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Crítica de "Marea alta" y los conflictos de clase de Verónica Chen

Los conflictos de clases y la desigualdad social son la base sobre la que se erige "Marea alta" (2020), nueva obra de Verónica Chen, seleccionada para la competencia de Sundance.

viernes 03 de diciembre de 2021

Laura (Gloria Carrá) se encuentra en la costa argentina coordinando las remodelaciones de su casa de veraneo. Viajó sola mientras su marido e hijos continúan con sus tareas en la ciudad. La lujosa casona se ubica en un paraje desierto y los arreglos están a cargo de un jefe mayor de obra y dos empleados. Marea alta comienza con un espectacular plano aéreo del lugar con una cámara que baja mientras Laura baila sola en el living y degusta una copa de vino. Los albañiles están a lo lejos y Weisman, el jefe, interpretado por Jorge Sesán, ingresa a la casa. Hay cierto coqueteo y terminan en la cama. Todo indica que a la mañana siguiente todo va a ser igual que antes y que ese revolcón no va a ser otra cosa que eso. Pero todo se complica cuando Weisman desaparece y Laura comienza a ser acechada por los peones.

Marea alta supone la primera entrega de una serie de cuatro películas que Chen llama "El cuarteto de la costa", cada una ambientada en una estación del año diferente en las playas de la ciudad de Villa Gesell. Esta primera entrega se ubica dentro del contexto abordado en obras disimiles pero que en algún punto conectan entre sí como Funny Games (1997) de Michael Haneke, Nosotros (2019) de Jordan Peele o la ganadora del Oscar Parasite (2019), de Bong Joon-Ho, y por supuesto las argentinas Los dueños (2013), de Ezequiel Radusky y Agustín Toscano, o Buena Vida Delivery (2004), de Leonardo Di Cesare, donde la historia está atravesada por una marcada lucha de clases a raíz de la desigualdad social.

Chen construye un relato incómodo, ambiguo, que va aumentando su crescendo dramático a medida que los minutos avanzan, con giros narrativos impensados, protagonizado por una mujer empoderada, de clase media acomodada, identificable pero también llena de contradicciones propias (deambula entre el progresismo y cierto conservadurismo propio de una clase social). Una mujer independiente que por momentos resulta frágil y sensible mientras por otros se revela materialista y ávida de poder, sin ningún tipo de reparo ético y moral en conseguir un beneficio que la favorezca.

Con una imagen estilizada, encuadres simétricos y una luminosidad que se opone al obscuro trasfondo del relato, Marea alta, que en ningún momento toma partido por los personajes poniendo a todos en el mismo lugar de víctimas y victimarios, expone las tensiones de clase pero también las tensiones de género dentro de las de clase entre obreros y patrona, entre hombres y mujeres. Poder que se balancea entre los de arriba y los de abajo pero que más temprano que tarde quedará en manos de quien tenga el poder económico.

8.0
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