Su debut en el documental

Maximiliano González y el mundo de Víctor Heredia que gira al Sur del Río Bravo

Además de mostrar partes de su vida y de su obra, el director nos zambulle, de la mano de su cantor, en los últimos 50 años de la vida sociopolítica y musical de América Latina. Más que auspiciosa resulta ser su iniciación en la no ficción “Quiero volverme tiempo”.

Maximiliano González y el mundo de Víctor Heredia que gira al Sur del Río Bravo
viernes 06 de octubre de 2023

Para el director iguazuense Maximiliano González encarar este proyecto sobre la obra y la vida continental de Víctor Heredia, era más que tirarse a las Cataratas. Era un riesgo sin duda, pero haber contado con eficientes remeros, notables nadadores y acompañado de un gran navegador, pudo llegar al otro lado de la orilla con total satisfacción. Él ya lo había dicho con antelación que su trabajo previo y este desafío documental giraban alrededor de sus basas enquistadas en en torno a la memoria, lo social y lo político.

Él cursó sus estudios en Puerto Iguazú, Misiones. Pasó por Rosario para estudiar en la Escuela de Cine. Ya viviendo en Buenos Aires continúa su acervo académico. Recibe una Beca de la Escuela del Instituto Nacional de Cine en Buenos Aires (E.N.E.R.C.). Es Licenciado en prensa escrita, Radio y Televisión en Taller Escuela Agencia (TEA). Le suma la Narración digital: realización cinematográfica para la web en la University of Birmingham, Inglaterra y Guión y Dirección de Cine Documental en el Centro Cultural Rojas de la Universidad de Buenos Aires. Muchos de sus trabajos han sido emitidos por Discovery Channel, Netflix, Amazon Prime Video, Atresmedia y Mediaset.

Como director inicia sus labores con el cortometraje Trece Segundos (1996) que forma parte de las “Historias Breves II”. Debuta en el largometraje con La Soledad (2007). También ha realizado Amazonas del Oeste (Corto, 2012), Aquellos Días Felices (Miniserie de TV, 2013), La Riña (Miniserie de TV, 2013), Pasajeros (Serie de TV, 2014), y su último largo de ficción Lejos de Pekín (2019). El resto de su filmografía se completa en sus  primeras respuestas que le dió de manera exclusiva a ESCRIBIENDO CINE para hablarnos también de algunas cositas que no se conocen del rodaje de este film: Quiero volverme tiempo – Víctor Heredia y Latinoamérica.

¿Cómo llegó ese cambio de venir de realizar solo ficciones con protagonistas mujeres y rodados en Misiones, a este documental sobre un músico muy popular?
Hay como puentes. Si bien yo hice largometrajes con esas tres películas, también hice varias series como Las Palomas y las Bombas que narraba el bombardeo del ’55;  Mis Noches Sin Ti que es una serie, si bien es ficción, narra la inmigración paraguaya en Buenos Aires en 1947, el voto femenino, el primer peronismo. Y lo último que hice fue Joao Goulart en Argentina (la muerte de un presidente) una serie para el Canal Encuentro. Y esta serie más allá que tiene cosas de ficción donde Hugo Arana hace de Joao Goulart y también está Víctor Laplace,  pero es básicamente documental. Yo creo que eso fue como el puente que me llevó decididamente a este documental sobre Víctor Heredia. Había hecho dos unitarios documentales hace un tiempo que fueron  El Vasco de la Carretilla y El Ángel de la Selva. Y el ser de Puerto Iguazú y la Triple Frontera ha sido para mí siempre una mezcla de culturas. Hablaba casi tres idiomas. Yo cre4cí escuchando guarania en Paraguay, la tele de Brasil, Caetano Veloso, el chamamé. Toda una gran mezcla que para nosotros eran todo lo mismo. Creo que eso forjó en mí mi identidad latinoamericana. Todo eso fue llevándome hacia este puente hacia lo de Víctor. Y los temas de la obra de él eran justamente muchos temas que yo venía trabajando: los Derechos Humanos, la política, Latinoamérica…Era como un todo.

¿Vos lo buscaste a Víctor, o él te buscó a vos?
No, yo lo busqué e Víctor. Él era amigo de mi suegro, entonces cuando me cerró el proyecto con este enfoque, contar la obra de Víctor pero no del documental clásico de homenaje sino cruzando todo lo quiero yo quiero de Latinoamérica con toda la obra de él. Esa fue mi idea base y entonces lo busqué a él y cuando le interesó el proyecto ahí apareció Luis Sartor con quien yo ya Había trabajado, el me produjo el film La Guayaba y casi todas las series que te nombré.

