Crítica de "Ringo. Gloria y muerte", un ícono popular entre el boxeo y la mafia

Nacido el 25 de septiembre de 1942 en el barrio de Parque Patricios, en el seno de una familia humilde, Bonavena se convirtió en un destacado boxeador de la categoría pesada a pesar de medir solo 1,79 metros. Aunque nunca ganó el título mundial, su carisma y valentía lo convirtieron en una leyenda.

Ringo encontró en el boxeo una manera de ganarse la vida y destacar ante su público. Gracias a su carisma, desfachatez y habilidad para capitalizar su popularidad en la televisión y el espectáculo, se convirtió en una figura conocida. En el ring, obtuvo importantes victorias tanto en Argentina como en Estados Unidos, pero fue su personalidad fuera del cuadrilátero lo que lo hizo destacar como ídolo popular. Participó en programas de televisión, incursionó en el teatro e incluso grabó una canción que se convirtió en un éxito de ventas.

A pesar de sus logros en el mundo del espectáculo, su entorno deportivo consideraba que su estilo de vida extravagante no era adecuado para un deportista de alto rendimiento. Por ello, se vio obligado a enfocarse en su carrera en el ring, dejando de lado el mundo del show business. Sin embargo, su legado como pionero de la cultura mediática y su habilidad para construir un personaje único lo convierten en una figura icónica de la historia popular argentina.

Después de desafiar al gran campeón Muhammad Ali, Bonavena buscó una revancha con el boxeador estadounidense y se asoció con el dueño del prostíbulo Mustang Ranch, Joe Conforte. Sin embargo, la relación se volvió tensa después de un breve romance con la esposa de Conforte, Sally, y de que no se cumpliera el contrato para la revancha con Ali. En la madrugada del 22 de mayo de 1976, Bonavena intentó ingresar al Mustang Ranch y recibió un disparo fatal desde una torre de vigilancia del prostíbulo.

Con un estilo narrativo disruptivo que combina una gran carga emocional con elementos de humor y sarcasmo, la serie presenta dos tramas en paralelo. Por un lado, se narran los últimos tres meses en la vida del boxeador, para explorar el declive de una figura pública que busca reinventarse, mientras que por el otro lado se sigue la vida de Ringo desde sus orígenes modestos, su paso por el boxeo amateur, su ascenso meteórico, su debut en el Madison Square Garden de Nueva York y su consagración como campeón argentino.

A través de una cuidadosa selección de imágenes históricas y una impactante reconstrucción de la época, el realizador Nicolás Pérez Veiga logra capturar la atmósfera oscura y sórdida del Mustang Ranch y la vida de sus habitantes, gracias a la excelente dirección de fotografía de Agustín Claramunt. Sin embargo, el relato no se limita a ofrecer meros datos biográficos ni se convierte en un recuento de combates pugilísticos, sino que explora la corrupción y la influencia de la mafia en el mundo del boxeo, mostrando cómo los promotores, la mafia y los funcionarios del boxeo estaban involucrados en actividades ilegales relacionadas con el juego y la prostitución, e incluso el arreglo de peleas.

Ringo: Gloria y muerte comparte ciertos elementos con películas como Toro salvaje (Raging Bull, 1981), que también explora la vida de un boxeador, su lucha contra los demonios internos y la corrupción del mundo del boxeo, o The Happiest Day in the Life of Olli Mäki (2016), del finlandés Juho Kuosmanen. Pero también con otras como El Padrino (The Godfather, 1972) o Buenos muchachos (Goodfellas, 1990), que exploran el mundo de la mafia y su influencia en diferentes ámbitos de la sociedad.

Dirigida por Pérez Veiga y escrita a diez manos Alejandro Ocón, Gabriela Larralde, Diego Palacio, Santiago Dulce y el propio Pérez Veiga, Ringo: Gloria y muerte cuenta con un elenco que incluye a Jerónimo Giocondo Bosia en el papel de Oscar "Ringo", junto a Delfina Chaves, Lucila Gandolfo, Thomas Grube, Connie Isla, Pablo Rago, María Onetto, Ariel Nuñez, Martín Slipak, Renato Quattordio, Andrés Ciavaglia, Agustín Corsi, Lautaro Bettoni, Germán De Silva y Javier Drolas como Tito Lectoure.