Crítica de "Cómo copiarse en un examen": La odisea de cinco adolescentes en busca de un milagro

El film se adentra en el terreno conocido de la comedia adolescente, destacando la camaradería entre los protagonistas y las tácticas poco convencionales que emplean para resolver sus problemas académicos. La trama se desenvuelve mayormente en el ámbito escolar, con el aula como escenario principal donde se desarrollan los conflictos y las acciones.

Uno de los aspectos destacados de Cómo copiarse en un examen es la construcción de sus personajes, cada uno con su propia personalidad y motivaciones, lo que enriquece la dinámica del grupo y el progreso de la historia. Sin embargo, la trama se ve limitada por la dependencia de clichés y situaciones predecibles, lo que le resta originalidad y frescura.

La dirección de Sarsfield logra mantener un ritmo ágil y entretenido a lo largo del metraje, aunque a veces cae en la sobreexplotación de chistes y situaciones humorísticas que pueden sentirse forzadas o poco auténticas. Además, la película adolece de una profundización en temas relevantes que podrían haber enriquecido su mensaje, limitándose a superficialidades y estereotipos propios del género.

En cuanto al elenco, si bien muestra una química palpable en pantalla y cierta soltura en sus interpretaciones, en ocasiones se percibe una falta de matices y profundidad en la caracterización de los personajes, lo que limita su capacidad para generar empatía o interés más allá de lo superficial.

Cómo copiarse en un examen ofrece una propuesta entretenida dentro del género de comedia adolescente independiente, con momentos de diversión y sin mayores pretensiones. Sin embargo, su dependencia de convenciones narrativas limita su impacto y la relega a ser una propuesta simplemente pasajera en el panorama cinematográfico.