Luego de "La flor", la actriz del grupo Piel de Lava estrena película

Valeria Correa vuelve al cine en “Una casa lejos” de Mayra Bottero

"El diálogo con la creación no se para, aunque se pare el mundo, y eso después decantará en un proceso creativo", sostiene en una charla con EscribiendoCine.

Valeria Correa vuelve al cine en “Una casa lejos” de Mayra Bottero
sábado 10 de abril de 2021

¿Qué te atrae del cine?
Todo, el cine me gusta, soy una gran espectadora desde pequeña y entrar en ese mundo es espectacular. Como actriz está la particularidad que cada película y rodaje es una familia nueva, un mundo distinto con reglas distintas, y hay un choque con el mundo real que es muy contundente, un personaje tiene que manejar una moto por una ruta del desierto, y no es que hacés que, tenés que hacerlo, el cine es como un gran viaje.

¿Y cuál es la particularidad de Una casa lejos, en contraste con La flor, en donde el viaje duró tanto tiempo?
Es otro tipo de proceso y el salto es más rápido, no hay tiempo para procesarlo, y en este caso me convocaron 15 días antes de rodar, me hicieron el casting, quedé y a la semana estaba haciendo prueba de vestuario, fue un salto grande, trabajando mucho con Mayra, qué hacer, qué no, el personaje habita la marginalidad, está abandonada por el contexto y no queríamos caer en estereotipos que opinan sobre los otros. Fue mucho trabajo en muy poco tiempo y la entrega fue total.

La película no apunta al miserabilismo o a juzgar, pero sí hay personajes que la juzgan a Sabrina…
La película habla de eso, muestra eso, algo de la clase media, ni hablar la alta, que cuando tiene que de verdad ensuciarse las manos es muy cobarde, pero hasta cierto punto, porque el personaje de Carlos, no lo es, la recibe, hay un vínculo fraternal, y esa mirada está en la hija.

Hay solidaridad…
Creo que tiene una mirada con mucha ternura, no la pierde más allá de tocar ciertos temas, encuentra una red, pero termina presa, y la película no habla si es inocente o no, pero como que tenía el destino marcado. Y aparecen la posibilidad de los otros de salir su mirada tan estrecha. La película no la juzga y el guion la mueve de lugar, un lugar enquistado en su vida.

¿Qué fue lo más difícil de encarnar a Sabrina?
No ir a ningún extremo. Ese fue el gran desafío, y sostener las distintas capas que posee el personaje, porque en cine es distinto, sostener un personaje durante todo el rodaje y que no se vaya distorsionando.

Y además en el cine que depende del director, porque vos actúas, te vas, y el resto queda en manos del realizador…
Claro, eso es increíble, esa distorsión sumada a la distorsión del tiempo, esta película la filmamos en 2018 y cuando te ves no sos la misma persona.

¿Cómo fue el trabajo con Carlos?
Como con cualquier otro actor o actriz, él porta, o portaba, aunque en la película va a vivir siempre, representa lo que se quería representar con su cuerpo, lo ves y decís “que viejito tierno”, para él era muy sencillo transitar todo. Después jugando, llegando a acuerdos, él era muy de otra generación de actores, y era la tercera película que hacía con él, y siempre había que llegar a acuerdos, a él le gustaba hacer remates, a mí no, y así.

¿Sensaciones de estrenar online? Además, justo competís con Elisa Carricajo, que estrena Un crimen común el mismo día…
Estoy feliz, por la vuelta al cine, me entusiasma mucho volver a verla en cine, porque lo mejor de la vida es poder filmar y mostrarla en cines, y que eso suceda después de la vida en pandemia es increíble.

¿Tenés proyectos para el año?
Sí, pero agarrados con broches de colgar viejos (risas), ya me dijeron de un trabajo de poder hacerlo después de una segunda ola, estamos con Petróleo en el Metropolitan y ves menos gente.

¿Lo notás?
Claro, porque al 50 por ciento de aforo, ahora vez una baja, es muy complejo, yo me cuido, y por suerte, el diálogo con la creación no se para, aunque se pare el mundo, y eso después decantará en un proceso creativo.

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