Protagoniza “La noche que luché contra Dios”

Tomás “Toto” Kirzner al frente de un viaje revelador sobre su historia

“No lo noté como un trabajo, sino como un viaje introspectivo”, reflexionó el actor en una entrevista exclusiva con EscribiendoCine.

Tomás “Toto” Kirzner al frente de un viaje revelador sobre su historia
jueves 04 de abril de 2024

Cuando un personaje emprende un viaje físico dentro de un relato cinematográfico, generalmente, afronta vicisitudes y aparecen distintos cambios en su vida. En mayor o menor medida, el actor que interpreta a dicho sujeto, al descubrir, transitar y reflexionar sobre diversas cuestiones, también puede experimentar modificaciones en su presente. En el caso de Tomás “Toto” Kirzner, protagonizar la película La noche que luché contra Dios (2024) le significó una vivencia aún más trascendental. Es que, al encarnar al médico Benjamín Sheinberg, y acompañarlo en su travesía espiritual por Israel, tuvo revelaciones sobre su historia personal y familiar fuera de la ficción. “Este personaje vino en un momento de mi vida muy necesario”, agradeció.

UNA AVENTURA AUDIOVISUAL Y ESPIRITUAL

La noche que luché contra Dios (2024), escrita y dirigida por Rodrigo Fernández Engler, es una historia basada en hechos reales que cuenta las vivencias de Benjamín Sheinberg, interpretado por Tomás “Toto” Kirzner, y de Jacob. Se trata de dos hombres separados por casi 4 mil años, pero unidos por una misma causa, enmarcada en un drama histórico, y en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia.

Respecto a Benjamín, el público lo conoce el 18 de julio de 1994, cuando el muchacho tiene 24 años y emprende su primera jornada como médico residente en el Hospital de Clínicas (Buenos Aires). Ese día, una bomba explota en la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), causando la muerte de 85 personas. Tras este trágico hecho, Sheinberg se ve sobrepasado, ya que la situación lo afecta más allá de lo profesional, y marcha a Israel. Allí, Rubén, un viejo amigo de su abuelo, le narra la biografía de Jacob, con quien encuentra diversos puntos en común.

“Este personaje vino en un momento de mi vida muy necesario. No sabía el porqué, pero estaba con muchas ganas de redescubrir algo de la cultura judía, del lado de mi papá (Adrián Suar); también estaba interesado en mi abuelo, Leibele Schwartz, a quien no conocí y fue muy importante para la colectividad, fue jazán y un cantante muy groso. Benjamín fue de los pocos papeles que hice hasta ahora que estuvo muy pegado a mi realidad, entonces, cuando grabé en Jerusalén no lo noté como un trabajo, sino como un viaje introspectivo espectacular. La huella que me dejó, quizás, fue una enseñanza y un aprecio aún más grande, del que ya tengo, por mi abuelo”, valoró Tomás.

VER LA HISTORIA

Si bien el actor no había nacido cuando ocurrió el atentado a la AMIA -nació en 1998-, ni tuvo familiares directos que fallecieron en el terrible hecho, desde chico estuvo informado y tuvo presente lo sucedido. En torno a la responsabilidad de protagonizar esta historia en la pantalla grande, planteó: “Queríamos contarla desde un lugar de mucho respeto. Es algo que, como Nación, nos afecta a todos, si tenés un poco de empatía y sensatez”.

Días antes del estreno en diversas salas comerciales del país, el largometraje dramático tuvo una proyección especial en la AMIA. Sobre dicha función, compartió: “No solo había gente del filme, amigos o familiares nuestros, sino también voluntarios, sobrevivientes o personas que perdieron a otras ese día. Fue muy fuerte, y los testimonios posteriores fueron maravillosos. Nos agradecieron, nos abrazaron y nos contaron un poco sus historias. Así se revaloriza la película y a nosotros nos asienta, nos sentimos re conformes con lo que hicimos. Una señora me dijo que le gustó mucho que hubiera silencios y se respetara eso. Se trata de un duelo interminable”.

