Crítica de "El siervo inútil", Fernando Lacolla entre la corrupción y la ambición desmedida

La trama está centrada en Luca, un empleado inmobiliario callado que se enfrenta a la rigidez burocrática que obstaculiza el progreso de una obra. Ante la ineficacia de abordar el conflicto por medios legales, Luca se involucra con un diputado corrupto que lo utiliza como testaferro. No obstante, la avaricia de Luca lo conduce por un sendero peligroso, en el que no logra comprender las consecuencias de sus acciones.

Fernando Lacolla hace uso de una amplia variedad de recursos cinematográficos para crear una atmósfera tensa y dramática que captura la atención del espectador y lo sumerge en la trama. Por su parte, el guion destaca por su minucioso estudio de los personajes, que logra transmitir de manera efectiva sus sentimientos, motivaciones y conflictos internos. Cada personaje posee una personalidad compleja y bien definida, lo que les confiere una gran profundidad emocional y psicológica. Gracias a esto, el espectador puede entender y empatizar con las decisiones y acciones de los personajes, aunque no siempre sean éticas o morales.

La actuación de Federico Liss, quien da vida al personaje de Luca, es destacable por su habilidad para transmitir sutilmente la evolución que experimenta su personaje a lo largo de la trama. Por otro lado, Rubén Gattino, quien interpreta al diputado corrupto, logra crear un personaje complejo y lleno de matices que añade una capa adicional de profundidad al relato. Además, es necesario mencionar el trabajo actoral de Víctor López, Pola Halaban y Axel Prato, quienes complementan el reparto y contribuyen significativamente a la construcción de la trama y a la comprensión de los temas que se abordan.

El siervo inútil es una invitación a reflexionar sobre el papel que desempeñan las instituciones y los políticos en las estructuras de corrupción sistémica, así como sobre los peligros que implica la ambición y la falta de escrúpulos.