Por el estreno de “Ennio, el maestro”

De Giuseppe Tornatore a Pascual Condito: Ennio, la mirada de la música

El estreno en la Argentina, un año después de su lanzamiento mundial en Venecia, es algo más que un acontecimiento cinematográfico. Es cultural, es vital, es un hecho gozoso. De alegría en extremo. Si existe la memoria cinéfila, pues su música la creó este maestro italiano. Un recuerdo a su fan argentino número uno: Pascual Condito.

De Giuseppe Tornatore a Pascual Condito: Ennio, la mirada de la música
sábado 08 de octubre de 2022

"Soy un enfermo de la música de Ennio Morricone”. Palabras y sentimiento exactos, reiterados en más de una ocasión. Quien las dijo no fue otro que el querido y recordado Pascual Condito, posiblemente el distribuidor de cine argentino –especialmente-, e internacional, mas salvajemente pasional que ha tenido el universo de nuestro séptimo arte. Pascual siempre se sintió muy identificado con el film Cinema Paradiso, dirigido por Giuseppe Tornatore, protagonizado por el gran Philippe Noiret y el niño Salvatore Cascio en su inolvidable Totò. Es ese mojón del audiovisual que juega entre la cinefilia, el amor a las imágenes reproducidas en la gran pantalla blanca, la lucha contra la censura, la vibración llevada a sus extremos, la piel de gallina de la emoción. Con la inconfundible banda sonora de Ennio Morricone.

Y es por este film que, entre otras cuestiones, escribió durante años un guión que era su propia leyenda. Y estuvo así de poquito de llevarla a la pantalla. El título era Estrenando sueños un guión sobre su vida coescrito con Daniel Botti, que iba a dirigir Salvatore Samperi y con un elenco encabezado por Sergio Castellito, Giancarlo Giannini, Claudia Cardinale, Fabián Vena y Leonardo Sbaraglia, entre otros. Hasta tenía fecha de inicio de rodaje, en septiembre de 2001. Y quién iba a componer las melodías que acompañaran el relato. Obvio, la idea del “Tano” era que la música fuera de su querido y admirado Ennio Morricone. 

No hubo film biográfico de ficción de este calabrés, aunque sí años después se estrenó un muy entrañable –y recomendable- documental sobre su vida y su trabajo en la Argentina. Pascual también ejerció como productor y actor de muchas películas nacionales. Su título es Tras la pantalla, del año 2015, dirigida por Marcos Martínez y se puede ver en la Platafoma CINE.AR Play (https://play.cine.ar/INCAA/produccion/6669). 

Y lo que sí hubo fue una versión llevada a una miniserie para la televisión. Vida de película (2017) dirigida por Matías Bertilotti con Luis Machín como Ernesto el Tano, una ficción de trece capítulos para la TV Pública con un guion coescrito por Jorge Maestro. Y el rol como Ernesto joven, lo asume Nicolás Condito, el hijo de Pascual, también actor. 

A Pascual lo conozco desde la década de los ochenta, cuando comencé a deambular por el ya hoy desaparecido Barrio del Cine, que abarcaba a grandes rasgos un perímetro marcado por las arterias Tucumán, Rodríguez Peña, Sarmiento y Junín, con epicentro en las calles Lavalle y Ayacucho. Ya en los noventa trabajé con él como su Jefe de Prensa tanto para su distribuidora de largometrajes Lucian Films como para su área de Videos en VHS, en sus oficinas primero sobre Lavalle casi esquina Riobamba. Y luego en una gran casona a la vuelta sobre Riobamba, donde primero funcionó el laboratorio Tecnofilm. Luego entre 1983 y 1985 ya con el regreso la Democracia, estaban allí las oficinas donde debían terminar con el nefasto Ente de Calificación Cinematográfica. A la cabeza del mismo el periodista e historiador Jorge Miguel Couselo (elegido por el director del INC, Manuel Antín), fue el encargado de disolver ese cuestionado organismo de censura, entre otras cosas. Y así también se pasó de calificar a las películas como “Prohibidas para X años” a ser “Aptas para X años”. Siguió la Distribuidora Geminis, y finalmente la tomó Condito y allí estuvo con diversos sellos y nombres: Lucian Films, Live Video, Orler y finalmente Primer Plano Films. 

