Un recorrido por la exposición que hasta el 23 de octubre engalana Barcelona

Jean Paul Gaultier plasma su mirada sobre el cine y la moda

La exposición reúne obras de diseñadores como Coco Chanel, Balenciaga, Pierre Cardin y Sybilla, así como cerca de 70 looks icónicos del cine, además de proyecciones audiovisuales, afiches originales y fotografías. Hasta el 23 de octubre de 2022 en CaixaForum Barcelona (Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8).

Jean Paul Gaultier plasma su mirada sobre el cine y la moda
domingo 18 de septiembre de 2022

Dividida en cinco ámbitos, la exposición de autor Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier revisa la presencia del mundo de la moda en el cine, las colaboraciones de grandes modistos en el vestuario de películas y la creación de los arquetipos masculinos y femeninos. El enfant terrible de la moda pone el acento en aspectos clave como el empoderamiento femenino y presta atención a figuras heterodoxas de guerreros y guerreras, andróginos y travestis, así como a la influencia de las culturas rock, punk y queer que tanto han marcado la moda en los últimos años. La exhibición reúne un conjunto heterogéneo de más de 100 piezas de indumentaria que se muestran en cerca de 70 looks, fragmentos de más de 90 películas y 125 representaciones gráficas (carteles, bocetos, fotogramas y fotografías), entre originales y reproducciones, procedentes en su mayoría de la prestigiosa colección de La Cinémathèque française y que se complementan con obras de más de veinte prestadores nacionales e internacionales.

Entre los cerca de 70 looks icónicos del cine se encuentran vestidos que llevaron Grace Jones en 007: En la mira de los asesinos (1985), Catherine Deneuve en 8 mujeres (2002), Grace Kelly en La ventana indiscreta (1954); Sharon Stone en Bajos Instintos (1992); Marilyn Monroe en La malvada (1950); Seven Sinners de Tay Garnett (1940); Brad Davies en Querelle (1982) o el corsé que
llevó Madonna en su gira Blond Ambition World Tour de 1990 (diseñado por el
propio Jean Paul Gaultier).

También, los trajes de Superman (que vistió Christopher Reeve); La máscara del Zorro (1998), con Antonio Banderas; el short que llevó Sylvester Stallone en Rocky, o el vestuario de Victoria Abril en Kika (1993) que, junto con el de otras películas como La mala educación (2004) o El quinto elemento (1997), fue diseñado por Gaultier. En esta línea, también se exponen diseños de alta costura de Coco Chanel, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, Manuel Pertegaz, Balenciaga y Sybilla, entre otros.

Hay dos películas que ocupan un lugar de honor en la exposición. La primera es Falbalas, melodrama de Jacques Becker (1945) ambientado en el ajetreo de una casa de costura durante la posguerra. Esta fue la película iniciática que Gaultier descubrió a la edad de 13 años y cuyas imágenes transformaría en creaciones de moda.

El segundo largometraje es ¿Quién eres tú, Polly Maggoo? (1966), del fotógrafo
americano residente en Francia William Klein, quien en el film analiza su época con una mirada aguda y pone al desnudo los entonces incipientes reality shows. Se trata de una sátira de los delirios egocéntricos del mundo de la alta costura, donde en aquella época dominaba la era espacial en la que cayeron todos, desde el modisto misántropo hasta la redactora jefa más versátil.

Pocos años después del estreno de la película de Klein, en 1970, Pierre Cardin, conocido por sus creaciones futuristas unisex, acoge en su casa al joven Gaultier, quien considera que esa fue su segunda escuela de moda.

Blow-Up, de Michelangelo Antonioni (1966); Barbarella, de Roger Vadim (1968), y 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick (1968), entre otras, son testimonios de ese movimiento utópico en la encrucijada entre el diseño, la ciencia y la música. A principios del siglo XX muchas películas trataron de caricaturizar a las modelos, al mundo del tabloide o a la clientela adinerada de las primeras filas de la pasarela. Una de esas cintas es Mujeres, de George Cukor (1939), donde el desfile de moda aparece como una pausa extasiada en color dentro de una película rodada aún en blanco y negro.

Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier no es una historia exhaustiva de las relaciones entre la moda y el cine, sino una inmersión en las representaciones de los roles de género, en la gran pantalla y a través del vestuario. Por ella desfilan mujeres fatales ultrafeminizadas de Hollywood, como Marilyn Monroe, con sus trajes ajustados de escotes vertiginosos, pero también la estrella francesa Brigitte Bardot, tantas veces acusada de atentar contra las buenascostumbres, a la vanguardia de una moda prêt-à-porter simple, joven y despreocupada.

Frente a ellas, los gánsteres, los vaqueros y los superhéroes encarnan virilidades conquistadoras: el profundamente machista John Wayne, el brutalmente muscular Sylvester Stallone o los más ingenuos primeros intérpretes de Superman, con sus famosas mallas. Entre ellos, Marlon Brando aparenta constituir una verdadera ruptura: con Un tranvía llamado deseo (Elia Kazan, 1951), se convierte en la figura más famosa de una nueva masculinidad proletaria a la vez amenazadora y fuertemente erotizada, desagradable y deseable. El actor, como icono del cine, influye en la moda masculina de la calle de los años cincuenta y en toda una generación de jóvenes locos por el rock and roll que, por primera vez en la historia de la moda, ya no se visten como sus padres.

Rompiendo los esquemas en la pasarela... y fuera de ella El credo del modisto es sexualizar los cuerpos, feminizar las siluetas masculinas, dar relevancia a las mujeres poderosas. Todo ello impregnado de cultura camp angloamericana: desde The Rocky Horror Picture Show hasta Divine, con películas como Pink Flamingos (1972), y en sintonía con las vanguardias emergentes y los movimientos de emancipación, defendiendo en todo momento que para él no existe un solo tipo de belleza.

A imagen del marinero de Querelle (Rainer Werner Fassbinder, 1982), símbolo homoerótico, o del bohemio look andrógino de Jane Birkin, exacerbado en Je t’aime moi non plus (Serge Gainsbourg, 1976), en Cine y moda. Por Jean Gaultier se describe la forma en que la ropa encuentra una magnífica cámara de resonancia en el cine, medio que tampoco ha dejado nunca de romper tabús. Todo ello, en un gran crisol de referencias, de cambio radical de códigos y de disolución de las fronteras.

Los cinco ámbitos en los que se divide la exposición son: Falbalas, film que marcó la trayectoria de Jean Paul Gaultier; ♂ ♀, que examina los arquetipos masculinos y femeninos en la gran pantalla; Transgresiones, sobre los inicios de la androginia en Hollywood; Pop y metal, que pone de relieve la moda revolucionaria de los años sesenta, coincidiendo con la era espacial y el underground, y Desfiles, como celebración última de la moda, y su representación en el cine.

Para Gaultier, el ecosistema del cine y la moda en España ha sido siempre una inspiración. Su estrecha relación se remonta a su niñez, cuando empezó a veranear con su familia en el País Vasco. Conoce de primera mano una gran parte de España, las costumbres, el idioma y reconoce que ciertos aspectos de la estética tradicional de los años sesenta forman parte de su universo creativo.

Es por ello que, para esta ocasión, rinde homenaje al cine español con nuevos guiños a figuras de referencia para él como Pedro Almodóvar, Rossy de Palma, Sara Montiel, Antonio Banderas e, incluso, Don Quijote, y también a diseñadores como Balenciaga y Paco Rabanne.

La exposición se completa con un catálogo protagonizado por una extensa entrevista a Jean Paul Gaultier, en la que narra su trayectoria y su proceso creativo, rindiendo homenaje a sus referentes e inspiraciones. Todo ello se complementa con imágenes de films incluidos en la muestra y entrevistas a personalidades como el cineasta Pedro Almodóvar, el fotógrafo y director de cine William Klein o la actriz, directora de cine, novelista y encargada de vestuario Josiane Balasko.

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