Crítica de “Pleasure”, desgarrador retrato de la industria del porno de Ninja Thyberg

Bella Cherry (una genial Sofia Kappel) es una chica sueca de 20 años que viaja a Los Ángeles para convertirse en estrella del cine porno. Pero lejos de las fantasías imaginadas el ascenso en ese mundo dominado por hombres se convierte en un viaje de humillación y degradación individual.

La realizadora Ninja Thyberg deconstruye todo el imaginario erótico alrededor de la industria del porno, al centrar su mirada en el punto de vista de la joven actriz. Porque si bien hay un comienzo de mansiones lujosas y puestas de fotos extravagantes, todo deviene luego en un sufrimiento corporal que logra trasmitir a cámara desde las percepciones de su protagonista.

Vemos una industria dominada por hombres (la mayoría feos, viejos y gordos) donde las jóvenes chicas son la carne del cañón, el objeto a manipular, maniatar y llevar hasta los límites. El artificio de las películas condicionadas es brutal, y el lente de la cámara el testigo omnisciente. Agentes, empresarios, camarógrafos, iluminadores, marcan una distancia fría con los actores en escena, sean mujeres u hombres, también bajo la presión de la erección.

Bella se depila la vagina, practica con una banana, y hace videos y fotos para sus redes sociales, lugar por donde circula la publicidad sexual hoy en día. Pero para llegar a ser una estrella consagrada y respetada en la industria como una chica Spiegler (Mark Spiegler haciendo de sí mismo), el sacrificio debe ser mayor. Así empieza un oscuro recorrido por prácticas cada vez más osadas de las que no será fácil volver.

Pleasure (2021) es por momentos angustiante al trasmitir todas las decepciones de su joven protagonista en su éxito/calvario. Una oda al desencanto que utiliza el título del film de modo irónico.