Family romance, LLC

El tema al que se acerca este director que tanto ha aportado -justamente- a la difuminación de las fronteras entre documental y ficción, es el de una empresa ¡que existe en Japón! y que se encarga de recrear para quienes quieran y puedan pagarlo momentos particulares de su vida, conseguir personas que cumplan un rol determinado en un momento especial, etc. El protagonista es el creador y fundador de la compañía Yuichi Ishii, que en esta ¿ficción? se interpreta a sí mismo. Primero lo descubrimos haciendo del padre que hace años no ve a su hija de 12 años (¿esta sabe del “engaño” o sólo lo sabe su madre que es quien contrata a la empresa?), o haciendo del padre de la novia en un casamiento (para evitar correr que la adicción al alcohol del original arruine la boda). El tema intriga, tanto como la constante duda de cuánto hay de documento de la realidad y cuánto de reenactment. Las imágenes son duras, feas, con la frialdad del digital expuesta en toda su fealdad, posiblemente para realzar el costado más triste y freak de una sociedad a la que no se juzga abiertamente (de hecho, se extraña un poco la grave voz y el extraño inglés de Herzog) pero que claramente es expuesta desde un lugar de ajenidad y perplejidad pero también de algo de crítica.