Cerro Quemado

Micaela Chauque: “La Cultura Andina es algo real, no se trata de cosas muertas, sino de cosas vivas”

La cantante y compositora acaba de presentar –via streaming- su primera participación en un largometraje documental, "Cerro Quemado" de Juan Pablo Ruiz.

Micaela Chauque: “La Cultura Andina es algo real, no se trata de cosas muertas, sino de cosas vivas”
lunes 08 de marzo de 2021

Micaela Chauque nació hace alguito más de 40 años en la comunidad indígena kolla de Finca Santiago, departamento de Iruya, provincia de Salta. En ese ambiente y paisaje y con su gente embebió lo que significa identidad real y cultura milenaria. Antes de los 20 ya había viajado a la Capital, Salta y a Buenos Aires para estudiar folklore y danzas nativas. Y se instaló en la provincia vecina, en Tilcara, Jujuy. Desde allí fue creciendo y multiplicándose en diversasdisciplinas. Micaela además de docente sobre folklore y Maestra Nacional de Danzas, es vientista ejecutante de quena, quenacho, sikus, toyo. Más caja y charango. Y además es una luthier artesana de esos instrumentos. Canta, compone y coplea.

Ha grabado como solista tres discos: Instrumental de la Quebrada (2003), En vivo: Micaela Chauque, quenas y sikus (2008) y Jallalla (2018). Este último recibió el Premio Gardel al Mejor Álbum de Folklore de artista femenina. Formó la primera Banda de Sikuris Mujeres, e integró la agrupación de Jaime Torres y su Gente.

En Cerro Quemado (2020) de Juan Pablo Ruiz, emprende un largo viaje desde Tilcara hasta los más de 2800 metros en el Cerro quemado del Departamento de Iruya, en Salta. Acompañada por su mamá CorneliaYurquina para visitar a su abuela, Felipa Zerpa. 

Vos naciste en el departamento de Iruya al noroeste de Salta y te radicaste en Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca en Jujuy. Es casi el camino inverso que haces en la película. ¿Ya habías recorrido esa zona siendo más chica?
Mi papá era maestro, entonces nos íbamos mudando a distintas escuelas, en diferentes localidades. Y entre las ciudades y pueblos que estuvimos uno fue Humahuaca y otro fue Tilcara. Y cuando decidí irme a vivir sola, resolví irme a vivir a Tilcara, teniendo 19 años.

¿Ya habías comenzado a estudiar para profesora de danza y de folklore y donde fue?
Si ya había empezado. Había iniciado los primeros años en la ciudad de Salta, en el Centro Polivalente de Arte. Y después me mudé a la ciudad de Buenos Aires y continué en la UNA (por entonces era la IUNA, Instituto Universitario Nacional de Artes). Y cuando venían las vacaciones y  no había clases, me volvía a Salta con mi familia, o me iba a Tilcara. Y allí me recibí de Profesora Nacional de Danzas Folklóricas y de Licenciada en Folklore Argentino.

Tengo entendido que ya como música y compositora viviendo en Tilcara, tuviste un puesto de instrumentos musicales.
Si, vivía en parte con la venta de los instrumentos, que muchos los hacía yo mismo. El puesto estaba frente al Jardín Botánico de Altura en la entrada al Pucará de Tilcara. Pero cuando ya me dediqué a fondo con la música, tuve que dejarlo.

Con el director de Cerro Quemado, Juan Pablo Ruiz, ¿vos ya habías trabajado antes, no?
Juan Pablo dirigió unos videoclips que son de mi primer álbum grabado que es el CD Instrumental de la Quebrada que se editó en 2003. Por ejemplo uno de ellos es el del tema Romance de viento y quena.

Y también un corto, El camino de los muertos...
Si ese también es de Juan Pablo, ahí hice parte de la música, pero esas cosas es mejor que le preguntes a él, yo no tengo mucho detalle. Hay otro corto, donde solamente también toqué un tema y es La montaña que llora que dirigió años después Santiago SánchezOrtega.

El guion de Cerro Quemado lo firma el propio director, pero indudablemente el ya tenía conocimiento de tu vida y de tu relación con tu mamá y tu abuela. Las cosas que ellas cuentan han sucedido así, ¿no?
¿Vos querés saber si lo que se cuenta allí es verdad o no? Bueno es eso que se cuenta, es real, es real.

Hiciste primero unos clips, ahora un documental. También estás dando talleres virtuales. Ya te estás metiendo más cotidianamente en el mundo audiovisual. Contame más sobre esto.
Si, capaz que se da de una manera un tanto natural. La música está siempre relacionada y más en los últimos tiempos, con las imágenes. En esos años yo lo hacía para poder producir videclips que son otro tipo de trabajo sobre los audiovisuales. Y con respecto a otras participaciones, es porque mi música fue bastante requerida, pero no fue creada especialmente para esos documentales. Mi música se ha creado para ser escuchada tanto grabada como en vivo. En concreto, la música fue creada por sí sola y despuésrequerida tanto en documentales, en películas, en programas de televisión, en programas culturales, en universidades que han pedido mi música en particular y eso me da a mi mucha alegría poder hacer eso.

¿Y en relación al uso de la computación para las clases a distancia?
Por el otro lado, lo que vos planteas sobre la virtualidad, eso es una circunstancia, ¿no? Digamos comenzó a hacerse circunstancial el año pasado al suspenderse toda la actividad musical en vivo, que es lo que yo realmente me dedico. Entonces las clases virtuales pasaron a ser una opción, yo teniendo una formación docente, aunque no sea a lo que más me dedico, pero es algo que desarrollé en esta pandemia. Y este año lo vamos a continuar porque hay mucho interés de personas que están habitando en distintos lugares del país o de otros países, que están interesados en esto de la cultura andina. Que es algo real de un ambiente andino, no se trata de cosas muertas, sino de cosas vivas.

Hablando de tu parte docente, antes de las clases virtuales, ¿tus talleres eran presenciales solo de instrumentos o también de danzas?
Los talleres que he dictado fueron talleres cortos, de un encuentro. Creo que los más largos fueron de tres encuentros. Siempre fueron encuentros únicos. He dado seminarios también. Cuando viajo antes o después de los shows me piden si les puedo dar clases de esto o de lo otro. Y las clases y charlas son básicamente de instrumentos de viento, de copla en ruedas. Y por último de danzas también, pero eso lo dejo como muy de vez en cuando porque la danza requiere de una habilidad que hay que desarrollar bastante.

Y aparte de los talleres, ¿vos cuando bailas?
Bailo cada vez que se me presenta la oportunidad. A mí me gusta mucho bailar. He hecho shows con danza y música andina. Además tomo clases, me gusta también como una práctica de entrenamiento. Lo realizo ya como una cosa interna mía, no a que lo haga como para poder después dar clases. No, nada que ver. Lo hago por placer, es como una actividad personal.

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