, como la banda de rock 1915. 

SÍ A LA CULTURA

En tiempos en los que se ha puesto en debate el rol de la cultura en la sociedad, el protagonista de Los amantes astronautas opinó: “Es muy heterogéneo todo lo que conforma el hacer cultural de un país y tenemos la fortuna de vivir en uno donde eso es súper ecléctico, hay un montón de voces que merecen ser escuchadas, sobre todo para que los individuos puedan verse reflejados. El cine argentino es súper reconocido en el resto del mundo. El trabajo es seguir generando contenidos que conmuevan y que hablen de lo que somos, ya hay muchas voces con la nariz en la vitrina de otros países contándonos lo que podemos ser, y otras realidades, lo que no quita que son muy divertidas y enriquecen, yo amo las series extranjeras”.

Por último, hizo alusión al 14 de marzo del corriente año, cuando en la puerta del Cine Gaumont hubo represión hacia la comunidad audiovisual, la cual se manifestaba de manera pacífica rechazando el desguace del INCAA. “Más allá del desenlace espantoso y provocador por parte de la Policía, hasta ese momento había sido increíble. Vi gente con la que trabajé durante muchos años, a mi hermana y sus amigos que están empezando a estudiar cine, a hijos, padres, madres, abuelas, todas las caras que hacen esta industria. Creo que el ensañamiento de ahora es más una cuestión ideológica. ¡Un abrazo muy grande a toda la cultura!”, concluyó.

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