Calidez, comprensión y sensatez detrás de cámaras

María Laura Berch entre la búsqueda y el estímulo de las fortalezas artísticas

La directora de casting y coach actoral de “Hoy se arregla el mundo”, y diversos otros filmes, reflexiona acerca de su profesión. “Me resulta clave trabajar siempre a favor de lo que trae cada persona”, manifestó.

María Laura Berch entre la búsqueda y el estímulo de las fortalezas artísticas
PH Alejandra López
PH Alejandra López

Hay niñxs y adolescentes que, a pesar de su corta edad, logran que sus personajes trasciendan la pantalla grande y generen diversas emociones y reflexiones en lxs espectadorxs. Ya sea que cuenten con experiencia previa, o no, en clases de actuación o en el interior de un set de filmación, tienen la atención y la guía de profesionales como María Laura Berch, que lxs acompañan y les brindan herramientas desde las distintas instancias de casting, entrenamiento y durante el rodaje. De hecho, Berch estuvo a cargo de la orientación de Benjamín Otero, el protagonista (junto a Leo Sbaraglia) de Hoy Se Arregla El Mundo, la comedia dramática dirigida por Ariel Winograd que ya estrenó en salas de cine.

EL MUNDO WINOGRAD

Al ver Hoy Se Arregla El mundo, el público sigue la travesía de Benito, junto a David Samarás, “El Griego”, en la búsqueda de su verdadero padre. Sin embargo, la aventura los lleva a una encrucijada mucho más grande que la que salieron a enfrentar. Y detrás de esos personajes que protagonizan la comedia familiar escrita por Mariano Vera y dirigida por Ariel Winograd se encuentran el consagrado actor Leo Sbaraglia y la revelación actoral Benjamín Otero, quien transitó la película junto a la directora de casting y coach actoral María Laura Berch.  

“Trabajar con Wino siempre es una fiesta, me divierte y me motiva la forma inteligente en la que mira la niñez. La niñez que es capaz de interpelar el mundo adulto y recordarle Soy un niñx, ocupá tu lugar… ¡y dejáme ser niñx a mí!'. Wino lo hace maravillosamente desde la comedia, y eso me parece un doble desafío. A mí me resulta un género difícil, aunque algunos lo subestimen, creo que actoralmente hacer una buena comedia es bien complejo. Para mí es un lugar de mucho crecimiento,personal y profesional, acompañarlo”, destacó Berch.

Sobre el proceso de casting en los films de Ariel describió: “Resulta un espacio muy enriquecedor por el tipo de encuentro que se da con lxs niñxs, abrir diálogosque se vuelven desopilantes, escucharles hablar sobre el mundo adulto, darle entidad a sus reflexiones, encontrar elpunto de conexión desde lo que propone este primer intercambio. En cuanto a Benja tiene una reflexión muy profunda, una desfachatez para un trato de un supuesto'igual a igual', aunque siempre recordándote que él es el niño en cuestión y vos sos lx adultx. Eso se sentía muy claro en su posicionamiento ante el juego. Además que naturalmente tenía mucha predisposición para transitar propuestas más emocionales”.

Asimismo, señaló: “La película necesitaba un niño que pudiera sostener ese 'ida y vuelta' con Leo Sbaraglia (¡un inmenso aliado!) Lo mismo nos había pasado cuando hicimos Sin Hijos, con Guadalupe Manent y DiegoPeretti, son duplas explosivas, personajes que se sacan 'chispas', con posiciones y puntos de vista muy firmes más allá de la edad, personalidades fuertes. Fue clave para la elección (y también para ir entendiendo hacia dónde iría la dupla) que Leo participara en las instancias finales de casting.”

TIEMPO DE CAMBIOS

“¡No actúo más!”. Esa fue la decisión que tomó Berch hace casi 20 años y de la que no se arrepiente, de hecho, siente orgullo. Es que dicha afirmación surgió luego de haber participado en la película Las mantenidas sin sueños, codirigida por Vera Fogwill (quien la invitó a formar parte) y Martín Desalvo. Hasta ese momento,María Laura era actriz egresada de la Escuela Nacional de Arte Dramático (actual UNA) y estudiaba Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires, su ámbito era el teatro, lejos del cine y el coacheo actoral. Pero en esa película se encontró con Lucía Snieg, la niña que estaba haciendo el casting y, tras el primer ensayo, sesintió plena acompañando a que la pequeña brille, ese erasu lugar. “Ahí sentí una plenitud que vuelvo a sentir todos los días cuando entro a instancia de casting, a entrenamiento o al set, y veo que las personas se entregan al juego de la actuación de esa manera. Me maravilla hastaahora, sigo en esa senda y lo disfruto”, resaltó.

