Es una de las figuras de la nueva serie de Netflix

Joaquín Furriel en medio de la corrupción política y el negocio de la fe en “El Reino”

“Rubén Osorio es una invitación a tener el permiso de hacer todas las cosas que uno nunca haría, tengo un personaje para hacer todo lo que me parece tremendo, fue jugar un poco ese rol”, cuenta a EscribiendoCine.

Joaquín Furriel en medio de la corrupción política y el negocio de la fe en “El Reino”
Joaquín Furriel en "El Reino"
Joaquín Furriel en "El Reino"
viernes 13 de agosto de 2021

En El Reino (2021), la nueva serie argentina de Netflix, creada por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro, Joaquín Furriel encarna a Rubén Osorio, un siniestro operador político, un personaje que se mueve entre las sombras para generar intrigas e influenciar sobre los demás.

¿Cómo fue retomar el personaje tras el paréntesis impuesto por la pandemia?
Creo que va a ser recordada como la serie que hicimos en la pandemia, espero que sea una experiencia única, no me gustaría repetirla.

¿Qué fue lo más difícil de encarnar a tu personaje?
En el caso de Rubén Osorio es una invitación a tener el permiso de hacer todas las cosas que uno nunca haría, tengo un personaje para hacer todo lo que me parece tremendo, fue jugar un poco ese rol. Es un personaje que desde la mirada externa está invadido por oscuridad, pero él, seguramente, entenderá que está lleno de luz, porque está convencido de lo que hace, es super pragmático. Es uno de los personajes más contrastados de la serie, demostrando también la amplitud de la interpretación.

La fe, con la doble moral, que se va introduciendo en espectáculos masivos de entretenimiento, necesita un proyecto que permite desentrañar con mirada crítica aspectos de la sociedad, cuando leíste el guion ¿cómo fuiste viendo esto?
Creo que cuando el entretenimiento logra atravesar capas de reflexión, más allá del entretenimiento en sí, es algo muy sublime, no se da muchas veces, a veces lográs hacerlo con una película, una ficción o un unitario, en este caso El Reino es una buena propuesta para que eso suceda, cuando leí los guiones tuve esa sensación. Creo que además la serie tiene muchísimo humor, específico del absurdo, y eso lo disfruté como espectador, ves que hay algo extremado, o acaso ¿no estamos viviendo en un momento de la historia en donde sentimos que todo está extremado?, en donde decís ¿no puede ser tan obvio?, y que de tan obvio pasa a ser extremado y absurdo, por eso creo que la serie tiene una gran contemporaneidad y quiero ver qué pasa con la serie, porque creo que abre al comentario, tocando a quien tenga que tocar y es interesante lo que puede llegar a pasar desde el estreno.

¿Hay alguna escena que te gustó interpretar más que otras?
La serie crece mucho por la información que se obtiene de lo que va pasando. Yo me quedo con cualquiera de las escenas que hice con Chino Darín, porque la pasé muy bien trabajando con él y todo lo que le hace mi personaje a el de él. Es un vínculo medio como el de Piotr Pretróvich y Raskólnikov, de "Crimen y Castigo", va trabajándolo por varios lugares y viendo cómo responde, está muy bien diagramado y escrito y presentado en los ocho episodios, pero si tengo que decir una, es una que hice en la cárcel con Nico García Hume, no sólo por lo que pasa, sino porque fue la primera que hice después del paréntesis de la pandemia.

 

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