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Crítica de "El hombre gris", los hermanos Russo a medio camino de Jason Bourne y "Misión imposible"

Los hermanos Anthony y Joe Russo dirigen esta película de acción atravesada por las sagas de "Misión imposible" y Jason Bourne que, por su final abierto, correría la misma suerte, aunque no le llegue ni a los talones.

sábado 23 de julio de 2022

Ryan Gosling, Chris Evans y la ascendente actriz cubana Ana de Armas componen el trío protagónico de esta mega producción encuadrada dentro del género de películas de espías que no escatima en escenas de persecución, destinos turísticos de ensueño y muchos espejitos de colores, pero que, a diferencia de las otras sagas, carece de una estructura potente, plagada de baches y vacíos narrativos, y donde nunca queda en claro porque los personajes hacen lo que hacen. Haciendo honor a su título en El hombre gris (The Gray Man, 2022) hay más zonas grises que blancas o negras.

La historia se centra en Sierra 6, interpretado por Ryan Gosling, un asesino de la CIA que integra una célula secreta para operaciones extraoficiales compuesta por “hombres grises”. En una de esas operaciones descubre que es enviado para matar a Sierra 4, un agente que antes de morir en sus manos le entrega un relicario colgante con una tarjeta USB encriptada donde esconde información que de revelarse sería un verdadero escándalo. A partir de ahí no sucede nada atípico en este tipo de historias. Sierra 6 no entrega la información, se convierte en prófugo y toda la CIA intenta eliminarlo. Lloyd Hansen (Chris Evans) es el encargado de llevar adelante la cacería. En el medio, Dani Miranda (Ana de Armas totalmente desperdiciada en un personaje que no aporta nada más que patadas voladoras), otra agente, debe elegir de que lado quiere estar.

Si hay algo de lo que carece El hombre gris es de personalidad. Entretiene, sí, pero no más que eso. Todo es un cliché sobre un cliché. Un copy paste de ideas sacadas de otras películas. La clásica historia de espías buenos versus espías malos, con grandes explosiones, traiciones, persecuciones, locaciones exóticas por todo el mundo, muertos, y si, más explosiones. Los personajes son chatos, terminan donde empiezan, no hay un "in crescendo dramático" ni una complejización de sus personalidades. Todo es una vorágine sin desarrollo. A diferencia de lo que sucedía con Jason Bourne o Ethan Hunt la historia no se construye en función de ellos, sino ellos en función de la historia.

En resumidas cuentas, El hombre gris parece una película de cartón reciclado, hecha por el algoritmo de Netflix, pensada para entretener durante dos horas y pasar al olvido cinco minutos después de verla.

5.0
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