Crítica de "Yo estuve aquí", el perturbador thriller británico con Hugh Bonneville

Yo estuve aquí (I came by, 2022) comienza con Toby y Jay, dos jóvenes grafiteros que entran a mansiones de gente poderosa, para exponerlos y dejar un graffiti con su sello de identidad: "Yo estuve aquí". El conflicto estalla cuando Jay, que va a ser padre, se retira, y Toby sigue adelante para escrachar al juez retirado Sir Hector Blake. Pero lo que Toby descubre dentro de esa casa provoca un giro en su vida y por supuesto en la historia.

Babak Anvari (ganador del BAFTA) en base a su propio guion, que firma junto a Namsi Khan, construye un thriller lleno de giros inesperados que va cambiando sus protagonistas a medida que la historia avanza. Uno de los grandes hallazgos de Yo estuve aquí es el factor sorpresa. Cuando el espectador presupone que todo va hacia un lado gira de manera brusca para cambiar la vida de cada uno de los implicados. Contar demasiado de la trama significaría arruinar los giros narrativos que se suceden de manera sistemática durante todo el metraje y hacen atractiva la historia.

Yo estuve aquí es un sorprendente thriller cargado de suspense y demencia que, sin ser original y con una estructura clásica, sorprende y mantiene al espectador en un  estado de alerta permanente. Una película oscura, truculenta, hitchcokiana en su esencia, con aristócratas, gente común y un McGuffin (eso que no se ve, pero que hace funcionar la película, qué está ahí siempre, aunque de eso no se hable).