Crítica de "Late Night with the Devil": un ‘found footage’ que se destaca por su singularidad y frescura

Ubicada en un episodio especial de los célebres programas de entrevistas nocturnos estadounidenses titulado "Night's Owls", emitido durante Halloween de 1977, la trama se centra en un ecléctico grupo de expertos en lo paranormal. Cuando una niña que afirma estar poseída desata el caos en el estudio, el programa se convierte en una trampa mortal.

Late Night with the Devil (2023) nos traslada a la tumultuosa década de los 70, una era marcada por su violencia y la producción de destacadas obras cinematográficas. Este found footage comienza como un documental que sumerge al espectador en la vida y trayectoria de Jack Delroy, un presentador de radio que da el salto a la televisión en el horario de medianoche. La interpretación magistral de David Dastmalchian, reconocido por su participación en películas como Dune parte 1 (2021), El escuadrón suicida (The Suicide Squad, 2022) y Drácula: Mar de sangre (The Last Voyage of the Demeter, 2023), lleva el peso principal y lo ejecuta con maestría tanto en el aire como fuera de las cámaras, incluso durante los supuestos cortes comerciales.

El elenco secundario ofrece un sólido respaldo a la trama. Ian Bliss, Fayssal Bazzi y Laura Gordon destacan entre los invitados que abordan el mundo paranormal, mientras que Ingrid Torelli, en el papel de Lily, una joven criada por una secta satánica para ser sacrificada, sobresale con una interpretación que oscila entre la inocencia y la posesión, otorgando un toque distintivo al desenlace de la historia.

El formato visual de 4:3, típico de la televisión de la época, añade realismo a la producción, mientras que la ambientación y el vestuario de época resaltan por su autenticidad, sumergiendo al espectador en la atmósfera narrativa de manera efectiva. Sin necesidad de grandes giros argumentales, la trama avanza con un ritmo constante, presentando a los invitados del programa y revelando la chispa que desata lo paranormal y desencadena el caos en el set: la demostración de la posesión por parte de Lily.

A medida que se aproxima el final del segundo acto, el guion intenta conducir al espectador por el sendero de la lógica y la razón, cuestionando la veracidad de lo presenciado con un intrigante giro narrativo. Sin embargo, es en la última parte del relato donde se revela la verdadera naturaleza del antagonista y se desentraña la trama por completo, culminando en momentos destacados que potencian aún más esta experiencia innovadora.