Recordando "Funny Face", a 65 años de su estreno

Indudablemente, Audrey Hepburn es una de las actrices más queridas de Hollywood. Ninguno de sus filmes pasó desapercibido. Su talento y carisma la hicieron sobresalir en un ámbito donde brillaban las más grandes figuras del cine. Y prueba de ello es Funny face (1957). Como se recuerda, Funny face fue dirigida por Stanley Donen y estelarizada por Audrey Hepburn, Fred Astaire, Kay Thompson y Michel Auclair.

Esta comedia romántica es la historia de Jo Stockton (Audrey Hepburn), una tímida e idealista bibliotecaria que conoce a Dick Avery (Fred Astaire), un reputado fotógrafo de modas. Aunque su primer encuentro es accidentado, luego Avery la buscará para que sea la modelo americana que desfile en París para una importante firma. Ambos son polos opuestos: ella gusta de la filosofía y la parafernalia bohemia mientras que él habita en un entorno materialista y bastante superficial. Sin embargo, en París vivirán una serie de situaciones que los irá acercando más.

Aunque Astaire hace gala de su encanto actoral y su versatilidad para el baile, es Hepburn quien finalmente acapara las luces de la trama. En varias escenas demuestra su multifacetismo haciendo de bibliotecaria torpe y, luego, de bailarina underground y supermodelo. Y si bien sus dotes para la danza se demuestran en la famosa coreografía del bar francés, no se queda atrás la espectacular sesión fotográfica que realiza en todo París.

Precisamente en la secuencia de la sesión de fotos es donde los magníficos vestuarios toman un lugar primordial. Hepburn posa para el lente de Astaire en escenarios tan variados como la Torre Eiffel, una estación de tren, una florería, un barco de pesca y en las afueras de una iglesia. ‘‘Aunque todos los atuendos son espectaculares, las mujeres adoraron el vestido de novia diseñado por Edith Head y Hubert de Givenchy. Ambos modistas obtuvieron el Oscar a Mejor Diseño de Vestuario por su excelente trabajo para este largometraje’’, afirman los expertos en moda de SuperBelle .

Debido a las particularidades de la trama, Funny face se considera una parodia de la vida glamurosa e inestable del rubro de la moda. El papel de Kay Thompson como la lideresa de la revista de moda retrata al extremo los caprichos propios de este sector. Además contribuye a la ironía el rol de Astaire como el fotógrafo que está obsesionado con su trabajo. Sin embargo, el filme no desaprovecha para también burlarse de la falsa profundidad de ciertas pseudofilosofías. Ello queda encarnado en el papel de Michel Auclair, quien hace de un gurú con tendencias existencialistas.

Claramente el film reúne múltiples matices que van desde la comedia romántica hasta la parodia sobre el mundo de la moda. Sin embargo, el factor estético del largometraje no se pierde en ningún momento, lo que le valió una Mención especial del National Board of Review por las innovaciones fotográficas.