Crítica de “Cassandro”, el icono de la lucha libre mexicana con Gael García Bernal

Con el nombre de “Cassandro, el exótico” un joven Saúl Armendáriz encuentra su identidad sexual al mismo tiempo que su lugar distintivo en la profesión de luchador. Premisa que el film con Gael García Bernal utiliza para estructurar su relato: la lógica del cine deportivo se mezcla con sus dificultades para llevar su sexualidad libremente en un universo netamente machista.

Cassandro (2023) intercala la estructura de entrenamiento, sacrificio y reconocimiento, propia del film deportivo, con los conflictos internos que acechan al protagonista. La relación con su madre Yocasta (Perla de la Rosa) y con su entrenadora Sabrina (Roberta Colindrez) serán vitales para autodescubrir el lugar que está destinado a ocupar en el microuniverso del cuadrilátero.

Roger Ross Williams (ganador del Oscar con su cortometraje documental Music by Prudence) también cuenta la manera en que Cassandro se convierte en un icono popular, una revolución en el ambiente y en la cultura de México. Un símbolo de reivindicación para otros jóvenes. Y paralelamente al Cassandro delante de las cámaras se cuenta su vida privada. Ahí entra el melodrama como género, describiendo los vínculos con su padre ausente y con su amante (Raúl Castillo), un hombre casado. El show desplegado sobre el escenario de la lucha libre se contrapone con su soledad en el ámbito privado.

En ese territorio, esta biopic escrita por Williams junto a David Teague, demuestra la lectura certera que tiene el luchador también denominado “Liberace de la Lucha Libre” del concepto de show, del espectáculo que tenía que crear. Entendía la lógica circense de la lucha libre haciendo participar al público en todo momento. Emociones varias para disfrutar desde chicos hasta grandes que el film acompaña. No faltárá la recreación de su pelea con el Hijo del Santo, otro pope del deporte, y la pequeña participación del cantante Bad Bunny.

Esta producción se enriquece con la variedad de matices que trata de expresar sobre el particular luchador, sin embargo, queda la sensación de misterio sobre su figura. Como si el mito de Cassandro excediera a las líneas argumentales desarrolladas por el film. Una figura que rebalsa toda película y deja material para seguir indagando en el personaje. El documental Cassandro, el exótico (2018) es una amplia muestra de esto.