Crítica de “Las almas”, viaje en el tiempo por el norte argentino de Laura Basombrío

Laura Basombrío sigue de cerca las vivencias relatadas de una mujer (Estela Quispe) en la desolada Puna argentina. Entre imágenes cargadas de un preciosismo estético (Marcos Rostagno es el director de fotografía) y los recuerdos ancestrales de la protagonista, la realizadora traza un viaje surreal.

En esa geografía grandilocuente, filmada con el tono fantasmal de una ensoñación, una mujer sigue los rituales de su cultura originaria mientras reflexiona sobre sus memorias y las de su pueblo. Ese relato traza un recorrido metafísico por el espacio a través de sus relatos.

Basombrio asegura haberse inspirado en los grabados que Gustave Doré hizo para la "Divina Comedia", a a hora de imaginar la historia de un alma atrapada en la puna, a la cual describe como “purgatorio natural”. Esta premisa fue el punta pié inicial de su viaje a Tolar Grande para aprender del ritual del día de las almas. Las almas es la historia de ese periplo.

Con esta propuesta novedosa, la realizadora conecta sus experiencias con un ritual ancestral y la posibilidad de soñar a los muertos. Una práctica milenaria que convive entre paisajes, que nos acerca a una cosmovisión lejana, y que nos invita a abrir los sentidos y conectar desde las emociones.