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Crítica de "Lift: Un robo de primera clase", Kevin Hart y Úrsula Corberó en una algorítmica película de atracos

En el vasto océano del género de acción y thriller de atracos, "Lift: Un robo de primera clase" (Lift, 2024), dirigida por F. Gary Gray, se presenta como una propuesta que busca sumergirse en la emoción y el entretenimiento característicos de este tipo de películas. Sin embargo, es evidente que, aunque satisface algunas de las expectativas fundamentales, le falta la chispa y originalidad necesarias para destacar en un género tan saturado.

sábado 13 de enero de 2024

Lift: Un robo de primera clase desentraña la trama de una banda internacional de ladrones de arte, excepcionalmente reunida para frustrar un inminente ataque terrorista a bordo de un avión en la ruta de Londres a Zúrich. Bajo el liderazgo de Cyrus Whitaker (Kevin Hart), quien recibe el encargo tanto de su ex amante como de Interpol, el equipo se ve obligado a tomar medidas rápidas para ejecutar un audaz robo de 500 millones de dólares en lingotes de oro, todo ello mientras la aeronave se encuentra en pleno vuelo. Cada miembro del grupo, con sus propios motivos y objetivos, converge en la realización de lo que se perfila como el atraco más crucial de sus vidas.

El reparto, encabezado por Kevin Hart y complementado por talentos como Gugu Mbatha-Raw, Vincent D’Onofrio, Úrsula Corberó, Billy Magnussen, Viveik Kalra, Kim Yun Jee, Jean Reno y Sam Worthington, ofrece la promesa de una experiencia llena de intriga. No obstante, la trama, aunque amena, se ve limitada por las convenciones previamente exploradas en numerosas películas del mismo género, lo que obstaculiza capacidad para alcanzar niveles más elevados de originalidad.

El principal desafío que enfrenta Lift: Un robo de primera clase reside en su reluctancia a asumir riesgos y explorar nuevas vías creativas. Aunque F. Gary Gray (Law Abiding Citizen, The Italian Job, The Negotiator, The Fate of the Furious, Straight Outta Compton y Be Cool) desempeña su papel como director con soltura en las secuencias de acción, su elección de mantenerse dentro de fórmulas familiares en lugar de innovar deja a la película en terreno predecible para aquellos familiarizados con el género.

Aunque Lift: Un robo de primera clase logra entretener en momentos específicos gracias a un ritmo adecuado y la aplicación hábil de la fórmula establecida, la sensación predominante es la de encontrarse con una película que no logra trascender los límites del convencionalismo (Por momentos, uno siente que está viendo La Casa de Papel o la reciente Berlín). A pesar de seguir la fórmula clásica de "atracos y humor", donde lo inverosímil debe construir un verosímil, la falta de intentos por ofrecer una perspectiva fresca reduce su impacto general.

Lift: Un robo de primera clase ofrece momentos de entretenimiento y diversión, pero se ve limitada por su resistencia a explorar nuevos territorios y carecer de la vitalidad y creatividad necesarias en un género que exige precisamente esas cualidades para sorprender. Para ver, disfrutar y luego olvidar en cuestión de minutos.

6.0
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