A partir del 15 de febrero en el Gaumont

Martín Gamaler y "Entremedio": ¿cómo recordar el último día de la infancia?

"Entremedio" (2023), la ópera prima de Martín Gamaler, es un viaje a través de la infancia en un barrio donde aún sobreviven los potreros y los perros sueltos. En ese contexto la realidad de los adultos impacta directamente en la vida de los niños.

Martín Gamaler y "Entremedio": ¿cómo recordar el último día de la infancia?
Martín Gamaler
Martín Gamaler
martes 13 de febrero de 2024

Filmada en la localidad platense de City Bell, la película destaca la lucha diaria de una comunidad al borde de la capital de la provincia de Buenos Aires que se enfrenta a problemas como el abandono, la inseguridad y el olvido. 

En medio de los vaivenes económicos y sociales, el director sigue a Nico (Ennio García Oliva) y a su perro, un niño en las puertas de la adolescencia con sus padres (Patricia Condron y Leandro Melian) recién separados y enfrentado a un conflicto interno que refleja las complejidades de crecer en un entorno que se le vuelve hostil.

La historia pone de manifiesto las sorpresas y desafíos inesperados que acechan al final de la niñez, revelando que el crecimiento puede ser doloroso por tener que enfrentar un mundo desencantado. 

La necesidad de luchar por los sueños, sanar las heridas y aprender a dejar atrás lo que debe quedar en el pasado son los desafíos de este filme.

Su director, Martín Gamaler, recorre el camino que tuvo Entremedio hasta llegar a convertirse en su primera película que tendrá su estreno este jueves a las 20.30 en el Cine Gaumont de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Qué representa esta historia que está filmada en el barrio donde te criaste?
Siempre tuve esa idea de escribir algo sobre mi infancia, empecé a trabajarlo sobre los padres separados porque mis viejos están separados. Investigando un poco sobre mí mismo, aparece este día, el último día de mi infancia o ese día de quiebre, quizás en la infancia de cualquiera también, que no nos damos cuenta hasta después que crecemos y lo podemos ver en retrospectiva. 

¿Cómo fue ese búsqueda interna hasta lograr un guión final para filmar?
En la pandemia, durante el encierro, empecé a escribir sobre un lugar donde íbamos a poder filmar, que era ahí al lado de donde estábamos, porque no podíamos salir ni pensar filmar en otro lado que no sea ahí cerca de donde estábamos. Con Patricia (Condron) y Leandro (Melian) como protagonistas, empecé a pensar una historia alrededor de este matrimonio y no jugármela con un niño. Luego apareció Alejandro Encinas, que es el coguionista de la película, y él empezó a ver que la película estaba más por Nico y por la historia de Nico. Entonces empezamos a trabajar tres veces por semana, se venía a mi casa escondido, parecía una película en sí mismo porque se venía tipo a las seis de la mañana para que no haya nadie, para que no lo paren. Salíamos a recorrer el barrio, a ver las locaciones, a imaginarnos las escenas, situando a los personajes en el lugar y ver qué pasaría. Ahí empezaron a aparecer historias en la misma calle, unos chorros que los perseguía la policía, unos niños que se habían perdido, unos padres que se peleaban todo el día, ahí enfrente de mi casa. A partir de eso fueron condimentos que los incorporamos al guión. Después me ayudó mucho Carlos Jaureguialzo con una devolución, siendo como un script doctor, digamos, y Horacio Maldonado también, me hicieron unas devoluciones a donde nosotros volvimos a reescribir el guion.

Si tuvieras que mencionar películas que tomaste como referencia: ¿cuáles se te ocurren?
Pienso en películas como Kamchatka, Ladrón de bicicletas, Historias mínimas y películas del realismo italiano con niños que me sirvieron para ver la estructura del guión y trabajarlo a partir de eso. Y también en pensar qué le pasa al perro en esa relación que tenemos con los perros, de que creemos que le está pasando algo, que el perro nos entiende, nos escucha y es parte nuestra.

¿Cuál fue el camino que recorriste hasta llegar a dirigir tu ópera prima?
Me formé con Gabriel Condron que era mi cuñado y empecé a meterme en el cine por él, más allá de trabajar en televisión, también de ser camarógrafo y empecé a formarme con él en su ópera prima. Trabajé con Carlos Jaureguialzo que fue el asistente de dirección, que también me ayudó mucho, trabajé en sus películas. La formación más importante que tuve es haber trabajado con personas que me enseñaron muchísimo, como Gabriel y Carlos, luego empecé a trabajar con Horacio Maldonado que me ha enseñado muchísimo desde la producción también y me ha enseñado algo muy importante que para mí como director: uno tiene que pasar y saber de todas las áreas, qué hace el director de fotografía, qué hace el vestuarista o qué esperan del director también, qué esperan que el director le diga y lo más importante de los actores, creo que eso me estoy dando cuenta ahora o me fui dando cuenta en el rodaje de la película que lo más importante es el elenco y los actores en una película porque son los que están frente a cámara y en definitiva hacen que vos termines de creer ese relato y esa historia. A la vez me formé como director de fotografía y los directores con los que he trabajado para mí fueron la formación, la mejor formación que tuve. José Campusano es otra persona que me enseñó a estar en la calle, a cómo tratar con esas personas en el día a día, cómo poder filmar y llevar adelante un rodaje también con ese ímpetu que tiene él como director que es avasallante. Siempre tuve la idea de ser director y de escribir mi guión, pero creo que cuando uno está preparado puede llevarlo adelante, quizás yo fui a veces muy reticente a esa idea, pero creo que uno tiene que formarse para poder llegar y hacer algo o para poder mostrar en los papeles o en la película lo que realmente uno quiere contar.

¿Cuáles son las expectativas con esta película ya sea con el público por un lado y por otro lado con el recorrido que pueda hacer a partir de que empieza a llegar a las salas?
Sabemos que lo más difícil en el cine argentino hoy es la distribución. Si bien estamos pensando en la realidad, también tenemos grandes expectativas para lo que viene. La película nos sorprendió entrando al Festival de Trieste, teniendo ahí la posibilidad de abrirse al público latino ahí en Trieste, en Italia. Estuvo en noviembre del 2023. Después estuvo en el Festival de la Provincia de Buenos Aires, donde hubo dos funciones llenas y el público la recibió recontra bien, se emocionó, la recomendó, sacó críticas positivas. Después estuvimos en Ventana Bonaerense en Mar del Plata, que también fue mucha gente y ahí nos ilusionamos con el estreno en cines y que la gente la recibía bien, le gustaba, que era una película que emocionaba, que se reflejaba o por tener una mascota o por recordar su último día de su infancia, que no es doloroso quizás, pero sí es un mojón o un anclaje en la vida de cada persona.

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