Crítica de "Las Delicias", Eduardo Crespo y un viaje revelador a la esencia de la educación

La película, que participó en el Festival Internacional de Documentales de Amsterdam (IDFA) y fue seleccionada en diversos festivales internacionales como Biarritz y Guadalajara, se destaca por su capacidad para capturar la esencia de la transición de la niñez a la juventud, así como por explorar temas universales como el aprendizaje, el crecimiento personal y colectivo, el paso del tiempo y la promesa de un futuro en manos de la juventud.

Las Delicias se convierte en un viaje íntimo, tanto para los protagonistas como para el espectador. A medida que el director se adentra en la vida de estos jóvenes, revela sus sueños, aspiraciones y los desafíos a los que se enfrentan en su camino hacia la adultez. La narrativa captura momentos de alegría, desafío y reflexión, mostrando cómo estos jóvenes luchan por cumplir las expectativas de sus profesores y, al mismo tiempo, exploran su identidad y su lugar en el mundo.

La exquisita fotografía, también a cargo de Crespo, aporta profundidad y autenticidad a la narrativa. Las tomas del entorno natural, en conjunción con los retratos de los protagonistas, crean una experiencia visual inmersiva que permite al espectador conectar profundamente con los personajes y su hábitat.

El documental se enriquece con una narración atenta que equilibra de manera armoniosa la observación y la dirección activa de Eduardo Crespo. En lugar de quedar atrapado en los estereotipos, logra profundizar en la vida de estos jóvenes, revelando la riqueza de su humanidad individual. Las Delicias plantea interrogantes sobre la educación, la juventud y la búsqueda de identidad, incitando a la reflexión en tiempos inquietantes.