Desde su primera experiencia hasta la actualidad, participó en los castings y entrenamientos de proyectos como: Wakolda, con dirección de Lucía Puenzo; Infancia clandestina, de Benjamín Ávila; Gilda, no me arrepiento de este amor de Lorena Muñoz; Refugiado y Una especie de familia, de Diego Lerman; Esteros, de Papu Curotto; La noche mágica, de Gastón Portal; Cómo mueren las reinas, de Lucas Turturro; Sin Hijos y Mamá se fue de viaje, de Winograd; Distancia de Rescate, de Claudia Llosa; Una semana solos y La tercera orilla, de Celina Murga; Invisible, de Pablo Giorgelli; La luz incidente, de Ariel Rotter; Maradona, sueño bendito, de Alejandro Aimetta; Los Sonámbulos, de Paula Hernández; Las buenas intenciones, de Ana Blaya; Historia del Miedo y Rojo, de Benjamín Naishtat; Mamá, mamá, mamá y Nuestros días más felices, de Sol Berruezo Pichon-Rivière, entre otros.

“Así como rescato experiencias que tienen que ver con la primera vez que las personas empezaron a filmar y después siguieron con carreras hermosas y caminos que admiro mucho, también celebro aquellas que entraron al juego actoral, lo cerramos amorosamente y se dedicaron a otra cosa. Festejo ambos caminos, me llena de alegría y más aún que con el paso de los años me contactan para contarme que van a ser padres o madres, que les salió una nueva oportunidad laboral, que reflexionemos juntxs sobre la profesión, o ir al cine y descubrirlxs en una nueva película”, valoró.

PASO A PASO

En su labor profesional cotidiana en la dirección de casting, la gran compañera de María Laura desde hace varios años es Mariana Berch, su hermana y, en muchos proyectos, Micaela García, quienes la asisten en un rol que es clave para ella, el de llevar el orden del día a día de las tareas. Después, según las características de los diferentesproyectos audiovisuales, trabaja junto a otrxs directorxs de casting, como Iair Said (con quien desde hace varios años desarrollan en forma conjunta varios proyectos nacionales o internacionales, tanto largometrajes como series), Vero Souto, Tati Rojas (codirigieron la serie Maradona, sueño bendito), por ejemplo. En castings con niñxs y adolescentes suma a la tarea a Soledad San Martín y aMaría Milessi (de hecho, con ella compartió Hoy Se Arregla El Mundo).

“Me estimulan a seguir pensando y elaborando la profesión, me interesa mucho el trabajo en equipo durante el casting, compartir lo que creo que aprendí, aprender nuevas formas de ver y hacer mejor nuestro trabajo. Nuestra actividad se ha puesto cada vez más exigente, el mundo de las plataformas, los trabajos con colaboración entre varios países, la virtualidad, trajeron consigo tareas muy específicas dentro de los equipos de trabajo”, indicó.

Respecto a los denominadores en común entre los procesos de audición de los proyectos en los que participa, explicó: “El casting hay que pensarlo no como el resultado de algo que solo se consigue en esa instancia, sino tratando de proyectar lo que se consigue ahí en meses de relación. Entonces, cuando unx niñx es protagonista hay que tener en cuenta muchas cosas, no solo su capacidad de juego o su 'desenvolvimiento actoral', porque son chicxs que comparten su juego y lo más sagrado es su presente en la infancia. Ponerles una mochila de actores o actrices es cargarlos de una responsabilidad que, en realidad, tiene que seguir llevando el mundo adulto. Obviamente requiere que nosotrxs seamos muy atinadxs en cómo convocamos, cómo miramos eso que estamos buscando, las instancias de encuentro que proponemos, en mi caso, me interesa verlxs más de una vez, ya que entiendo que en la sumatoria de encuentros tengo el valor del paso del tiempo para advertir cuestiones fundacionales para el juego posterior, pero también para prepararme y acompañarmejor esa experiencia”.

