Crítica de “La mujer en la ventana”, Amy Adams perdida en una de Hitchcock

Pero esto no es una casualidad, al contrario, es el signo de una época en donde ofrecer productos al por mayor para los usuarios, para que vean una semana y a las pocas horas se olviden, termina convirtiendo la experiencia cinematográfica hogareña en una suerte de inexplicable derrotero sinsentido, una carrera para ver quién saca más propuestas sin siquiera imaginar o potenciar sus propuestas.

Joe Wright (Expiación) se pone tras las cámaras para adaptar el bestseller homónimo de AJ Finn, que con guion de Tracy Letts, desarrolla el relato de Ana (Amy Adams), una psicóloga que sufre de agorafobia y desde su casa ve cómo el mundo avanza día a día. Tras la mudanza al frente de una nueva familia, comenzará un inesperado viaje hacia el conocimiento de los mismos, quienes uno a uno, como en una gran pieza teatral, ingresarán en escena compartiendo momentos con ella. 

Pero esa idílica presentación, que tiene mucho de vodevil, de puertas que se abren y cierran, y personajes que aparecen en escena sorpresivamente, tendrá un punto final cuando, desde su ventana, observa un asesinato en la casa de sus nuevos visitantes, quienes, tras alertar a la policía, intentarán demostrar que todo lo que dice Anna es falso, producto de una imaginación particular, sumergida en alcohol y barbitúricos.

En congruencia con la reciente El padre (The Father, 2020), la propuesta juega, por momentos, a perdernos en el laberinto mental de Ana, pero al subrayar esas imágenes con la puesta en el propio escenario de aquello que acecha a su mente, una pérdida irreparable, cualquier atisbo de generar empatía con el personaje, se esfuma.

El principal inconveniente de una propuesta como La mujer en la ventana (The woman in the window, 2020), es su ineludible alusión a clásicos del género, teniendo en La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) de Alfred Hitchcock, una gran referencia e influencia a la vez, pero, lamentablemente, el guion decide transitar por otros caminos, no la toma como norte, y sólo cuando juga con la puesta, con extensos travellings panorámicos, pero también hacia arriba o hacia abajo, tal vez logra el punto más interesante del proyecto. 

Pero claro está que no puede basarse en eso la habilidad de una narración por mantener en vilo al espectador, con una Adams sobreactuada, que ni siquiera puede apoyarse en el vasto elenco secundario que posee, que incluye a intérpretes como Gary Oldman, Julianne Moore, Wyatt Russell, que hacen lo que pueden con esta apuesta cuasi teatral “inspirada” en varias producciones precedentes.