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Crítica de "Irresistible", Steve Carell y el absurdo de una campaña política al grito de ¡Si se puede!

Segunda película de Jon Stewart ("Rosewater"), protagonizada por Steve Carell, Rose Byrne y Chris Cooper, que pone el foco en la creación de un candidato político que pueda ganar las próximas elecciones.

viernes 14 de abril de 2023

Luego del triunfo de Donald Trump en las elecciones de 2016, el vídeo viral de Jack Hastings (Chris Cooper), un ex marino que defiende los derechos de los trabajadores locales indocumentados, es descubierto por Gary Zimmer (Steve Carell), el estratega electoral demócrata. Éste tornará sus esfuerzos en conseguir que el hombre sea elegido alcalde de una pequeña población rural de Wisconsin por el Partido Demócrata y así recuperar los votos de la América rural profunda. Sin embargo, el Partido Republicano no está dispuesto a perder esa contienda y envía a Faith Brewster (Rose Byrne), diestra en la manipulación mediática y rival de Zimmer.

Jon Stewart, director y guionista, equilibra el contenido político con una buena dosis de comedia, ironía y drama. Su experiencia, cómo figura en la sátira política a través de su programa The Daily Show (1999-2015), conduce al espectador por este pequeño pueblo y le anima a que forme parte de la campaña electoral local, pero el problema subyace en que recurre a un tono demasiado blando, obvio, carente de sutileza y a una colección de clisés que le impiden a algunos personajes mostrar matices, mientras otros se convierten en meras caricaturas.

El tratamiento que apela para mostrar cómo se segmenta la población a la hora de ganar votos, como se manipulan las encuestas y la forma en que se publicitan las campañas políticas resulta tal vez uno de los hallazgos más interesantes de Irresistible (2020), un tono ácido y desacartonado que por desgracia no logra mantener en todo momento y que solo aparece por destellos.

El resultado es una comedia mediocre que intenta ser critica con el sistema de partidos y las campañas, el cinismo, la ausencia de escrúpulos, y la desconexión de los políticos con el ciudadano común. Un hallazgo es escuchar cantar el ¡Si se puede! que en Argentina fue el eje macrista como eslogan de una campaña que ni en su latiguillo fue original.

2.0
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