Malba

Crítica de "Adentro mío estoy bailando", Leandro Koch y Paloma Schachmann recuperan la identidad perdida

La película de los realizadores Leandro Koch y Paloma Schachmann obtuvo el premio GWFF a la mejor ópera prima de la 73 Berlinale y el premio a Mejor Película Argentina en el Festival de Mar del Plata.

lunes 01 de enero de 2024

Con el establecimiento del premio GWFF a la mejor ópera prima, la Berlinale quiso dar una nueva señal que diera prueba de algo que forma parte de su esencia: el apoyo a los nuevos valores, a las nuevas generaciones del cine. La GWFF (Gesellschaft zur Wahrnehmung von Film und Fernsehrechten, en castellano: una sociedad destinada a salvaguardar el derecho de los autores de cine y televisión) dona 50.000 euros, que se reparten entre el director y el productor de la obra galardonada. Este importante premio, por el que pujan todas las primeras películas de cualquiera de las secciones del festival, fue para la producción argentina Adentro mío estoy bailando (2023, de Leandro Koch y Paloma Schachmann.

El jurado al justificar el premio aludió al inesperado viaje entre la vida real y lo místico, a la infrecuente apertura de los jurados a los nuevos encuentros en la búsqueda que se relaciona con un mundo que está desapareciendo. Todos apuntes pertinentes pero incompletos para dar justa cuenta de una película proteica, sorprendente, mutante. La repetida cantinela que pone en litigio las pretendidas fronteras entre la ficción y el documental, debe reiterarse en este caso. Película de viaje, historia de amor, documental musical-etnográfico, investigación y comedia romántica, los géneros y posibles acercamientos se multiplican.

Los realizadores Leandro Koch y Paloma Schachmann crean, escriben, filman, editan y protagonizan esta búsqueda que se relaciona con la recuperación de las raíces, de la identidad. El viaje hacia Europa del Este para retratar lo que queda de una cultura que se difumina es una pulsión ligada a su trabajo de investigación en el caso de Paloma y quizás sólo en la voluntad de acercarse a esta última, en lo que hace a Leandro. Pero la película se transforma y muta mientras la vemos.

Y la película romántica, la mirada costumbrista sobre el nacimiento de una relación amorosa, se dispara en viajes, encuentros, música. Documental de su propia realización, pero con una fuerte impronta en lo que hace a una deriva narrativa puramente ficcional (¿será así realmente?), Adentro mío estoy bailando logra exactamente lo que propone en el bello título original. Y es que a todo lo expuesto se suma la construcción de un universo solo sugerido, a veces elidido, a veces fuera de campo. Ese en el que pueden convivir el disfrute de lo que estamos viendo y la melancolía que provoca ese momento único (con la conciencia de lo que se está perdiendo).

8.0
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