A continuación, se refirió a la importancia de las obras artísticas para contribuir al recuerdo de estos desgarradores hechos. “La identidad más grande que tiene el arte es poder contar estas historias y que la gente se vaya a reflexionando de una sala de teatro o de cine. También lo más lindo que genera el arte es el debate de todo lo que te puede pasar viendo eso, de todas las emociones que te pueden suceder”.

UNA CONSTRUCCIÓN A LO LARGO DEL TIEMPO

Aunque Benjamín es un médico, no le requirió a Kirzner una profunda inmersión en dicha profesión, debido a que, justamente, el personaje está llevando a cabo su primer día en el nosocomio cuando acontece la tragedia, y ya en las escenas siguientes se aborda su paso por el país del continente asiático. No obstante, el actor sí se asesoró con el personal de salud del Hospital de Clínicas de Córdoba para los planos de las secuencias en las que Sheinberg debía auxiliar a personas heridas de gravedad.

“Empezamos a rodar a principios de 2022, durante tres semanas en Argentina, y nos fuimos a Jerusalén recién en octubre de ese año, que ahí terminamos de hacer la película. ¡Pasó muchísimo tiempo en el medio! Por lo tanto, el desafío no solo fue la continuidad del pelo o de pensar cómo estaba físicamente sino, también, lo interno del personaje, aquello que había construido en Córdoba meses atrás. Porque en el intervalo había estado con otros laburos, tuve que volver a entrar en Benjamín y a estar en sintonía. Haber viajado me ayudó velozmente, incluso me di cuenta cuando llegué ahí”, describió.

ENTRE VOS Y YO

Tomando ciertas premisas de La noche que luché contra Dios (2024), pero pensándolas en su propia vida, “Toto” reflexionó alrededor de distintos tópicos. Un aspecto del filme de Fernández Engler tiene que ver con los indicios que el destino le presenta a uno respecto al camino que debe, o no, emprender, y que pueden ser aceptados o rechazados.

Considerando su profesión actoral, el intérprete expuso: “Yo uso un montón la intuición, me dejo llevar por esas señales, obviamente con cierto criterio y siendo riguroso para no comerme un chasco, aunque a veces soy impulsivo. De todos modos, todas las señales que fueron por el canal artístico han sido positivas. Por ejemplo, recuerdo que desde que tenía once años quería hacer La naranja mecánica, no sé por qué, y más adelante hice la obra”.

A diferencia de Benjamín, que en cierto momento enfrenta una crisis existencial, e incluso duda si continuar con su labor, en Tomás nunca se apagó la 'llama' artística. “Siempre fui muy rebelde en ese sentido, nunca me generó alguna duda sobre los caminos actorales en los que estaba metido, o en los que me iba a meter. Sí he tenido cierta crisis personal y existencial, necesitaba alejarme un poco de mí para volver a encontrarme, por eso lo que me pasó con Benjamín fue increíble. ¡Íbamos a la par!”, manifestó.

Por otra parte, acerca de posibles miedos vinculados a su profesión, confesó que los tiene. “A la audiencia le tengo miedo, y me dedico a esto, no desde un lugar de desconfianza personal, no sé el motivo. Pero, al mismo tiempo, me gusta porque es adrenalínico, como pasa cuando vas a hacer una función teatral. Quizás cuando uno es más pendejo cree que el miedo es una herramienta de doble filo. En mi caso, pienso que es completamente un aliado, ojalá lo siga teniendo, sino me tengo que replantear hacer otra cosa”.

'¿Qué le da sentido a la profesión?'. Hay diversas respuestas posibles, ya que varía en cada persona. Ante este interrogante, Kirzner contestó: “Es algo medio inconsciente y, a su vez, es mi razón de vivir. No puedo imaginar mi vida sin hacer lo que hago. ¡Yo actúo frente al espejo cuando estoy solo en mi casa! Es decir, todo el tiempo, es una extensión de mi cuerpo. A veces soy muy obsesivo en el laburo. La noche que luché contra Dios tiene mucho duelo, mucho silencio y mucha mirada. Entonces, tenía que verme actuando sin hablar, cómo estaba mi cara, si estaba replicando lo que siente el personaje”.