Fue para esos últimos años de la década del noventa, que un día me llamó Pascual a su oficina: un largo salón, con su mesa escritorio, computadora D.O.S., teléfonos en una punta, y en frente casi tocando el techo una pantalla sonde proyectaba películas primero en VHS luego en DVD. Y las dos paredes de los costados repletas de gorras de películas, festivales, marcas, alguna de futbol, países. Gorras y más gorras. Su fanatismo y locura por las gorras, creo que solo era superado por su amor pasional por la música de Ennio Morricone. Fue así que Pascual empezó a regalarme su más que amplia colección de casetes (grabados, TDK, Maxell, Sony) con las bandas de sonido original de los films que tenían la música del compositor romano. Por ahí alguna versión en vivo, por ahí una recopilación. Mucho de ese material no había llegado a la Argentina aun. Y le pregunto a Pascual: “¿Por qué te deshaces de todo esto que tanto amas?”. Y él simplemente me contestó: “Sabés que pasa Bresner (así me llamaba él), todos esos discos y casetes ahora los tengo en CD y sigo buscando los que me faltan. Yo prefiero dártelos a vos, que sé que te gusta Morricone, pero seguramente hay muchas de esas bandas de sonido o composiciones que nunca las escuchaste”. 

Decir gracias fue poco. Con los años Pascual me fue llenando de casetes. Más de 30, si mal no recuerdo. ¡¡¡Ya tenía Morricone hasta en la sopa!!! Tiempo después, Pascual y la distribuidora se mudaron a Palermo. Ya no seguí trabajando directamente con él, pero si nos veíamos seguido. Y cada tanto me mostraba los DVD de Don Ennio que aparecían por el mundo. Ya fueran recopilación de cortos y medios documentales o conciertos dirigidos por él mismo. 

Y entonces aparecen esas guitarras, rasgueadas delicadamente o de punteos y riffs estridentes, chillones. Esos exclusivos solos de trompetas, los silbidos misteriosos, las bases de violines o percusiones varias como marchas sinfín. Y ni hablar de las voces femeninas con arreglos operísticos. Esas sopranos que nos hacen aun conmover. Es el sentir de la música. Es la mirada de la música. 

En parte por todo esto es una inmensa alegría y un verdadero placer (hasta las lágrimas), el poder ver por fin este documental de Giuseppe Tornatore. Han colaborado en 12 films, sin contar con este documental homenaje semi póstumo. Casi toda la filmografía de sus largometrajes tuvo a Morricone como su compositor de las bandas sonoras. A excepción de su ópera prima, El profesor (Il camorrista, 1986), que fue compuesta por el muy prolífico Nicola Piovani (a su vez presente en los films de Marco Bellocchio, los hermanos Taviani, Mario Monicelli,  Federico Fellini, Nanni Moretti, Bigas Luna incluso del último opus de nuestra María Luis Bemberg). Y si algo también se destaca en este testimonio tan gratificante es que el propio Tornatore aparece en pantalla hablando, pero en su justa medida, evitando el egocentrismo. Y justamente a quién si pone en muchas intervenciones -montaje mediante- es a Piovani, alumno y devoto de Ennio. 

La claqueta de filmación indica que el film se titulaba al comenzar el rodaje Lo sguardo della musica. O sea La mirada de la Música. Comenzó a grabarse el 29 de diciembre de 2014 y finalizó el 2020. Con locaciones en Roma, Londres, Nueva York y Los Angeles. Y se exhibió por primera vez en público en el Festival de Venecia el 10 de septiembre de 2021. 