¿Y cómo se lo planteaste a él, donde sin duda ponías a un grupo de músicos que son como el equipo de los sueños y utilizaste muchos caballitos de batalla de su repertorio. Fuiste digamos a los seguro. O sea no fue como un riesgo o sí?
Cuando yo tenía película y me lo planteé también tenía este riesgo: no puedo hacer una película con la obra de Víctor Heredia donde no estén sus clásicos. Cuando filmo lo hago pensando en el espectador. No filmo para que aparezca el director y digan: ah mirá como filmó esto, como se le ocurrió aquello. Para mí la película la base era esa, una película festiva donde el espectador disfrute. Y cuando termine, que tenga el que pueda 10 temas en la cabeza para refleccionar. El hecho que desde la película vos salgas motivado, modificado, transformado. Era imposible evitar los puntos de él. Lo que yo tenía claro era que quería esta relación entre los hechos políticos de Latinoamérica en su obra y él en Latinoamérica.

¿Cuándo pergeñaste esta historia fue durante la Pandemia o antes o después?
Fue al final de la Pandemia. Los primeros encuentros fueron a principios del 2021, cuando estaban llegando las vacunas. Siempre en encuentros con mucho cuidado.

¿La lista de los músicos que participan la decidió él o fue tuya la idea?
La lista básica es mía. ¿Por qué? Porque yo necesitaba referentes de cada lugar para poder contar esto que yo quería. El aporte de Víctor fue darme las opciones: mirá yo tengo más cercanía con éste, con este otro yo grabé. Eso me hacía limitar un poco el campo. Pero no hubo ningún caso en el que él me dijera andá a hablar con éste otro. La idea fue una base mía y él la pulió después de alguna manera.

¿Y quedó algún artista, algún músico, algún autor en el tintero para rodar o en la edición final?
No. El único que quedó afuera, por cuestión de minutos fue Chico Buarque. El quería estar, hablé con él hasta último momento, pero no se pudo. Justó se enfermó cuando teníamos que cerrar  la película porque fue largo el proceso. El se enfermó, estaba de gira por Portugal  y se complicó muchísimo y no llegamos. Chico estaba guardadísimo, casi no podía hablar. En el guión estaba y ya habíamos hablado con él. Fue él único que quedó afuera de la película final.

¿A Joan Manuel Serrat lo grabaste en algún viaje suyo a la Argentina?
No. El Nano es la única imagen que no la hice yo. La mandó él. Yo le envié el formulario de preguntas, se grabó él en Barcelona y me lo envió. Justo estaba muy a full con su gira de cierre de su carrera con presentaciones en vivo, y no se pudo hacer ahí, pero se comprometió a mandárnosla.

¿Con que empezaste el rodaje y cuál fue la última toma?
La película tuvo tres etapas de producción. Una fue la que hacía yo de seguimiento a él. Cualquier cosa que hiciera, yo estaba allí. Recitales, entrega de premios, Feria del Libro, con las Madres. Y ahí está la primera imagen: el concierto homenaje a Malvinas. Fue en San Fernando  en abril del 2021. Después hubo 10 días de rodaje fijo con todo el equipo. Ahí fueron los rodajes en su vieja casa de Paso del Rey, en la actual en Pilar, en el Parque de la Memoria. Y la tercera etapa fueron los viajes. Donde fui a Chile, a Paraguay, a Uruguay, a Cuba. Y el último plano de la película que rodamos fue en el Parque de la memoria, cuando Víctor está apoyado en la baranda mirando al Hombrecito del Mar. En total fueron 2 años.

¿Víctor te pidió algo especial  en relación al guión?
El Negro en eso fue muy cuidadoso en cuestión de sugerencias, fu muy sutil. No es que me dijo vamos a hacer ésto o ésto. Nada. Había un guión que yo le presenté por primera vez, le dije yo quiero hacer esto. Y prácticamente todo lo que grabamos e hicimos estaba en el guión. No había que agregar nada después ya en los rodajes. Hasta en porcentajes. Le dije, mirá que yo le voy a dar mucha importancia a Taki Ongoy en la película porque es algo que sale de tus éxitos. Y al contrario hay como cuatro o cinco clásicos que no están y que todo el mundo quiere como Dulce Daniela, Ojos de cielo, Soldadito de plomo. Todo esto que hablamos fue la primera charla, en el 2020. Ahora viendo la peli terminada, te digo que está bastante parecida a lo que yo le dije. Y él confió en el proyecto. Hasta cuando le dije que quiero grabar con vos cocinando, y él me miraba “Cocinando?” (risas). Siempre lo hizo eso de confiar, estuvo muy generoso. Jamás me dijo vamos a hacer esto otro. La casa de Paso del rey ya estaba en el guión, y él hace mucho que no iba a esa casa.