El diseño del casting. Ese es el factor fundamental que considera María Laura en cada ocasión. Por lo tanto, lee detalladamente el guion y, a su vez, analiza el personaje que se busca que interprete a futuro el niño o la niña. Asimismo, tiene un encuentro con quien está a cargo de la dirección del filme para comprender cómo esa persona ve y quiere abordar la niñez/adolescencia, cuál es su dinámica de trabajo y cuál será la interrelación con las otras áreas, así como también cómo registrará los cuerpos y las humanidades de las infancias y juventudes. Y no deja de lado la cuestión de producción, ya que trata de entender el nivel presupuestario y las posibilidades con las que contará, para saber a qué convocará y de qué manera lo hará.

“Cada proyecto me provoca una nueva forma de ver la profesión, me gusta mucho entregarme a cada director/a, que mira la actuación de una manera distinta, y obviamente me exige una mirada diferente, por eso la pre producción me resulta tan importante. Con ese/a director/a tengo que hacer acuerdos, una puesta en común, comprender sensiblemente su lenguaje emocional, para luego poder aportar, compartir, proponer…”, precisó.

Luego, en base al presupuesto y la capacidad para contener la magnitud de la convocatoria, la búsqueda será más abierta y masiva, o menos. También se considerarán otros requerimientos, por ejemplo, si se necesita que lxs postulantes ya tengan alguna experiencia previa en set, o no. En cuanto a las vías de anuncio son diversas, desde redes sociales y agencias de representantes, hasta docentes y escuelas de teatro. La recepción del material suele ser por medio de la virtualidad, hay una primera mirada y se lleva a cabo una preselección.

Más tarde, viene el encuentro, presencial o virtual (dadas las circunstancias actuales): “Esa parte es clave, sobre todo con respecto a niñxs, adolescentes y actores/actricesnaturales (me gusta más que 'no actores') que inicialmente en su vida no tienen pensado hacer un filme, no eligen la actuación como profesión. Ese lugar me exige estar a la par en un intercambio que no mide ni evalúa, sino que es de persona a persona, en mi caso como adulta y con todo el respeto y los cuidados que implica el encuentro con unxniñx. Intentar acercarnos a ciertas realidades, saber si está en esta instancia de casting porque tiene ganas, cuál es su ilusión, cuáles son sus lugares de relación con el mundo actoral y, particularmente, entender los marcos de contención emocional que va a tener de avanzar hacia el rodaje de una película, como son la familia, grupo de pares, la escuela, para, a futuro, poder cuidarlx y acompañarlx”.

Posteriormente llega el pasaje a la ficción, donde también aplica una estrategia precisa para ver qué es lo mejor en función del registro actoral que tiene cada proyecto: quizás conviene entrar a texto, pero muchas veces no envía a lxs jóvenes la escena para que la estudien solxs, sino que la trabaja junto a ellxs y observa cómo incorporan la palabra ajena; en otros casos, se busca una improvisación sobre un tema y puede llegar a utilizarse la misma entrevista inicial pero, esta vez, con datos de los personajes para volver sobre el formato de la entrevista de un modo ficcional. En cualquier ejercicio, no interesan las capacidades de composición, ni los resultados, sino la forma de abordar la ficción. Ese material generado pasa a compartirse con quien está a cargo de la dirección del filme.  

“El casting no es solo una cuestión de citar 60 mil chicxs(lo tomo igual para el mundo profesional, adulto) porque sí, para hacer número y nada más, eso es contraproducente en todos los sentidos. En una jornada de casting yo siento la responsabilidad de trabajar a partir de las fortalezas que cada unx tiene y la forma de acercarnos al personaje que estamos buscando, no forzar un único camino. Me resulta clave trabajar siempre a favor de lo que trae cada persona, ¡así me implique repensar 60 mil veces como abordar el personaje!”, planteó.

LUZ, CÁMARA… ¡ACCIÓN!

A la hora de seleccionar quién, o quiénes, interpretarán a lxs personajes de la película, de acuerdo a las particularidades de cada proyecto la decisión estará en determinada cantidad de personas, contemplando director/a de la película, de casting y producción. Y otro rol fundamental lo cumplirán las familias de lxs niñxs y adolescentes, es decir, sus estructuras de contención, por lo que se debe acordar con ellas.