LOS BUENOS MUCHACHOS DE LA TV

Hasta hace pocas semanas, “Toto” fue uno de los protagonistas de la tira diaria Buenos Chicos, emitida en las noches de El Trece. Allí, interpretó a Ezequiel "Zeta" Grenon, un chico alegre y divertido, que suele poner paños fríos en las discusiones entre sus amigos. Es el hijo de Lorenzo (Luis Machín), un importante juez, que solo le pasó la cuota alimentaria pero no participó de su crianza. Y su mamá Eugenia (Gabriela Toscano) es la fiscal a quien le toca investigar el caso policial que lo involucra junto a sus camaradas, y esto le genera mucho conflicto interno.

Sobre el reto de sostener la construcción de un papel durante 125 capítulos, indicó: “Era difícil mantener la mentalidad y el estado físico del personaje. Por otro lado, cuando empecé a leer todas las situaciones en las que él estaba, había algunas que eran bastante absurdas. Y ahí dije, 'Listo… ¡a mí me encanta hacer chistes estúpidos!'. Así que tejer esta cuota de humor, más allá del drama, no me costó, ¡era mitad Zeta y mitad yo! Además, tuve compañeros como Luis y Gabriela, que los veía y me mimetizaba, re contra aprendí de ellos”.

Asimismo, aludió al impacto de la ficción en el público, que no se limitó a la pantalla chica, sino que se expandió a las redes sociales y las plataformas de streaming, incluso a los saludos en la calle por parte de espectadores de distintas generaciones. “La telenovela es el folklore divino de la televisión. Una persona me dijo que Buenos Chicos era el momento que tenía para conectar con sus dos viejos cuando caía a la casa a la noche y veían el programa. ¡Ese es un objetivo logrado!”.

REUNIÓN DE CONSORCIO EN ESCENA

'Si supieras que una persona con problemas de salud mental fuera tu vecina y pudieras evitarla levantando la mano en una reunión de consorcio. ¿Qué harías?'. Esa es la premisa que atraviesa la distinguida comedia dramática teatral Votemos, en la que Kirzner forma parte del elenco, junto a Agustina Cherri, Gustavo Garzón, Juan Gil Navarro, Virginia Lago, Muriel Santa Ana, Carlos Portaluppi y Alan Daicz.

Votemos es un grotesco que habla de la salud mental, también aborda las relaciones humanas, y de cómo somos intolerantes o ignorantes, te interpela. En mi caso, ocupo el rol de la moral”, adelantó sobre la puesta escénica que se presenta de jueves a domingo en el Teatro Metropolitan (Avenida Corrientes 1.343, Capital Federal).

TOTO STREAMER

Este año, Tomás se sumó a la grilla del canal de streaming OLGA dentro de dos ciclos semanales: por un lado, integra el programa Cuando Eric conoció a Milton, junto a Homero Pettinato y Gimena Accardi, los lunes de 13 a 16 y, por otro lado, forma parte de Mi primo es así, junto a Martín Rechimuzzi y Evelyn Botto, los jueves en el mismo rango horario.

En torno a esta faceta, expresó: “No tuve preparación porque es lo que fui toda la vida. Igualmente, uno después genera cierto personaje, ya que no es así tal cual en la vida, está diciendo cosas y chistes que sabe que son horribles y no los piensa en serio, pero en ese contexto entra, o sea, de alguna forma todos estamos actuando. Y el humor lo tuve conmigo toda la vida, lo he hecho con mis familiares y amigos más cercanos, me parece que de ahí sale la confianza de Lucas (Fridman) y Migue (Granados) para integrarme a OLGA. Ellos saben que yo soy Olga en ese sentido, tenemos el mismo código y por eso me siento tan cómodo”.

SÍ A LA CULTURA

En tiempos en los que se ha puesto en debate el rol de la cultura en la sociedad, el actor opinó: “¡Es la identidad de un país! Hay una representación de identidad que está bueno seguir respetando y llevando a cabo, que no se pierda es importantísimo. Me parece que esa es la visión lógica. Hay unas decisiones a veces un tanto extremistas, que no sé si son las mejores, pero hay que defenderlo, como todo ciudadano debería, porque es lo que después uno consume. Está bueno repensar un montón de cosas, pero también parar la pelota y decir 'me parece que nos estamos yendo un poco lejos'”.

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