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Crítica de “Mi hijo”, la desesperación de un padre con James McAvoy

El film de Christian Carion comienza como un drama intimista sobre la culpa en la paternidad para convertirse, en la segunda mitad, en un genérico thriller de acción.

domingo 06 de marzo de 2022

Mi hijo (My son, 2021) empieza con el disparador ya instalado: el hijo de Edmond Murray (James McAvoy) ha desaparecido de un campamento. La historia sigue de cerca de Edmond y su culpa por ser un padre ausente. Trabaja en el extranjero y se ausentó de su crianza faltando a momentos claves del crecimiento de Ethan, incluso, de su último cumpleaños.

En la primera mitad del film sabemos como espectadores menos que Edmond, quien llega a la casa de su ex (Claire Foy) con muy poca información de lo que allí sucede. La madre envió con su padrastro (Tom Cullen) al chico a un campamento y ha desaparecido misteriosamente. Tratar de comprender será tarea de Edmond mientras una enorme culpa lo acosa (gran trabajo de McAvoy trasmitiendo su dolor a través de su rostro). El tiempo es clave para atar cabos y encontrar al chico.

El drama intimista desarrollado empieza a plantear interesantes hipótesis sobre la desaparición. ¿Se fue el chico por sus propios medios producto de la mala relación con su madre y de las reiteradas ausencias de su padre? ¿El trabajo de su padre manejando las finanzas de la industria petrolera en Medio Oriente está relacionado con la desaparición? ¿Es su padrastro alguien peligroso para el niño al conformar una nueva familia con su madre?

En ese amplio abanico de posibilidades la película patea la pelota afuera y opta por la resolución más sencilla: un secuestro. El film adquiere la fisonomía de una película de Liam Neeson con un padre tratando de desbaratar una banda de delincuentes. Sin embargo, y aunque se pierda el verosímil y con él, la posibilidad de contar algo interno a la familia y de mayor profundidad para el relato, la película toma ritmo y fuerza con este viraje. El suspenso tensiona con fuerza la narración y la conduce a un escalofriante final.

Mi hijo es una película atractiva, comete el pescado de prometer más de lo que ofrece, pero termina redondeando un film discreto que invita a pasar un buen rato.

6.0
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