Son muy frescas esas tomas e imágenes en Paso del Rey.
Esa secuencia es muy popular, es todo verdad. Yo intenté todo eso que no se note eso de “armado”. No hay nada falso.

¿Víctor tuvo algún reparo con algo durante los rodajes?
(Espera…) Estoy pensando. No ni con el contenido, ni con el texto, ni con las lista de canciones. El vió la película un día antes de que yo cierre el montaje. Quedaba solo un día para modificarlo. El antes no había visto nada. Tampoco me dijo nada de qué tema si, de que tema no. De qué tema hablar o de que tema no hablar. No tengo ningún reparo en eso. Cómo el ya lo dijo: confié en él, también es un artista, que tenga su visión.

¿Y vos tuviste algún reparo?
De lo que conté no. Hubo un momento al principio de la película, en que yo tuve que tomar la decisión de a ver hasta qué punto yo iba a narrar la familia. Y tomé la decisión de dejar de lado a la familia. Porque me di cuenta que la película iba mucho más por la obra de Víctor. Porque no estaba haciendo un documental nada más que de él de contar toda su vida. Esa era una idea que al principio estaba, lo de la familia. Y me fui dando cuenta en el camino que no era lo que me interesaba. Mas por el contrario, iba a mezclar cosas que no tenían nada que ver con lo que yo estaba queriendo hacer. Más allá de la aparición unas veces y de las palabras de su mujer (Marisa Bonzón). Fijate que en la película no sabés si él tiene 20 hijos, o uno o dos.

No hijos no, pero sí libros. (Risas)
Claro, porque en un momento me di cuenta de eso. Siempre estuvo eso, en el guión además de las entrevistas, habíamos puesto un cumpleaños, un lugar cuando vienen todos y yo voy a grabar eso. Y va a ser la secuencia familia donde están tus hijos, tus nietos. Y eso lo fui postergando y me dije eso no lo voy a hacer porque yo no estoy contando eso. Es más si hay más cosas que quiero contar tiene que ver con lo político, con la lucha, más cosas de Latinoamérica.

Aparte de todo lo lógico referido a lo argentino, es muy fuerte la presencia de Chile, de todo lo relativo a los chilenos.
Si totalmente. Lo de Chile no es casual, es central en su carrera. Más allá de que él es una figura muy popular en Chile, más que en otros países de Latinoamérica. En Chile él es como Gardel. Pero además cuento eso de Allende porque para Víctor, políticamente hablando, representaba lo más. El padre de Víctor era socialista también. Viña del Mar ha sido parte de su trayecto y con los triunfos allí se convirtió en una figura muy importante. Y contar también lo del Golpe de estado, que sin duda fue el más emblemático0 de todos los Golpes que hubo en Latinoamérica. Y además está lo del disco sobre Pablo Neruda, que es un disco que muchos no lo conocen.

Me imagino que han quedado grabaciones afuera del montaje final.
Mirá, para que te des una idea, la charla con León (Gieco) que fue histórica. Y dicho y definido por su mujer, que me dijo que lo guarde todo eso. Qué esa charla no pasó nunca, que los dos estén así re sueltos, tranquilos, hablando de toda su vida, esto no lo vi nunca, me dice. Esto guardalo. Esa charla duró casi una hora y veinte. Anécdotas de viaje, anécdotas de todo. Son dos viejos amigos charlando como si no hubiera nadie alrededor.  Eran dos pibes que estaban divirtiéndose.

¿Y ese encuentro en la casa de Víctor se hizo precisamente para la película?
Sí, claro. Yo necesitaba esa escena primero porque sabía que León es su hermano de la vida y necesitaba un tratamiento especial esa escena. No la entrevista. Busqué otra cosa. De todos los que están, necesitaba un paso más arriba, no lo podía encarar de otra forma. Además León es muy ingenioso, muy gracioso. Entonces sabía que esa escena me iba a dar un tinte de humor, entre tanta tragedia y tanto dolor que tienen otras secuencias.

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