74 Berlinale
Crítica de "Dormir de olhos abertos": La consolidación de Nele Wohlatz como una directora sin límites y distintiva
"Dormir de olhos abertos" (2024), segunda película en solitario de Nele Wohlatz, alinea temática y narrativa para crear una serpenteante exploración del lenguaje y la herencia de la comunidad china en Brasil.
La sección Encounters, creada y diseñada por el Director Artístico de la Berlinale, Carlo Chatrian, es el lugar pensado para contener a las películas más diversas, más vanguardistas, para evitar el corset atávico de la Competencia Oficial del festival (ese que no permite escapar de la necesidad de las grandes estrellas, de los “temas importantes”, de los equilibrios geopolíticos). Esta sección ha sido estos últimos años el lugar en que mucho de lo más interesante de la programación ha encontrado un sitio adecuado, amable y amoroso. Año de cambios e inflexión, este 2024 el perfil de las secciones no aparece tan claro. Hasta ahora podía encontrarse cierta lógica en la inclusión de una u otra película en la Competencia Oficial, Encounters, Panorama o Forum. Pues bien, este año la única sección que sí tiene claro sus reglas y horizontes es Generation (dedicada a cine de o para las infancias y adolescencias).
Si la sección se creo es para contener y dar espacio adecuado a gemas esquivas como Dormir de olhos abertos de la siempre desafiante y creativa Nele Wohlatz. Nele había sorprendido al mundo con Futuro perfecto (Leopardo de Oro a la mejor opera prima en Locarno 2016), película en la que seguía a una inmigrante china en el proceso de aprendizaje del castellano en Argentina. La migración, la asimilación de y en una cultura, las diversas cosmovisiones, pertenencias e imaginarios formaban parte de la sensible y filosa mirada en Futuro perfecto. Y aun cuando el tono de Dormir de olhos abertos se acerca algo más a la comedia (Martin Rejtman es una referencia ineludible), aquellos temas siguen siendo parte del universo que pretende explorar la realizadora.
Kai, una joven taiwanesa llega de vacaciones a Brasil, a un resort de playa, con el corazón roto. En la ciudad de Recife (parte sustancial del relato, con esas torres que crecen frente a una playa en la que se puede tomar sol y caminar pero no bañarse, por la amenaza de los tiburones, según rezan los carteles) conoce a un grupo de migrantes chinos viviendo en una de las mentadas torres. Entre ellos Xiaoxin, que parece aceptar su destino y a Fu Ang, que trabaja en un negocio de venta de paraguas. Xiaoxin escribe postales que no envía y Kai las encuentra y las lee, creando una conexión que confunde las derivas y destinos de los personajes. La propia película va cambiando el foco de atención, mas no el punto de vista.
La narración no es lineal sino que trabaja con los climas, con los detalles, con las relaciones y la edición poética antes que causal. Lo que conecta las historias es esa indefinible sensación de ajenidad, de extranjería y el proceso de asimilación a una nueva cultura. Saudades no brasileñas y pequeñas alegrías en un camino en el cual los protagonistas saben que siempre quedarán al margen: con el correr del tiempo el país de origen comienza a tornarse más ajeno y el de residencia, por más que se vaya incorporando al cotidiano, nunca será el propio.
Empática, sensible, con grandes hallazgos en los que el sinsentido tiene que ver menos con la creación surrealista que con la mirada atenta a los detalles insólitos de la realidad, Dormir de olhos abertos confirma que Nele Wohlatz es una directora única, sin fronteras.