Crítica de “Viernes negro”, Eli Roth y el placer de morir por un descuento

Estamos en el Black Friday, una de esas fechas de descuentos que enloquecen a los consumidores. En una tienda de la ciudad de Plymouth, una avalancha humana arrasó con las góndolas aniquilando -literalmente- a varias personas a su paso. La divertida venganza de un enmascarado serial killer no tarda en llegar.

Viernes negro (Thanksgiving, 2023) remite a los slasher de la década de los setenta y ochenta, con un humor surgido de los excesos y un festivo deleite por la sangre. Con un guión escrito por Roth junto a Jeff Rendell, la trama protagonizada por Patrick Dempsey, Addison Rae, Milo Manheim, Jalen Thomas Brooks, Nell Verlaquel, Rick Hoffman y Gina Gershon, transcurre cuando un misterioso asesino con la máscara de John Carver (uno de los líderes de los "peregrinos" del Mayflower y el primer gobernador de la colonia de Plymouth), elimina a los responsables de la tragedia en la ciudad donde nació la festividad conocida como Día de Acción de Gracias (título original de la película).

El chiste, además del Día de Acción de Gracias, está puesto en la sociedad de consumo, con una sátira violenta no vista desde El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 1979) de George A. Romero. La psicosis social por conseguir productos con descuentos llega a niveles extremos, expresada con un humor satírico y tripas por doquier.

Como es habitual en este tipo de relatos, la originalidad está puesta en los truculentos crímenes y no en la trama que brilla por su clasicismo. Sin embargo, en estos tiempos de cine de terror con rebuscadas vueltas de tuerca, este regreso a una estructura narrativa de estas características convencionales se siente gratificante. Roth demuestra que, si están bien hechas, este tipo de historias lejos de ser trilladas aún pueden ser sumamente efectivas.