Crítica de "Pesadilla de un secuestro en California": la docuserie sobre el truculento true crime

Las directoras Felicity Morris y Bernadette Higgins, que trabajaron previamente en El estafador de Tinder (The Tinder Swindler, 2022), recrean el caso ocurrido en California y las extrañas implicancias con la película de Fincher con Rosamund Pike y Ben Affleck, Perdida (Gone Girl, 2014). ¿Será esta mujer capaz de fingir su propio secuestro para vengarse de su pareja?

La pareja se conoció en Vallejo, California, en 2014. Aaron Quinn se había separado recientemente de una chica que, supuestamente, lo había engañado. En 2015, Denise Huskins encontró mensajes entre él y su ex prometida y se reunieron en casa de Quinn para hablar del tema. En la madrugada fueron despertados y atacados por un hombre que se la llevó secuestrada a ella.

Dividida en tres episodios, Pesadilla de un secuestro en California (American Nightmare, 2024) maneja muy bien la información manteniendo atrapado en el relato al espectador. Los detalles escabrosos del caso y sus elementos pasionales mezclan con ingenio thriller criminal con melodrama emocional.

El primer episodio es narrado por Quinn, y aborda su declaración en la policía. Su relato no es convincente y las dudas sobre él enseguida surgen de parte de la policía. El segundo episodio es narrado por ella, y otra vez la policía, ahora atravezada por una mirada machista, culpa a la víctima de haber inventado el caso, como en el film de David Fincher. El último episodio recae en la detective Misty Carausu, quien vincula a Matthew Muller con el caso.

A la docuserie no le falta ritmo ni momentos morbosos para "enganchar" al espectador con la historia. Los detalles del caso, que no escatiman en violaciones y perversiones, hacen del caso criminal un espectáculo televisivo sumamente atractivo. Un ejemplo más de la telenovelización de la noticia.