Ennio Morricone, escorpiano y romano, compuso bandas musicales para films de los más destacados y reconocidos directores del cine. Con una filmografía abundante su trabajo como compositor musical fue fecundo. Llegó a componer para más de 500 películas ¡29 bandas sonoras solo en 1972! 

Debutó en el cine con Muerte de un amigo (1960) de Franco Rossi. Entre los tantos films a nombrar hay tres que sobresalen por ser casos especiales de realizadores debutantes. 1: Tutto è musica (1963) único largometraje dirigido por el cantante, actor y compositor Domenico Modugno. 2: Ventanas (1980) de Gordon Willis el director de fotografía preferido de Woody Allen. Y 3: Arena concerto: la musica per il cinema (2003), un documental musical donde lo dirigió su hijo Giovanni Morricone. En 2007 recibió el Oscar a la Trayectoria y finalmente en 2016 le entregan su Primer Oscar a la Mejor Música de Film por Los 8 más odiados (2015) de Quentin Tarantino.    

Participó en infinidad de películas de compatriotas suyos. La lista es apabullante: Sergio Leone, Bernardo Bertolucci, Marco Bellocchio, Pier Paolo Pasolini, Gillo Pontecorvo, Mario Monicelli, Marco Ferreri, Paolo y Vittorio Taviani, Ermanno Olmi, Lina Wertmüller, Giuliano Montaldo, Mauro Bolognini, Liliana Cavani, Elio Petri, Giuseppe Tornatore, Valerio Zurlini, Alberto Lattuada, Giuseppe Patroni Griffi, Luigi Comencini, Franco Zeffirelli, Damiano Damiani, Folco Quilici, Carlo Lizzani, Luigi Zampa, Alberto Bevilacqua, Pasquale Squitieri, Francesco Rosi, Ricky Tognazzi. Prolífico como pocos, incluso estuvo en muchas de las películas de los realizadores considerados en la línea de films de género: suspenso, thriller, giallo, gore, terror, western spaghetti, comedias picarescas y dramas eróticos. A veces con los seudónimo de Dan Savio o Leo Nichols. Fue solicitado por el gran Dario Argento a la cabeza, y seguido por Mario Bava, Lucio Fulci, Tinto Brass, Duccio Tessari, Sergio Corbucci, Pasquale Festa Campanile, Sergio Sollima, Salvatore Samperi, Enzo G. Castellari, Aldo Lado, Umberto Lenzi, Alberto De Martino, Carlo Verdone, entre otros. 

Era obvio que fuera necesitado también por realizadores de otros países. De Francia: Henri Verneuil, Roman Polanski, Jacques Deray, Yves Boisset, Francis Girod, Georges Lautner, José Giovanni, Robert Enrico, Édouard Molinaro. Del Reino Unido: John Boorman, Roland Joffé y Adrian Lyne. De Alemania: Michael Haneke, Margarethe von Trotta, Wolfgang Petersen y Mike Nichols. De Polonia, Jerzy Kawalerowicz. De Hungría, Lajos Koltai. De España,  Pedro Almodóvar. Cruzando el Atlántico, de Canadá Edward Dmytryk y Phil Joanou. Y en definitiva de los Estados Unidos gente como John Huston, Samuel Fuller, Richard Fleischer, Don Siegel, Brian De Palma, Terrence Malick, John Carpenter, William Friedkin, Barry Levinson, Oliver Stone y Warren Beatty.  Posiblemente la música con que más se lo recordará es con la notable banda sonora que hizo para esa joya del western dirigido por su amigo Sergio Leone: El bueno, el malo y el feo (1966). (https://www.youtube.com/watch?v=ZylbA374VRw). 

Morricone llegó al mundo un 10 de Noviembre de 1928. Y se fue el 6 de Julio de 2020 a los 91 años. Nació y murió en Roma, Lazio, Italia. Ennio, genio. 

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