Crítica de "Reina Roja": Vicky Luengo entre misterios, crímenes y entretenimiento de primera calidad

La historia gira en torno a la colaboración entre Antonia, conocida como la Reina Roja y quien formaba parte de un proyecto policial secreto y experimental, y Jon Gutiérrez (Hovik Keuchkerian), un policía vasco y gay. Juntos, se sumergen en una investigación que los lleva por los rincones de Madrid después del asesinato del hijo de una magnate y el secuestro de la hija del hombre más rico de España.

La trama, cuidadosamente elaborada, atrapa desde sus primeros minutos con un aura de misterio y suspenso. A medida que avanza, el ritmo se acelera, transportando a la audiencia en un frenético viaje hacia un desenlace que despierta un éxtasis narrativo, especialmente para los amantes de los enredos detectivescos y los intrigantes casos de asesinato.

Aunque la serie exhibe ciertos tropos del entretenimiento convencional, su trama se enriquece con una mezcla de elementos tomados de la cultura popular y referencias a obras cinematográficas icónicas. Desde la imaginativa saga de Hombres de Negro (Men in Black) de Barry Sonnenfeld, pasando por Terminator (1984) de Stanley Kubrick, hasta la inquietante atmósfera de El Silencio de los Inocentes (The Silence of the Lambs, 1991) de Jonathan Demme, Reina Roja teje una red de influencias que contribuyen a enriquecer la profundidad y complejidad de la narrativa.
 
Dirigida por Koldo Serra, la serie consta de siete episodios y presenta un elenco encabezado por Luengo y Keuchkerian, respaldados por actores como Álex Brendemühl, Nacho Fresneda, Andrea Trepat, Celia Freijeiro y Eduardo Noriega, quienes ofrecen interpretaciones sólidas que dan vida a los personajes de una trama intrigante que mantiene al espectador cautivado sin dar respiro.

Reina Roja, que parte de una trilogía literaria que incluye también Loba Negra (2019) y Rey Blanco (2020), es una propuesta sólida de entretenimiento que satisfará a un amplio público, especialmente a los aficionados al género policial y de suspenso. Su objetivo es claro y, en eso, cumple de manera efectiva.