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Crítica de “Black Mirror”, la endogámica sexta temporada de la distópica serie

La serie sobre los peligros de la tecnología de origen británico, y adquirida por Netflix desde su tercera temporada, regresa con la influencia de las plataformas en la vida de la gente.

domingo 18 de junio de 2023

El primero de los cinco episodios que conforman la sexta temporada tiene a Salma Hayek entre sus filas (y una breve aparición de Cate Blanchett) como la versión en la pantalla de la protagonista. 

“Joan es horrible” es el título del capítulo y cuenta la historia de Joan, una chica que atraviesa un día complicado en su rutinaria vida cuando, al llegar a su hogar, prende la televisión con su novio y encuentra en la plataforma Streamberry (a imagen y semejanza de la plataforma productora de la serie) una serie sobre ella misma que relata detalle tras detalle del día que acaba de vivir.

La idea es muy buena pero no escapa a la autopromoción de la plataforma, que se presenta como un Dios todopoderoso e imbatible para los seres humanos/usuarios “vos aceptaste los términos y condiciones cuando te suscribiste al servicio” le dice una abogada a Joan, mientas que la encargada de la programación de la empresa explica “buscamos productos dirigidos a cada cliente mediante algoritmos”. Como es habitual en la serie creada por Charlie Brooker los paralelos con la realidad asustan.

Los restantes episodios también tienen aparicios de la plataforma de la N en sus historias con un seudónimo, en una suerte de meta discurso reproducido hasta el cansancio. Estos se titulan “Lonch Henry”, la perturbadora filmación de un True Crime, “Beyond the Sea", el extraordinario y existencial capítulo espacial con Aaron Paul, el actor de Breaking Bad, “Mazey Day“, sobre la paparazzi culposa, y “Demonio 79”. Sin embargo, y como sucedió en temporadas anteriores, tenemos un gran comienzo de temporada y los últimos episodios bajan la intensidad de la propuesta.

Black Mirror lo hizo de nuevo, logra sorprender y atrapar con los peligros de la tecnología una vez más, aunque la distopía en este caso ya no hable de un futuro posible sino inmediato, que podemos encontrar a la vuelta de la esquina o, mejor dicho, cada vez que prendemos el televisor para ver un producto de Netflix. 

7.0
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