Crítica de "Agente X: Última misión", Aaron Eckhart y el resurgimiento de los agentes jubilados

La trama, aunque familiar en su esencia, sigue el esquema típico de una conspiración internacional, con la CIA siendo chantajeada por una serie de asesinatos de periodistas extranjeros que se les atribuyen falsamente. Ante esta amenaza, la Agencia decide recurrir a su agente retirado más talentoso y rebelde, obligándolo a enfrentar su pasado y desenmascarar la conspiración desde sus raíces.

Aunque Agente X: Última misión no rompe moldes en cuanto a originalidad, logra mantener el interés del espectador gracias a su ritmo vertiginoso y secuencias de acción adrenalínicas. Renny Harlin demuestra su habilidad para capturar la esencia de las películas de espionaje clásicas, añadiendo su toque distintivo a la narrativa. A pesar de algunos diálogos poco creíbles, la película sorprende gratamente al resultar más entretenida de lo esperado.

Uno de los puntos débiles es la falta de profundidad en los personajes, que nunca llegan a explorar completamente sus motivaciones o su desarrollo emocional. Sin embargo, esto se ve compensado por las sólidas interpretaciones, especialmente la de Aaron Eckhart en el papel del agente retirado.

Agente X: Última misión puede no destacar entre la multitud de películas de acción similares en el mercado, pero ofrece suficiente entretenimiento para aquellos que estén dispuestos a disfrutar de una experiencia de cine pochoclero. A pesar de sus defectos, logra cumplir su objetivo de proporcionar una dosis de acción y emoción para aquellos que buscan una película escapista y divertida.