Sus videoclips son tendencia en YouTube

Agustín Portela, Facundo Ballve & Martín Seipel: la camaradería del trap

Los realizadores audiovisuales dirigen clips de artistas como Duki, Nicki Nicole, María Becerra, Tiago PZK, LIT killah, Rusherking y Emilia. Tres caminos diferentes pero atravesados por motivaciones semejantes.

Agustín Portela, Facundo Ballve & Martín Seipel: la camaradería del trap
Agustín Portela, Facundo Ballve & Martín Seipel
Agustín Portela, Facundo Ballve & Martín Seipel
miércoles 17 de noviembre de 2021

El trap argentino es un fenómeno musical que trasciende fronteras espaciales y generacionales, de hecho, las principales tendencias en plataformas como Spotify corresponden a canciones enmarcadas en el género. Además, muchas de ellas tienen sus videoclips en YouTube, donde a las singulares letras, melodías y voces de los artistas se le suman la interpretación y la trasposición a cargo de los directores audiovisuales. Entre ellos, se destacan Agustín Portela, Facundo Ballve y Martín Seipel, que impulsados por su adaptabilidad, avidez, creatividad, talento y solidez adquirieron un sello personal popularmente reconocible que imprimen en cada uno de sus clips.

ENTRE NOSOTROS

Camaradería. Ese es el concepto que define tanto a los traperos, que hacen múltiples colaboraciones musicales entre ellos y comparten el suceso de cada uno, como a los realizadores audiovisuales, que trabajan con sus respectivos equipos y, a su vez, acompañan el crecimiento de sus colegas. Más allá de las particularidades de sus caminos artísticos, Agustín Portela, Facundo Ballve y Martín Seipel comparten la curiosidad, la entrega y la experimentación en cada uno de los videoclips que dirigen.

Agustín Portela tiene 23 años y es oriundo de Mataderos. Entre los clips realizados aparecen: Flow de Barrio de Tiago PZK, Entre Nosotros también de Tiago junto a LIT killah; YaMeFui de Bizarrap con Duki y Nicki Nicole; Antes De Ti, de Rusherking y María Becerra, y 737 de Seven Kayne. Al viajar en el tiempo, su primer videoclip fue para una banda de rock amiga de su hermana, cuando tenía 14 años. Asimismo, dos proyectos claves para su trayectoria fueron: Emocional de ASAN, ya que derivó en una cadena de nexos con diversos artistas del género a los que tiempo después dirigiría y, otro, fue Además De Mi- Remix, con el que reunió a Rusherking, Tiago PZK, KHEA, LIT Killah, Duki y María Becerra y, dicho clip, ya lleva más de 225 millones de reproducciones.

Sobre el descubrimiento de su vocación, recordó: “Arranqué con la computadora cuando tenía siete años. Vi que había programas para hacer efectos con la webcam, pensé '¡Esto está buenísimo!'. Después, me descargué un programa más pesado, y otro, llegué al After Effects, también empecé a grabar con la webcam y con la cámara digital de mi mamá, hasta que me compré mi propia cámara con la plata que me dieron cuando tomé la Comunión. Miraba tutoriales en YouTube, investigaba, practicaba… Además, siempre me gustó mucho el cine, veía todas las pelis que podía, entonces se mezcló la tecnología con el cine. Y, más adelante, cerca de mis 15 años, comencé a grabar videoclips y asistir a rodajes de publicidad y demás”.

En cuanto a su vínculo previo con la música urbana, contó: “No escuchaba mucho. Estaba en el secundario y en el banco de al lado mío estaban todos reunidos viendo la Red Bull, freestyle, rap y demás. El reggaetón y la cumbia tampoco me gustaban mucho, de hecho, yo no salía de fiesta porque tenía actividades todos los días, entonces no conocía los temas, lo que escuchaba en general era pop y algo de electrónica. No es que la música era una gran parte de mi vida, tenía en la computadora algunas canciones, pero nada en particular. De a poco me fui metiendo con el trabajo y escuchaba las canciones que me ofrecían para hacer. Por lo tanto, ahora estoy al tanto de todo, escucho todos los álbumes y soy fan de los temas que me pasan”.

Facundo Ballve tiene 25 años y es oriundo de Pilar. Entre los clips desarrollados se encuentran: Mucha Data de Cazzu; Dime Dónde también de Cazzu junto a Justin Quiles; Te Necesito de KHEA y María Becerra; California de LIT killah; Salimo de Noche de Tiago PZK y Trueno, y Prende la Cámara de FMK y Tiago PZK. Para conocer su primer videoclip hay que trasladarse al 2016, cuando presentó Ganar o Perder de BALMVCEDA. Y uno de sus grandes disparadores en la industria fue Ghetto Life de La Cofradía, ya que ese fue el grupo de Alejo “Ysy A” (creador de la famosa competencia de batallas de rap El Quinto Escalón) y tras la buena recepción de la propuesta audiovisual, aumentaron los llamados para Ballve. 

En su caso, su incursión fue por medio de la fotografía: “Cuando tenía alrededor de 15 años empecé por el padre fotógrafo de un amigo con el que iba al colegio. Sacaba fotos en eventos, como cumpleaños de 15, y con la práctica fui ampliando mis conocimientos. Apenas terminé el colegio me metí a laburar en un estudio de fotografía social. Por otro lado, yo escucho rap desde muy chico, y de alguna forma me quería dedicar a eso, no sabía cómo, y también tenía amor por el cine, por eso me metí a estudiar dirección durante dos años. Con el boom de los chicos del Quinto Escalón, entré ahí. Primero filmaba a raperos de Pilar, y con mi amigo Leandro Domé que manejaba la revista Radio Doble HH de hip hop, ingresé en eventos de ese tipo como fotógrafo. Así arrancamos a cubrir de a poco a artistas como Ysy A, Duki, Cazzu”.

Martín Seipel tiene 30 años y es oriundo de Lomas de Zamora. Entre los clips llevados a cabo se hallan: Ley de Atracción de Duki; Como si no importara también de Duki junto a Emilia, Histeriqueo también de Emilia con MYA; 2:50 de MYA (tradicional y remix, este último con la incorporación de Tini y Duki) y varios protagonizados por Ruggero. De hecho, su primer videoclip lo lanzó a mediados de 2018 y fue un cover a cargo de Ruggero filmado en plano secuencia, no obstante, Martín consideró que el clip que marcó un antes y un después en su camino fue Apenas son las 12, presentado en 2019, también con el cantante italiano y con la dupla conformada por Agustín Bernasconi y Maxi Espindola, y la participación actoral de Yoyi Francella.

“De chiquito me gustaba mucho filmar, lo hacía con una cámara digital que me habían regalado para un cumple y grababa pocos minutos de video, entonces nos juntábamos con amigos a hacer acrobacias en una plaza y grabábamos, éramos b boys. Con el tiempo fui documentando viajes, hasta caer en la música. Arranqué con géneros muy variados, siempre tirando más para el lado del pop urbano y un poco de reggaetón. El estilo de música que yo iba filmando también iba evolucionando su paso en Argentina, por lo que me iba amoldando a lo surgía”, describió Seipel.

Asimismo, compartió: “Estudié Traductorado Público en inglés, pero, cuando me recibí, largué todo y dije, 'No… ¡Lo que a mí me gusta es el video!'. Ya venía de muchos años de facultad mirando tutoriales, que en su momento eran todos en inglés, y me venía capacitando con eso que veía en YouTube, hasta que arrancaron los cursos online más profesionales. Aparte de eso, lo que más ayuda me dio fue estar en rodajes de lo que fuera, dirigiendo yo o mis amigos”.

PRENDE LA CÁMARA

Si bien la dinámica de cada videoclip es particular, hay ciertos denominadores en común entre todos. Respecto a la convocatoria de los directores puede llegarles por medio de distintas vías, desde el contacto directo por parte del artista hasta la comunicación de su manager o sello discográfico. En cuanto al tiempo promedio desde la preproducción hasta la finalización de la obra audiovisual oscila entre las dos y cuatro semanas, lo cual también varía según el proyecto, hay casos en los que se concreta en menos días, y otros en más.

Una singularidad que atraviesa tanto a Agustín como a Facundo y Martín es que adquirieron muchos de sus conocimientos y recursos de manera autodidacta, por lo que, más allá de trabajar con equipos integrados por diferentes profesionales y colegas, se desenvuelven en múltiples áreas, de hecho, uno de sus grandes retos tuvo que ver con poder delegar tareas. Aunque todas las etapas de un proyecto son claves, los tres coinciden en la relevancia de la edición.

“La única tarea de la que todavía no me puedo desprender completamente es el montaje, porque el orden en el que están las imágenes, el ritmo y la duración de cada una de ellas se me hace muy difícil de transmitir. Además, implica un proceso de feedback con esa persona y a veces hay poco tiempo, entonces, para hacer más rápido yo ya sé cómo tiene que ir. Los directores, en general, no se desligan del montaje”, confesó Portela.

Asimismo, en torno a la huella que suele imprimir en cada uno de los clips que dirige, señaló: “La mayoría arrancan con un plano secuencia donde están las gráficas, mi nombre, alguna intro con efectos de sonido y una escena narrativa, porque gran parte son como historias. Los planos secuencia me gustan un montón, son desafiantes por la dificultad, pero cuando los ves, decís '¡Qué gratificante!'. Hay tres tipos de videoclips que me gustan hacer: uno es todo con historia, como un cortometraje, que le sacás la música y se entiende igual, no hay nada de playback, o muy poquito; el segundo tipo son situaciones de historia, pero con mucho playback y, el tercero, de escenografías, en estudio, pero con una estética especial, de situaciones de la vida real llevadas a colores plenos y figuras geométricas”.

Ballve, en sintonía con su colega, planteó: “Quizás lo que menos puedo delegar a alguien es la edición y el color, porque dejo de sentirlo mío. Pero en los últimos videos logré que me editen, ya que hasta hoy me había costado mucho, incluso mandaba a editar un clip, me lo devolvían listo, lo agarraba y lo editaba de nuevo, me costó muchísimo, pero de a poco. Y con los años cambié mi forma de filmar, crecí y aprendí cosas nuevas, me las rebusco para no repetirme. Cuando arranqué aparecía mi sello Shot by Ballve en todos los videos, y con esa marca registrada había un movimiento de cámara, color y fotografía característicos. Hoy es más difícil que yo tenga la cámara”.

Sobre otros aprendizajes obtenidos a lo largo de su camino artístico, agregó: “Hay mucho que no lo asocio solo con la filmación, ya que aprendí a tener la empresa, cómo manejarla, qué cosas delegar a nivel administrativo. Hay un montón de cuestiones que me superan y no tengo idea cómo funcionan, me ayudan mis hermanos y eso me permite dedicar más tiempo a los videos o a abrir el sello Anestesia Music”.

Siguiendo con la instancia de montaje, en base a su experiencia, Seipel analizó su impronta en los clips que dirige: “Me parece que el ritmo en la edición es algo que está siempre presente y es clave. Me pasa de acordarme algunos videoclips directamente por dónde recortaba las escenas y los playbacks, el ritmo de corte es fundamental, más allá de que también es importante la idea, la historia y demás. Por otro lado, me gusta hacer un poco de cámara, pero lo voy variando mucho, pruebo diferentes estilos y trato de cambiar lo más posible, no me siento identificado con solo algo a la hora de rodar, sí me encanta que los clips sean muy dinámicos”.

Y, en cuanto a los saberes reunidos proyecto a proyecto, indicó: “Siento que aprendí a respirar en set y mantener la calma, eso es lo principal y lo que más me ayudó a tener la cabeza más fría, a pensar mejor lo que estoy por hacer. También me cuesta mucho delegar, uno siempre quiere hacer todo, pero hay que aprender a trabajar en equipo”. 

LEY DE ATRACCIÓN

Si bien un fenómeno puede abarcar determinados factores concretos y detectables, hay otros aspectos que van más allá de toda explicación posible. Lo cierto es que el trap se afianzó en el ámbito musical argentino y fusionó tanto las características generales del género, como así también las particularidades locales. Además, hay muchos artistas que inicialmente no habían presentado temas correspondientes al trap y decidieron incursionar en él, ya sea de manera individual o por medio de colaboraciones.

“Hubo un momento en el que se alinearon un montón de cosas que lograron que pase lo que pasó y pasa, entre ellas, la revolución de las redes sociales, la aparición del Quinto Escalón, el surgimiento mundial del género, le pongo género al trap pero es más que nada un movimiento de música urbana. También en Argentina justo estábamos en un momento a nivel social, político, en el que había que expresarnos, todos los chicos la estaban rompiendo en las plazas, se empezó a ver en YouTube, el Quinto Escalón entró en el algoritmo y causó esta primera revolución. A partir de ahí se dio lo que todos sabemos, muchos chicos se dedicaron a la música y con el boom mundial nosotros nos subimos a ese tren, pero, por suerte, con una impronta personal, por eso al principio, y hasta el día de hoy, nos llaman trap argentino, que nos hizo destacarnos entre la música de todos los países. También es algo que hacía falta, acá el género urbano nunca tuvo su lugar, consumíamos lo que estaba pasando afuera”, explicó Facundo.

En relación a la repercusión de los clips, transmitió: “Es muy importante, tanto para nosotros como para los artistas, el feedback, estar pendientes de lo que la gente quiere, porque somos de la industria del entretenimiento, por lo que la idea es que la gente la pase bien y disfrute viendo y escuchando lo que hacemos. Así que hay que darle mucha bola a qué piensan, qué quieren ver y escuchar, qué podemos corregir. Al principio tuvimos una etapa que fue muy impactante, como que un millón de personas vieran el videoclip en un día, hoy es más común y me llama menos la atención, pero si te lo ponés a pensar un minuto, ¡es increíble!”.

Por su parte, Martín interpretó: Me parece que la música latina hoy está muy fuerte, en todo el mundo, y Argentina tenía algo escondido que en algún momento tenía que explotar en cuanto al talento de los artistas, y se está dando ahora. Por suerte nos acompaña esta era audiovisual, un poco para lo que a nosotros nos gusta mostrar del otro lado. Argentina está muy fuerte y recién está empezando esto, le quedan muchos años más de crecimiento”.

Y, sobre su participación dentro del fenómeno audiovisual, agradeció: “Es importante que el artista te banca, uno ya se siente parte de ese equipo de laburo y está bueno, que haya ese ida y vuelta es clave para la energía durante el rodaje. Por otro lado, es muy loco cuando hacés el video de un tema que escuchás meses antes para armar la idea y, después, tus amigos están cantándolo. Uno trata de volverse loco lo menos posible con las vistas, y que no todos los videos sean un hit te da tiempo para volver a trabajar la creatividad, cambiar un poco el estilo, pero sí es algo que nunca te imaginás, cuando conocés el tema por primera vez no sabés hasta dónde puede llegar”.

Por último, Agustín consideró: “Estoy agradecido de poder estar trabajando con proyectos que tienen mucha repercusión porque eso me ayuda a mi carrera y a lo que hago. También es un arma de doble filo, porque tenés una gran responsabilidad, incluso si no sale bien podés quemar tu nombre. Saber que un videoclip ya de una va a tener cinco o diez millones de reproducciones a la semana es un peso, pero nunca pienso 'Si sumo todas las visualizaciones de todos los clips que dirigí son 500 millones', porque esos clips sin las canciones, los artistas y sus plataformas, no tendrían nada de eso. En este momento se está haciendo muy buena música que puede disfrutar todo el mundo, hay mucha oferta. Además, la gente está receptiva a todos los géneros, los pibes se saben mover en distintos estilos, arrancaron haciendo freestyle en la plaza, después rap, reggaetón, pop y demás”.

DESTINO CINEMATOGRÁFICO

Ante la pregunta de si les interesaría incursionar en el séptimo arte, los directores respondieron:

“¡Tengo muchas ganas! Estoy ansioso por tener una propuesta, creo que con el tiempo se va a terminar dando. Tendría un nuevo desafío, ya que eso sería algo que nunca hice antes. Empezaría por algún cortometraje y, el día de mañana, una película”, proyectó Seipel.

“¡Me encantaría! Me gusta mucho el cine y mi sueño es hacer una película. Siempre digo que la voy a hacer, medio que no puedo dimensionar el tiempo que se tendría que dedicar a eso, pero me encantaría. Ojalá en algún momento se pueda dar, sé que necesitamos mucho tiempo y hoy no lo tengo, pero sí es una meta”, deseó Ballve.

“En el mundo de los videoclips encontré la posibilidad de hacer muchas cosas que tenía en la cabeza hacía mucho tiempo, cortometrajes que quería generar. En este momento estoy tratando de aprovechar la situación, este boom, las oportunidades que me ofrecen y todas las cosas que estoy aprendiendo y probando. Estoy teniendo experiencias que me hacen sentir apto para encarar muchas cosas que hace un año ni hubiera pensado. Mi idea en un futuro cercano es poder moverme al cine y hacer películas”, finalizó Portela.

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