En salas desde este jueves

Lucas Santa Ana enciende “Luces azules” en la pantalla grande

“Los relatos corales son hermosos porque te permiten desarrollar temáticas con distintos puntos de vista”, destacó el director en diálogo con EscribiendoCine.

Lucas Santa Ana enciende “Luces azules” en la pantalla grande
Lucas Santa Ana
Lucas Santa Ana
jueves 22 de febrero de 2024

La celebración del 70 cumpleaños de Alejandro no solo implica una cena entre amigos y familiares sino, también, una noche en la que los secretos salen a la luz, las tensiones hierven y las verdades emergen. Esta es la premisa de Luces azules (2024), la nueva película dirigida por Lucas Santa Ana que este jueves debuta en distintas salas del país.

Se trata de una comedia dramática coral protagonizada por Ernesto Larresse, Claudio Da Passano, Osmar Núñez, Estela Garelli, Edgardo Moreira, Fernando Dente, Hernán Morán, Karina Hernández, Javier Rodríguez Cano, Natalia Morlacci y Nicolás Di Pace.

Además de director sos guionista, pero, en esta ocasión el libro te lo presentó Gustavo Pecoraro, ¿qué te motivó a trasponer su historia a la pantalla grande?
Al leer el guion lo que más me motivó fueron las temáticas que trata, principalmente la de la familia elegida. En la vida tenemos la familia sanguínea, pero mucha gente de la comunidad LGTB, especialmente los mayores que vivieron la primera visibilidad en los 80s y 90s, al salir del closet, eran desterrados y discriminados por su familia. Así fue que muchos armaron “familia” con sus amigues. También me llamó mucho la atención el cruce generacional entre personas adultos mayores y jóvenes sobre los otros temas que aborda el guion: el amor, la vejez, el VIH, la amistad, los celos, la pareja.

Los personajes no son familiares unidos por lazo sanguíneo, pero si por las circunstancias de la vida, ¿cómo trabajaste el tránsito de este grupo de personas?
Eso es algo que ya venía del guion, esa familia elegida. Viéndolo desde la dirección, buscamos que hubiera mucha familiaridad entre los actores, que pudiéramos recrear vínculos que nos dieran años de historia. Allí fue muy bueno que los actores más grandes ya se conocían, entonces, en cierta forma, ese vínculo ya estaba, sólo había que darle forma. En el caso de las actrices y actores más jóvenes, muchos también se conocían o sabían de los otros por haber trabajado en teatro. Y lo que más ayudó fue la convivencia del rodaje. Al tenerlos todos juntos en un mismo lugar, fueron creando fuera de escena relaciones, charlas, anécdotas en el tiempo de espera, fuera de escena.

Se trata de un relato coral, ¿cuáles son los desafíos y las oportunidades que presenta esta dinámica?
Los relatos corales son hermosos, porque te permiten desarrollar temáticas con distintos puntos de vista. Los personajes los abordan a lo largo de la duración de la historia. El mayor desafío es la distribución en el tiempo, el ir y venir de una historia a la otra. Otro gran desafío es ir trenzando los conflictos, hacer que en una misma escena estén jugando más de un conflicto a la vez. Así, durante la cena, por ejemplo, mientras unos personajes discuten por un tema, otros personajes trabajan un conflicto secundario desde los silencios y las miradas. Me fascina poder trabajar el texto y el subtexto de esa manera.

Las vicisitudes de los protagonistas pueden dialogar con el público, en tu caso, ¿de qué manera te interpeló, e interpela, Luces Azules?
Con 46 años, siento que me encuentro a la mitad de la vida, ponéle. La crisis de la mediana edad, que le llaman. Desde este lugar miro hacia atrás en mi vida y al mismo tiempo miro al futuro. La película, al cruzar las generaciones, me interpela desde los dos lados, el camino recorrido, dónde estoy parado y el futuro incierto. Todos los personajes me enseñan algo.

Respecto al rodaje, ¿cuántas jornadas abarcó y dónde se llevó a cabo?
El rodaje fue nocturno, arrancando a las 18 o 19 horas y hasta las 4 o 5 de la mañana. Fueron 20 jornadas muy duras de mucho frío, porque se filmó en el mes de julio. La locación está situada en el barrio de Villa Ortúzar, un hermoso barrio residencial de casas bajas.

Hay pasajes del filme que pueden asociarse con una puesta teatral, ¿te interesaría expandir la historia sobre un escenario?
Si bien soy director teatral, y se mencionó algunas veces durante el rodaje lo “teatral” que puede parecer la película, yo la siento muy cinematográfica. Reducir “lo teatral” a que es una historia que sucede en un único espacio, es un reduccionismo un tanto ingenuo. Las obras de Shakespeare y tantos otros autores, suceden en múltiples espacios. Así como muchas películas de gran mirada cinematográfica y de grandes directores suceden en un único espacio. En mi caso, no tengo intenciones de hacer la versión teatral. Pero no descarto que alguien pueda hablar con Gustavo Pecoraro y llevar el proyecto adelante. De él depende si se hace o no, pues es quien detenta los derechos de la historia.

En cuanto a tu futuro en el ámbito audiovisual, ¿estás trabajando en algún otro proyecto?
En este momento me encuentro trabajando en dos proyectos, un documental sobre la historia de los videojuegos de salón en la Argentina y una ficción, comedia romántica. Ambas películas espero que puedan ver la luz en el segundo semestre o inicio del 2025.

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