Crítica de "A Ghost Story", de David Lowery, espíritu errante

"A Ghost Story" (2017) es la respuesta a una profunda crisis existencial de su director, David Lowery, que aprovecha la premisa de cómo sería el día a día de un fantasma para desarrollar una serie de tópicos que rodean algo tan íntimo y universal como la identidad a través del vacío más absoluto desde la percepción humana.

Crítica de "A Ghost Story", de David Lowery, espíritu errante
sábado 11 de julio de 2020

A Ghost Story comienza con una pareja que atraviesa una disputa en torno a la posibilidad de mudarse de casa. Ella quiere un cambio, un avance, él, sin embargo, teme perder todo lo que su actual hogar significa para ellos, por lo vivido entre sus cuatro paredes.

Un conflicto que se zanja con la repentina muerte de él, cuyo espíritu, representado de la forma más clásica y simple que identificamos a un fantasma, una tela blanca, regresa a ese hogar en el que queda atrapado para siempre. Transformado en espectador de su propia vida e incapaz de desvincularse de ese lugar, el fantasma comienza un viaje por la eternidad y la desmemoria.

Lowery reversiona el cine de fantasmas desde la perspectiva de un drama indie sobre el amor más allá de la muerte. El fantasma de C (Casey Affleck) observa cómo la historia pasa ante sus ojos sin tenerlo ya en cuenta. Su amor le mantiene apegado a la casa incluso cuando M (Rooney Mara) la abandona para iniciar una nueva vida. El recuerdo de la pasión entre ambos se mantiene vivo en un mensaje que la mujer esconde en un marco y él no consigue recuperar.

La melancolía del fantasma a veces conduce a reacciones puntuales que se traducen en ruidos extraños o en fenómenos 'poltergeist' que perciben los personajes que van habitando la casa a través de los años. Lowery juega con tempo narrativo y las elipsis, dilatando los momentos más relevantes y próximos a la vida del protagonista y convirtiendo en más fugaces aquellos que poco a poco se alejan del punto de anclaje del fantasma.

El director ha elegido por filmar la película en formato 4/3 clásico (hasta con bordes redondeados), un recurso cada vez más habitual en cierto cine de autor que sirve tanto para marcar que la película no va a presentarnos una historia convencional, aunque inicialmente pueda parecerlo, como para encerrar un poco más a su protagonista en su propio viaje existencial.

Al fin y al cabo, nos encontramos en la incursión en la vida cotidiana y hogareña de un fantasma enamorado que toma conciencia de su fatal soledad mientras el mundo sigue girando a su alrededor. Alejado de lo que proponen cineastas como Terrence Malick, A Ghost Story reflexiona sobre lo que dejamos atrás, sobre la pérdida, la memoria y el amor (y su fecha de caducidad).

Pero también indagando sobre el miedo a la muerte en su sentido más amplio, no tanto por la pérdida de la vida, sino por el hecho de que todo lo que una vida representa quedará borrado irremediablemente por el paso del tiempo.

9.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS