Crítica de "La amiga de mi amiga", un viaje a través de la amistad, el amor y el deseo en la Barcelona queer

La trama rinde un liberador homenaje a la obra de Rohmer, en especial a El amigo de mi amiga (L'Ami de mon amie, 1987), pero Carmona lo lleva un paso más allá al adaptarla y moldearla según su propio estilo. En La amiga de mi amiga, el juego amoroso se desarrolla en un grupo de amigas, sumergiéndonos en las complejidades de las relaciones en un entorno moderno y diverso. La directora misma interpreta a una joven neurótica y obsesionada con el amor, llena de dudas e inseguridades. Tras una dolorosa ruptura sentimental, regresa a la capital catalana y restablece el contacto con una antigua amiga, quien la introduce en su círculo social conformado por artistas destacadas como la cineasta Alba Cros, la música Rocío Saiz y la cantante Aroa.

La amiga de mi amiga se sumerge en la amistad y su intrincada conexión con el amor y el deseo, abordando estas temáticas desde diversas perspectivas. El relato también examina las ficciones que utilizamos para contar nuestras propias historias, sirviéndose del cine, la música y otras formas de arte como vehículos narrativos. Carmona establece un diálogo sugerente entre la ficción y la realidad, ya que las amigas protagonistas también lo son en la vida real. Esta interacción entre lo ficticio y lo real da lugar a la magia y la sinceridad que impregna la película, resaltando la complicidad única que caracteriza a las verdaderas amistades.

Una de las mayores virtudes de La amiga de mi amiga reside en su autenticidad, en su capacidad de retratar la vida tal y como es, sin caer en moralismos ni pretensiones ejemplificadoras. Carmona logra ofrecer una representación veraz de sus protagonistas. Son personajes complejos, pero también plenos y multidimensionales, con conflictos, dilemas, miedos, deseos, errores y aciertos..

La realizadora se nutre de la mirada audaz y desenfadada presente en los primera etapa de Pedro Almodóvar, así como la influencia del cine "underground" de Marc Ferrer, quien también participa como coguionista. Carmona plasma, con una sutileza profunda, el alma de un lugar y una generación, utilizando pegadizas canciones pop, los lugares frecuentados por las protagonistas, su estilo de vestir y sus formas de relacionarse entre sí y con su entorno. Esta amalgama crea un mundo singular y cautivador, permitiendo al espectador sumergirse en un universo repleto de matices y significados.

La amiga de mi amiga se erige como un íntimo tributo fílmico que encapsula las influencias cinematográficas que han permeado en el imaginario de Carmona, así como las narrativas ficticias que han nutrido sus ensoñaciones. No obstante, trasciende los límites impuestos por sus referentes para erigirse como una obra que despliega una identidad autónoma, cautivante y deleitable, capaz de dejar una profunda impronta en la psique del espectador.