El cuento

Jennifer Fox intentó con El cuento contarnos su propia historia. El film nos recrea las vivencias de una escritora, empecinada en narrar su vida, su infancia, por huecos que la atormentaban. El cuento no puede pasar desapercibida y que mejor pantalla que la de HBO, siempre tan intencionada en contar historias con compromiso social, para su exposición. El largometraje es un pleno en su totalidad, con interpretaciones sólidas, un guion bien estructurado y la empatía inevitable con el espectador.La ficción comienza con Jenny, una niña desbordante de alegría, energía y mucho amor por todo lo que la rodea. Tras anotarse en un campamento de equitación y vivir en un rancho bajo las ordenes de Mrs. G (Elizabeth Debicki), una mujer bella y con carácter fuerte, Jenny generó un relato que permaneció oculto en su vida durante tres décadas. La Jennifer del tiempo presente, llevada a cabo por una soberbia Laura Dern, encuentra un texto de esa Jenny y sus vivencias junto a Mrs. G y Bill, el entrenador personal. Dichas palabras removieron en Jennifer una avalancha de emociones con el propósito de necesitar recordar sucesos que eran preferibles olvidar. Jenny y Jennifer, distanciadas por 30 años en el tiempo, nos desmenuzan esta compleja historia con la capacidad de posicionar al espectador como un testigo privilegiado de la investigación. La cobardía de los que callaron es el bastión de la actual valentía.Jennifer Fox es la productora, directora y guionista de este film. El cuento es su vida. Sin dudas esta es la principal razón por la cual dicha película no es un thriller psicológico, si no que brilla en lo dramático, logrando ser lo más desgarrador y desconcertante posible. Alejándose de la excesiva promoción como sí obtienen la mayoría de sus series de televisión, HBO probablemente estrena una de las películas para la pantalla chica más emotivas de lo que va del año. El cuento es una bocanada de aire intenso, no se digiere de manera sencilla, pero tiene un gusto sincero como pocos productos de la actualidad. El coraje de esta obra no escatima, desborda situaciones incomodas ya que el abuso infantil sigue siendo en la actualidad un tabú para aquellas mentes más conservadoras. Situaciones que se pueden dar todos los días, las cuales no pueden negarse pero que ocurren, no deben callarse. Esa voluntad por escarbar en el pasado, por más que duela, ayuda a que nuevas voces puedan surgir desde la oscuridad para castigar a los abusadores y que se eviten hechos como los que tuvo que vivir Jenny unas décadas atrás.El cuento alcanza su cometido con una narración absorbente, capaz de generar el clima ideal para que se enfrente el bienestar del hogar versus la incómoda historia de vida. El drama está a la orden del día, se aleja de una típica autobiografía que pudiera estar cargada de clichés y se anima a más. El riesgo que toman Jennifer Fox y HBO van en paralelo con el bajo perfil de la exposición del film. Un crudo recuerdo se convierte en una especie de denuncia pública y concientización, por lo que la valentía aflora desde la primera hasta la última escena. Sin callar, la derrota de los cobardes cada vez está más cerca.