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Crítica "Los voyeristas", un engendro maquiavélico con Justice Smith y Sydney Sweeney

Lo que se presenta como un retorcido thriller erótico, a través de un simple juego perverso, deviene en una ola de violencia y venganza donde nadie quedará exento del trágico desenlace.

miércoles 15 de septiembre de 2021

Dirigido por Michael Mohan, Los voyeristas (The Voyeurs, 2021) comienza con una joven pareja, Pippa y Thomas, interpretada por Justice Smith y la ascendente Sydney Sweeney, mudándose a un lujoso loft en el centro Montreal donde al instante descubren que pueden ver todo lo que sucede en el departamento que tienen justo enfrente y claro, cómo no podía ser de otra manera, lo que divisan es a una pareja teniendo sexo desenfrenado.

Un simple acto de curiosidad invasiva deriva en una obsesión enfermiza con un dispositivo tecnológico que sigue a los vecinos en cada instante de sus vidas mientras están adentro del hogar. Esa intromisión los lleva a descubrir una serie de zonas oscuras dentro de la pareja que podrían desencadenar en una tragedia. Pero nada es lo que parece, o al menos como ellos lo ven. Y las consecuencias serán catastróficas para los cuatro implicados. El juego del gato y el ratón se invierte y los espiados pasan a ser los verdaderos espías.

Los voyeristas inicia como una sensual película erótica con referencias a La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) de Alfred Hitchcok, El fotógrafo del pánico (Peeping Tom, 1960) de Michael Powell, Blow-Up (1960) de Michelangelo Antonioni, o Doble cuerpo (Body Double, 1984) de Brian de Palma, que a medida que avanza muta al thriller dramático, de suspense, con consecuencias trágicas para ambas parejas. Los giros narrativos de la trama (que por razones obvias no vamos a develar) van cambiando maquiavélicamente la relación entre los personajes principales al punto de que ninguno queda libre de las sospechas ni de las consecuencias que generan sus actos. Morbosos para unos. Artísticos para otros.

Errática y dispar, entre el telefilm ochentoso, el pastiche y la estética cool hiperestilizada, Los voyeristas tiene algunos puntos interesantes, aunque por momentos pierde el rumbo y no encuentra su centro. Se desbarranca, el interés decae y solo en el tramo final recupera un poco la fuerza del inicio, aunque ya en ese momento la película es otra y nada tiene nada que ver con lo que creíamos estar viendo. Más cerca de Los ojos sin rostro (Les Yeux sans visage, 1960), de Georges Franju, que de aquellas obras citadas con anterioridad. 

4.0
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