“Es importante que la entrada a la película no sea caóticapara la familia, cuando voy avanzando en las etapas muchas veces nos sentamos y charlamos qué significa filmar una película y acompañar un rodaje, en qué lugar emocional y de bienestar necesitamos presencia. Y cuando estamos llegando a instancias finales tenemos que estartodxs de acuerdo, porque de alguna manera el mundo adulto está tomando algunas decisiones más allá del interés que tenga el/la niño/a, ya que hay cosas que no pueden dimensionar. Si le decís 'Vas a filmar dos meses una película y va a ser re divertido', también le tenés que decir 'No sé si vas a poder ir a todos los cumpleaños que tengas'. Obviamente, primero que nada, comprender sus rutinas… que vaya al colegio, cuidar que si tiene un cumple pueda ir igual, que haga su actividad física y demás. Si lx aíslo de todo lo que le representa en su desarrollo como niñx, estoy interfiriendo en su bienestar y no me lo permito, no es bueno para nadie, ni para la familia, ni para el proyecto, ni para el recuerdo que tengamos luego de esta experiencia”, subrayó.

Antes de llegar al rodaje, la directora de casting coordina una etapa de entrenamiento y ensayos que va de la mano con el acercamiento de lxs protagonistas a la historia, sus personajes y el abordaje audiovisual, siempre considerando sus edades y particularidades. Asimismo, afianza la convivencia con las demás áreas del set, ya que luego habrá interacción con personas correspondientes a distintos sectores artísticos y técnicos.  

“Así como estoy en el trabajo con lxs jóvenes, también me interesa el trabajo de integración con el resto del equipo, que es profesional y sabe sus tareas pero, a veces, el hecho de tener unx niñx en el set implica acuerdos particulares, pasan a ser aliadxs de este juego, y a la vez contemplar su marco de responsabilidad como adultxs. Porque el set se transforma en el lugar sagrado para que esta explosión de juego nos reencuentre con aquello que creímos como potencial en el casting. Y luego el set me implica siempre un trabajo emocional paralelo al actoral que es el de ir anticipándome a la calidad de vivencia que van haciendo lxs niñxs más allá, incluso si pueden, o no, verbalizarlo con claridad”, compartió.

Sobre las medidas a respetar en las jornadas de filmación para lxs menores de edad, se sigue una misma reglamentación sea cual sea la obra artística. Como en estos proyectos se está invitando al mundo infantojuvenil al adulto, y a un trabajo profesional, esa base tiene quecontemplar características como que si xl menor va al colegio en el turno mañana pueda filmar por la tarde, si hay una cierta cantidad de horas que se pueden rodar en función de la distancia que viva la persona de la locación, entre otras cuestiones determinadas por minoridad.

Mientras que, en cuanto a la dinámica a considerar al incluir menores en ficciones con situaciones de compleja carga dramática, ejemplificó: “En Las mantenidas sin sueños, la niña era hija de una mujer adicta, por lo tanto yo tenía que trabajar con el mundo imaginario que podía llegar a tener una niña de nueve años en relación al mundo de las drogas; en Refugiado, había un nene con su mamávíctima de violencia, por lo que abordé el significado de la violencia en las posibilidades que Sebastián Molinarotenía, no iba a mentirle ni decirle que estábamos haciendo una película de extraterrestres (como si en eso estuviese el hecho único de 'cuidarlos'); en Esteros, el último casting lo hice con una cámara con los niños (Blas Finardi Niz , Joaquín Parada) y papás/mamás explicándoles cómo se filma para que vieran lo que es y lo que en realidad se ve (porque lo que imprime en la memoria no siempre es lo que se ve por cámara sino la construcción para llegar a eso), o en La noche mágica, se reestructuró la palabra porque Isabella Palópoli tenía cinco años, por su edad y su competencia emocional era más delicado afrontar lo que significaba su padre de la ficción. En cada caso se trabaja sobre el imaginario de cada niñx, y previamente todo acordado con la familia y el mundo adulto que rodea a la experiencia”.

Por último, detalló: “Hay muchas instancias que no nos podemos saltear cuando pensamos en compartir una experiencia audiovisual con unx menor de edad, hay dos claves para mí: primero, asumir la profunda responsabilidad ética como adultxs profesionales ante ellxs, después, para con las familias, que tendrán por delante una experiencia intensa, y cuidarlas también, integrarlas, acompañarlas tanto como a lxs niñxs. Este camino es más complejo que solo el instante mismo del juego y me exige aprender a cada paso. Mi gran desafío en esta profesión es seguir encontrándome con lxs niñxs,adolescentes y actrices/actores naturales y con sus familiasy sentir que hice las cosas lo mejor posible, que no les fallé, no solo a nivel profesional sino, también, personal”.

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